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Ciclismo urbano

“A la mujer le da temor usar el espacio público”

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Sofía López Carrasco, coordinadora de la ONG chilena Macleta, habla sobre su trabajo para impulsar el uso femenino de la bici desde una perspectiva de género. El proyecto de la escuela de ciclismo como eje de sus políticas.

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Por Rocío Cortina

“Hay una cosa que las mujeres hacen mucho: ir con la amiga al baño. Y si van con la amiga al baño, también pueden andar en bicicleta con ella”, afirma Sofía López Carrasco, coordinadora de la ONG chilena Mujeres arriba de la cleta (Macleta), refiriéndose al sentimiento femenino de soledad al pedalear por las calles. Nacida en 2006 a la par de la asunción de la primera presidente de Chile, Michelle Bachelet, esta asociación impulsa el uso femenino de la bicicleta en la capital chilena.
Al momento de la fundación de Macleta, en Santiago de Chile sólo un quinto de los viajes en dos ruedas eran realizados por mujeres. Acompañadas por la creencia de que la bicicleta es una herramienta para transformar la sociedad, mejorar las ciudades y la calidad de vida de las personas, las pioneras de esta agrupación se propusieron comprender por qué se daba esta diferencia de género a la hora de rodar.

Fotos de la ciudad
El primer paso dado por Macleta para encontrar el motivo que alejaba a las piernas femeninas de la bicicleta fue la investigación en su ciudad. La segunda tarea fue acercarse a otras organizaciones dedicadas al ciclismo. Y como tercera instancia, la ONG se propuso crear una bici escuela: “Queremos que las mujeres se sumen, pero nos damos cuenta que muchas no tienen los conocimientos ni las habilidades”, explica López Carrasco, socióloga especializada en problemáticas del transporte urbano.

¿En qué se basó la investigación para obtener información de usos de la bicicleta en Santiago?
Chile tiene la Encuesta de Origen y Destino de Viajes, que ya va por su cuarta edición. Es un instrumento para conocer los patrones de viajes, una buena base para partir de cualquier política de transporte en general y de la bicicleta en particular. No se incorpora allí un punto de vista de género, pero tuvimos acceso a los datos y en Macleta hicimos un cruce de variables de género.
El punto de partida fue reconocer que las motivaciones de los viajes de hombres y mujeres son distintos. Con los datos cuantitativos y estadísticos fuimos a enfoques cualitativos: hicimos grupos focales, juntamos a mujeres ciclistas y no ciclistas, las pusimos en una mesa a conversar y dividimos los grupos. Después contactamos a seis mujeres de distintos estratos socioeconómicos que ocupaban la bici como medio de transporte, que sabían andar en bici pero no la ocupaban y otras que no la usaban para nada. Les hicimos una entrevista inicial en donde preguntamos si andaban en bici o no y por qué. Y les dimos una cámara fotográfica para que a lo largo de dos semanas sacaran fotos de cosas que les parecieran interesantes cuando se movían por la cuidad, otras que le dieran miedo o que no les gustaran. O sea: lo bueno y lo malo de trasladarse con este medio de transporte. Nos juntamos en segundas entrevistas con las fotos y conversamos sobre ellas. Eso nos empezó a dar luces de las cosas que ellas valoraban, y de ahí sacamos las conclusiones.

¿Quiénes las apoyaron en ese proceso? ¿Cómo se financió la investigación?
Macleta es una ONG de base, somos puras ciudadanas que trabajamos con colaboradores hombres y con algunas organizaciones. La investigación en su primera parte no tuvo financiamiento, fue pura buena voluntad. Nosotras íbamos avanzando pero ninguna tenía tiempo para dedicarse cien por ciento a sacar las conclusiones. A su vez, la gente de Ciudad Viva, una de las asociaciones más amiga nuestra, nos propuso concursar junto a varias agrupaciones por un fondo para la investigación. Lo ganamos y contratamos a una investigadora para que nos hiciera la sistematización final de los datos.

