Protagonistas
El creador de la marca de equipamiento de cicloturismo Halawa, Juan Pablo Casaccione, nos habla de sus viajes y de su inspiradora historia
Viajero incansable, diseñador y fabricante en Argentina de uno de los mejores —si no el mejor— equipaje de cicloturismo del mundo, Juan Pablo Casaccione (57) lleva toda una vida de viajes y trabajos con su marca, que lleva adelante en conjunto con su pareja Virna Lisi.
He aquí sus respuestas a nuestro ping pong.
¿Cuándo comenzaste a andar en bici?
A los 5 años, cuando me regalaron mi primera bicicleta, una plegable rodado 16 marca Miniroda, color naranja.
¿Cuándo y cómo empezaste a viajar?
Mi “primer viaje” lo hice a los 11 años en la Miniroda con dos amigos del colegio. Nos fuimos hasta la fábrica de Cacique. Me acuerdo que preparé en ese momento las cartucheras de plástico que iban bajo el asiento, con herramientas y parches. En ese entonces existía la Panamericana vieja, la colectora era de tierra. Fuimos desde Villa Pueyrredón hasta Munro y fue toda una odisea.
Tus viajes más destacados
Mi viaje más significativo fue en la primavera de 1996, de Socompa hasta Cafayate. Socompa está en el límite con Chile de la provincia de Salta, es plena puna y lo acompaña el ramal de carga del tren de las nubes. Fueron 15 días, tuvimos temperaturas extremas (-22ºC a la noche) y como nos demoramos unos días, Defensa Civil de Salta nos mandó a buscar desde Tolar Grande con una ambulancia, para que ubicara nuestros cadáveres… Cuando nos encontraron vivos no lo podían creer.
Tu primera bici (buena)
Una GT Talera, full cromo, con el primer Alivio Rapid Fire de Shimano de 21 velocidades, año 94.
Tu primer viaje.
Fue el nacimiento de Halawa. Con 12 amigos decidimos cruzar a Uruguay en ferry y no encontrábamos alforjas que nos convencieran en el mercado. En ese entonces yo ya estaba avanzado en la carrera de diseño industrial y decidí hacer el equipamiento para todos los que viajábamos. Cruzamos a Colonia e hicimos campamento base en el camping que estaba cerca de la Plaza de Toros y desde ahí recorrimos toda la zona.
Un momento de viaje en que peor te sentiste
En el viaje de Socompa a Cafayate. Por la altura sentía que no podía; lo peor era esa sensación de no poder. El camino medio arenoso, sendero, empujando la bici en trepada y cada 80 pasos parar a respirar y descansar. Esa noche me fui a dormir sin comer, solo tomé una sopa. Después me contó uno de los chicos que viajaba con nosotros, que es médico, que durmió toda la noche con la cabeza afuera de la carpa porque pensó que le iba a agarrar un aneurisma. Lo más loco es que al otro día me levanté como si nunca me hubiera pasado nada y podía pedalear como el mejor.
Un momento de viaje en que mejor te sentiste
Salimos de Salta hacía Cafayate, 204 kilómetros de ruta con las bicis super cargadas, pasamos por todos los puntos turísticos. Llegamos a la noche a un camping y se nos acerca una pareja mayor que viajaba en motorhome y nos dice: “Muchachos, no lo tomen a mal. Hicimos un cordero y no llegamos a comer ni la mitad…, ¿no lo quieren?” Todavía estaba en la parrilla, así que esa noche comimos ese medio cordero y los fideos. Después de una pedaleaba intensa una buena comida y cerveza es un premio muy grande.
Tu destino o recorrido preferido
En primer lugar Salta, más precisamente la zona de Cachi, y en segundo lugar Córdoba.
¿Hacer kilómetros o conocer?
Conocer, siempre conocer.
¿Subir o bajar?
Me gusta subir. Es divina la sensación de bajar pero disfrutar es trepar, es el desafío.
La bici que soñás
Una Rodeo Labs de gravel. El modelo se llama Trail Donkey.
La bici ideal para viajar
Depende qué caminos. En este momento, pensando en lo que quiero hacer, es una bici de gravel con las cubiertas bien anchas.
Bicicletas actuales (marca y modelo)
Una gravel Salsa Journey Man y una mountain bike Specialized Fuse.
Tu comida ideal de viaje
Fideos con aceite y queso.
¿Cuál es tu fetiche, lujo o mimo de viaje?
Un queso duro bien estacionado. Llevo un cuadradito chiquito y en lugar de rayador lo escamo. Ese es mi lujo de viaje.
¿Alforjas o bikepacking?
Todo depende. En este momento estoy muy minimalista. Creo que el ideal para mí ahora es combinar bikepacking con microalforjas.
¿Qué es lo que más disfrutás del proceso de crear un producto?
Siempre lo disfruto más en el papel porque todo es posible. Después te encontrás con la factibilidad de poder hacerlo o no.
Un consejo para alguien que no se anima a viajar
Hacerlo, sin dudar. ¡No tiene por qué ser algo épico! Si no te animás podés sumarte a algún grupo o tienda que organice salidas y así te sacás el miedo.
Fotos: Ariel Sabatella
Protagonistas
Lucas Paolone, un argentino que pedalea por el mundo y que nos regala un verdadero manual para cicloviajeros

Lucas Paolone (36) es un consumado viajero en bici