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Prohibidos los niños
Mujeres jóvenes, profesionales, casadas o solteras, casi nunca con hijos. Ese es el perfil de las integrantes de Macleta, aunque López Carrasco aclara que la enumeración de cualidades no las enorgullece: “En ese sentido, la organización es un poco sesgada. Hemos tratado de abrirnos a mujeres no profesionales, de mayor o menor edad, pero… A mí y a todas nos gustaría que fuese distinto”, reconoce, al tiempo que bromea: “Recién el año pasado una integrante tuvo un hijo y este año hay otro en espera. En 2012 está prohibido que alguien más quede embarazada, porque no podemos pagar otra baja.” Es que para todas, Macleta significa un segundo trabajo no remunerado, y en algunos casos, hasta el tercero, porque se le suman las labores domésticas.
“En mi caso, soy súper afortunada, mi marido me apoya cualquier cantidad, aunque no participa de ninguna organización ciudadana. Sin esa ayuda lo que hago por Macleta no podría llevarlo adelante”, cuenta la socióloga.

¿Qué diferencias encontraron a la hora de que las mujeres y los hombres de Chile pedaleen?
A las mujeres nos da mucho más temor que a los hombres el uso del espacio público. No sólo por los asaltos sino también por la violencia sexual. Hay un tema con la seguridad personal y con la del tránsito. Para un hombre ese es un atributo a tener en cuenta al elegir un medio de transporte, pero para las mujeres es primordial y está antes que la comodidad o la rapidez. En el caso de ellas hay que tener en cuenta medidas de infraestructura y servicio de transporte que les otorguen sensación de seguridad. Con las ciclovías, por ejemplo, que no estén al lado de un río, que tengan buena luminosidad, sin espacios oscuros en donde se sientan solas, sino tramos por donde pasa gente.
Por otra parte, no queremos segregación de medios de transporte sino integración, para que eso genere a su vez seguridad.

Cuando las mujeres se suben a la bicicleta, ¿qué usos le dan?
Según los datos de Transporte, las mujeres hacen muchos viajes relacionados a traslados del hogar y a sus tareas domésticas. Finalmente ellas se llevan la mayor carga de trabajo, no es algo que nos guste, pero es una realidad que debe ser asumida por los sistemas de transporte. En el caso de la bicicleta, reconocer que la mujer hace las compras en mayor medida que los hombres significa que las bicis tienen que estar equipadas con canastito o con alforjas. En un momento, una ley que ingresó al Congreso no permitía llevar carga y eso disuade el uso de las bicicletas entre mujeres. Lo mismo pasa con las sillas para niños, porque muchos de sus viajes son para llevar a sus hijos al colegio o jardín.

La bici-herramienta 
Según López Carrasco, las organizaciones ciclistas siempre han sido muy fuertes en Chile. Es por eso que el acercamiento a ellas fue otra de las cuestiones que las Macleta priorizaron al darle forma a su agrupación. Sin embargo, no buscaron vincularse sólo con ciclistas mujeres, sino con asociaciones mixtas: “La diversidad y la historia de los movimientos sociales apunta a ir especificando objetivos. A medida que más gente participa van naciendo necesidades distintas”, opina la coordinadora del grupo, que, a su vez, menciona otro vínculo que se ocuparon de fortalecer desde los comienzos, en este caso, con no ciclistas.
La socióloga cree que la relación con mujeres que no pedalean es una fortaleza característica de Macleta. El acercamiento a ellas se ha logrado gracias a la escuela de bici mujer, un cable a tierra de la agrupación. Al conocer necesidades e inquietudes de personas que no saben andar en bicicleta, se proponen generar productos útiles a ellas, como la página web, Twitter, Facebook y la misma escuela.
El sentido de estas acciones lo explica López Carrasco: “Es salirse únicamente de la bicicleta y empezar a relacionarse con mujeres que se movilizan de otras maneras, para constatar que la perspectiva de género debe ser incorporada no sólo en las políticas de transporte de la bicicleta sino también en el transporte público y la caminata. Finalmente nuestro emblema comienza a ser la promoción del empoderamiento de las mujeres del espacio público, teniendo a la bici como herramienta, no como fin.”

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A la escuela
La coordinadora de Macleta dice que aunque conocen una experiencia similar a la bici escuela en Ecuador, no han oído de ninguna otra en Chile. Serían, entonces, pioneras en su país. A ellas llegan mujeres recomendadas por amigas o familiares. Aparece gente de otras regiones que pide que lleven la actividad adonde ellas viven. En tal caso, las chicas los capacitan y les envían el material para que puedan llevarla adelante ellas mismas.
La bici escuela parece ser un éxito: ya va por su séptima versión. Las alumnas son divididas en dos niveles, el “Aprende a pedalear” y el “Bájate de la vereda”. En el primero se trabaja con mujeres que nunca se han subido a la bici. Se les enseña a equilibrarse, a pedalear, a frenar.
El segundo nivel es el “Bájate de la vereda”, que tiene que ver con el temor de andar por la calle. No necesariamente es correlativo al primero, dado que concurren varias alumnas que ya saben pedalear pero que sólo lo hacen en el espacio reservado al peatón. Según López Carrasco, es un mal típico del país.

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¿En qué se basa la consigna “Bájate a la vereda”?
En Chile tenemos un problema bien grande, que es que la gente que sabe andar en bicicleta lo hace por la vereda porque le da miedo usar la calzada. Aquí hay un tema práctico y un tema ideológico. El práctico es que andar por la vereda es mucho menos cómodo y más inseguro. Hay muchas casas y departamentos de los que el peatón sale, y no tiene por qué esperar que pase alguien a 20 kilómetros por hora con una bicicleta. El tema ideológico es que los ciclistas tenemos que ganarnos la calzada, ganarle un espacio a la ciudad, no quitándole al peatón, que es parte del sistema de transporte sustentable, sino sacándole al auto, que es el que contamina, congestiona y causa verdaderos problemas.
Queremos que la gente se baje de la vereda, entonces los ayudamos. Agarramos a mujeres que saben pedalear, tienen nociones básicas de equilibrio pero no tienen habilidades desarrolladas, algunas aprendieron hace poco y hay alumnas que pasan del Aprende a pedalear y siguen con el Bájate a la vereda, entonces están como nuevitas y aun aprendiendo. Les enseñamos a señalizar, a esquivar obstáculos, a usar la calle, doblar a la izquierda o a la derecha.

¿Cómo repercuten las acciones de la bici escuela en el espacio público?
Tienen que ver con el empoderamiento de las mujeres del espacio público. Para hacer la bici escuela no arrendamos colegios ni juntas de vecinos ni gimnasios ni nada de eso. Trabajamos con la gente de Ciclorecreovía, un proyecto que cierra calles los días domingos por la mañana para pedalear. Les agradecemos la oportunidad de cedernos 100 ó 200 metros de la extensión del circuito para dar las clases. Es súper interesante porque lo hacemos en el espacio público, concientizamos a las alumnas de usar la calzada.

Subite 
Que el universo femenino pedalee cada vez más es uno de los objetivos generales de Macleta, porque una mujer que promueve medios de transporte sustentables es un foco importante de cambio alrededor de su comunidad. Si bien el uso de la bici es un beneficio para la sociedad toda, en el caso de las mujeres traería soluciones para problemas que atañen específicamente a su género.
Dice la coordinadora de esta ONG que la pobreza del tiempo es un mal que afecta a todos. Pero, poniéndose en los zapatos de una trabajadora, esposa, madre y ama de casa, ella sostiene que la cuestión se agrava. En Santiago y en otras ciudades chilenas, cerca del 50 por ciento de los viajes de corta y media distancia se hacen caminando. La bicicleta sería algo así como la gran salvadora: “Las mujeres tienen mucho menos tiempo de ocio que los hombres. Si, con la bicicleta, hacen más eficientes sus viajes que a pie, en auto o en transporte público, van a lograr más tiempo de ocio y van a disminuir su pobreza de tiempo”, puntualiza.
Una segunda ventaja relacionada a la anterior, que, según López Carrasco, trae el uso femenino de la bici es la posibilidad de hacer ejercicio, porque tampoco abunda el tiempo para ir al gimnasio o hacer actividad física.
Y hay una tercera razón: “Las mujeres en Chile sufren de más depresión que los hombres –explica la socióloga-, pero la actividad física genera endorfinas, entonces se generaría un círculo virtuoso para disminuir enfermedades psicológicas y mentales.”
Para las chicas de Macleta, si hubiese más mujeres en dos ruedas, eso indicaría la existencia de un sistema de transporte que funciona bien. Y, además, se contagiaría a los chicos la sana costumbre de pedalear, incentivados por la imagen de sus madres.

SOFÍA LÓPEZ CARRASCO
“Me bajé obligada del auto”
Por su labor en Macleta, desde 2008 Sofía López Carrasco se ha convertido en una divulgadora de la mirada femenina acerca de la bicicleta en Santiago. Su acercamiento a las dos ruedas se produjo de forma tangencial, a partir de que el trabajo como socióloga en una consultora la llevó a especializarse en el tema del transporte. Al mismo tiempo, su vida personal se vio salpicada por la problemática cuando debió dejar de usar el auto por cuestiones de costos: “Me bajé obligada del auto porque viví fuera de Chile y no tenía plata para tener auto. Había sido automovilista mucho tiempo, por eso soy capaz de ponerme en sus pies, entender lo que le molesta, sus flojeras, lo que quiere, la velocidad. Después, siendo usuaria del transporte público supe de sus bondades para la ciudad y entendí lo ineficaz y estúpido que puede ser usar transporte privado en Santiago a las siete de la tarde.”
Dentro de la consultora para la que trabajaba, López Carrasco comenzó a adentrarse en un proyecto con Ciudad Viva, una organización ciclista chilena. Ellos le presentaron a las chicas de Macleta. Empapada ya de la temática, un día se dio cuenta de que ella también podía ir en bicicleta al trabajo. La socióloga comenzó entonces a pedalear todos los días con una amiga, y gracias a eso dejó de depender del colectivo: “Había usado mucho la bicicleta hasta la adolescencia, pero nunca por Santiago y en el tránsito”, aclara. Y es que este tema de la “infantilización” de la bici está muy relacionado con la investigación realizada por Macleta. La ONG chilena constató que todas las mujeres saben andar en bicicleta hasta los 14 ó 16 años y después las dejan. “Porque no es cool, no es entretenido, porque cómo una va a llegar en bicicleta a juntarse con los amigos o con el niño que le gusta”, responde casi automáticamente López Carrasco.

Más info: www.macleta.cl, macleta@macleta.cl. Facebook: Agrupación Macleta. Twitter: @macletas.

Nota publicada en Biciclub Nº207, marzo 2012. 

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Clases para aprender a andar en bici en Buenos Aires

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Laureano Núñez es ciclista, organiza salidas en bici para principiantes y da clases para todos aquellos –adultos y niños a partir de los 12 años– que aun no saben pedalear y quieren aprender. Las clases son 100% personalizadas.
Debido a la situación actual, disponen de comunicación electrónica para un distanciamiento social efectivo.
Las clases se realizan en Puerto Madero, una vez por semana, acordando los horarios según los requerimientos de los alumnos, y duran una hora.
La idea es tener nociones básicas de cómo pedalear en la ciudad, aprender la técnica, perder el miedo y practicar. También se enseñan nociones básicas de mecánica (como arreglar una pinchadura y cambiar una cámara) y teoría básica sobre seguridad vial para movernos de forma segura.
Las clases finalizan cuando el alumno siente que alcanzó su meta y siente que puede seguir por si solo.

Más info sobre las clases: 112823-1343

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Ciclismo urbano

Seguros Rivadavia: Bici Pro, la cobertura especial para ciclistas que compiten

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Seguros Rivadavia desarrolló un seguro que otorga la máxima seguridad a los que andamos en bicicleta: protege al asegurado y a su bicicleta ante fenómenos tales como el robo, los accidentes personales y la responsabilidad civil, pudiendo incluir el robo de efectos personales, equipos electrónicos o daños.

Seguros Rivadavia ofrece tres alternativas, de acuerdo a las características de la bicicleta y el uso dado a la misma: Bici Total, Bici Max y Bici Pro. En esta nota te contamos sobre el plan Bici Pro, un producto especialmente diseñado para ciclistas que participan en competencias amateurs, con mayor flexibilidad en las sumas asegurables y coberturas a medida.

Coberturas
-Robo Total.
-Robo de Efectos Personales.
-Robo de Equipos Electrónicos Portátiles.
-Daños a la Bicicleta.
-Muerte Accidental.
-Invalidez Total y Parcial Permanente por Accidente.
-Gastos de Asistencia Médico-Farmacéutica por Accidente.
-Cobertura de Responsabilidad Civil del Ciclista.

Coberturas adicionales para todos los planes
Con el fin de brindar un servicio de excelencia, para este seguro se ofrecen, sin cargo, los siguientes servicios ante una urgencia:
-Traslado por avería de la bicicleta.
-Asistencia por rotura de neumático.
-Reintegro de medicamentos como consecuencia de intento de robo.
-Envío de taxi o remís para traslado a domicilio a causa de robo.
-Envío de ambulancia hasta el centro médico más cercano en caso de accidente.
-Cambio de cerraduras por robo.
-Envío de taxi o remís hasta la dependencia policial más cercana en caso de robo.
-Reembolso de gastos de DNI por robo.
-Asesoramiento legal ante el robo o accidente sufrido.
-Conexión con centros de reparación de bicicletas.

 

Visitá el cotizador online de Seguros Rivadavia en http://www.segurosrivadavia.com/personas/bicicletas/cotizacion.php

Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.

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Ciclismo urbano

Ya está todo listo en Mar del Plata para el 5° Foro Argentino de la Bici, a celebrarse entre el 10 y el 12 de noviembre

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El evento ciudadano a favor de la movilidad sostenible más importante del país ya está preparado para recibirte en la ciudad de Mar del Plata entre el 10 y 12 de noviembre próximos. Luego de que en el pasado pre-foro en la Villa Victoria se viviese una jornada de gran entusiasmo y amor por la bicicleta, la ciudad se prepara para la quinta edición de un Foro que reúne a gente del todo el país.


El  cronograma aún no está cerrado, pero  podemos  adelantar  algunas  actividades que pondrán muy felices a quienes amen a la bicicleta y la movilidad sostenible.

El día viernes 10 de noviembre, las actividades se realizarán en la Plaza Mitre (Colón y Mitre). Allí habrá varias charlas:
-Cómo construir infraestructuras seguras.
-Siniestralidad vial.
-ONGs vinculadas a la bici y el cicloactivismo.
-Una actividad con la ONG marplatense Guías a la par, con prueba de tándems y convocatoria de guías.
-Demostraciones de bicipolo, deporte que está arribando a Mardel.
-Números de monociclos y demostración de Stunt.
-Talleres para infancias, para aprender a andar en bici y cuidados a tener en cuenta.

Y a las 17 hs se saldrá pedaleando en caravana hacia el camping municipal Centro Scout, donde acamparán los cicloviajeros que vayan llegando desde todo el país, y a donde se desarrollarán los siguientes días del Foro.

Esa misma noche se proyectarán cortometrajes y habrá un encuentro en el bar cultural La Periferia, ubicado a unas cuadras del camping.

El día sábado, ya en el camping, la jornada comenzará con una clase de yoga ofrecida por Lulea. Luego se realizará un paseo en bici recorriendo la naturaleza de la zona, para
regresar al medio día y disfrutar de un día pleno de charlas interesantísimas, entre otras:

-Mujeres y disidencias en el mundo de la ciclomecánica.
-Experiencias de viajar en bicicleta.
-Psicología del tránsito.
-Diseño y arte enfocado en la bicicleta.

También habrá talleres de primeros auxilios, emparchado y sobre aprender a andar en bicicleta.

En la jornada del domingo, más distendida, se eligirá la ciudad sede del FAB 2025 y luego de almorzar se partirá en una caravana colectiva hacia el centro, para darle un cierre a puro pedal, a este encuentro que dará que hablar.

Recordamos que todas las actividades son gratuitas y abiertas a toda la comunidad.

Info: Agustín Arevalo (11 58222110)  | Luciana Fernandez Ravelo (11 69811446) |  Vanesa Camino (2233 482931) | Luz Calabrese ( 2235 794099)
Fotos: Patricio Devoto y Soledad Gonzalez Lagarde  @soledadgonzalezlagarde

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Ciclismo urbano

3 ventajas y 3 desventajas del ciclismo urbano

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LO POSITIVO
Tiempo al tiempo
Dice una vieja frase que el tiempo es oro, pero en verdad ni todo el oro del mundo puede comprarnos tiempo de vida. Por eso el primer ítem en esta lista corresponde al invaluable beneficio de controlar nuestros horarios. Contrariamente al cliché acerca de los ciclistas urbanos, estos no eligen tanto la bici por ahorrar dinero ni por amor al medio ambiente, pero sí lo hacen por esta ventaja.
La comparación más clara las podemos hacer con el uso del automóvil particular. El viaje de un punto a otro de la ciudad manejando está sujeto a numerosos factores que hacen impredecible el horario de llegada. Embotellamientos, desvíos, cortes y conseguir un lugar de estacionamiento son cuestiones que afectan directamente el tiempo que nos llevará arribar a destino. Para paliar esta situación algunos conductores eligen salir con mucha anticipación, lo que, si bien puede resultar útil, en definitiva no es otra cosa que alargar la duración del viaje.
Respecto del transporte público en nuestro país, la bici todavía sigue siendo mejor ya que colectivos, trenes y subtes no suelen cumplir los horarios establecidos. Esto puede generar largas esperas en las paradas y estaciones, lo que torna muy difícil ser puntuales en nuestros compromisos. Si en cambio comparamos ir en bici o ir caminando, encontramos que ambas opciones comparten la previsibilidad del tiempo y los horarios de llegada. Pero si de tiempo de viaje se trata, trasladarse pedaleando podría llevarnos la tercera o la cuarta parte de hacerlo a pie.

Estar presentes
Moverse en dos ruedas permite estar en una conexión total con la ciudad. Necesitamos que casi todos nuestros sentidos estén en alerta. Esto nos lleva a estar presentes en el aquí y el ahora, algo que desarrolla muy sabiamente Juan Carlos Kreimer en su libro Bici Zen (Grupo Planeta, 2013). El beneficio es llegar a destino sintiéndonos con energía. Esto impacta positivamente en el rendimiento de quien se moviliza a trabajar o estudiar. Además, estar atentos durante todo el viaje hará que cada trayecto sea distinto. Aún si repetimos la misma ruta constantemente siempre habrá algo en el entorno que nos llamará la atención porque vamos en el mejor vehículo descapotable que se puede usar en una ciudad.

Comunidad
Este punto está muy relacionado al anterior. Contrariamente al aislamiento y la competencia que puede generar el uso del auto particular, la bici promueve el encuentro humano. La cercanía física, el poder estar cara a cara con el otro fomenta la rehumanización de la gran ciudad. Cruzar una mirada, hacer un comentario (¡sí, aunque sea sobre el clima!) o ayudar a resolver un pinchazo nos saca del individualismo y hace que las personas pasen de ser cohabitantes de un espacio físico a miembros de una comunidad. Esta diferencia no se da solamente con los autos; curiosamente también ocurre con el transporte público.
Tal vez en el futuro la gente que viaje en colectivo o tren entable relaciones más parecidas a las de los ciclistas. Pero por el momento les sugiero que hagan el siguiente experimento: al detener la bici en un semáforo prueben entablar una conversación con el ciclista que se detuvo a su lado. Ahora intenten hacer lo mismo en un subte con la persona que va parada junto a ustedes. Intuyo que encontrarán una diferencia.

LO NEGATIVO
Vulnerabilidad
En los países de nuestra región los ciclistas todavía somos muy vulnerables frente al transporte motorizado. Aunque la reaparición masiva de la bicicleta en el escenario urbano lleva ya más de un lustro, todavía es vista por mucha gente como algo extraño. Las últimas décadas se encargaron de fijar en el imaginario colectivo que las calles son de los autos. Esta intrusión de la bici genera reiteradas conductas violentas de parte de quienes manejan un vehículo grande y pesado y que muchas veces ponen en serio riesgo la integridad de los ciclistas. Poco a poco pareciera que esto va cambiando, pero hay que admitir que todavía estamos muy lejos de que nuestras calles sean bike friendly.

Clima
Es cierto que no tiene por qué ser un impedimento para agarrar la bici, pero siendo sinceros, hay días en que la temperatura, el viento y la humedad no son para nada favorables al ciclista urbano. Si bien existen varios trucos que ayudan a minimizar los inconvenientes de andar con lluvia, nieve o un solazo que raje la tierra, lo cierto es que los climas extremos no son nada agradables para optar por la bici. Más de una vez vamos a mirar con ojos de perro mojado a aquellos felices automovilistas, atascados pero con el bendito aire acondicionado.

Prejuicios
Fue tan grande el reinado del automóvil durante décadas que se llegó a pensar que quien no poseía uno era un marginal. El progreso era tener un auto propio y andar en bici era para pobres, hippies o veganos. Todavía esta idea persiste, aunque ya agrietada y con vistas a quebrarse del todo en los tiempos que vendrán. Por lo tanto es común recibir ciertos comentarios desagradables y discriminatorios cuando le contamos a gente desconocida que nos movemos en bici. La tendencia va cambiando (hoy hay CEOs de multinacionales que van a trabajar en bici) pero es necesario saber que todavía es muy frecuente enfrentar este tipo de situaciones.

Les propongo que hagamos una acción concreta: enviar esta nota a alguna persona que podríamos entusiasmar para que empiece a trasladarse en bici por la ciudad. Quizás estas palabras honestas acerca del ciclismo urbano puedan hacer florecer más ciclistas por las calles de la ciudad.

*Periodista y guía de ciclismo urbano en eventos turísticos y corporativos:
Twitter: @tincholehmann, tincholehmann.com.ar

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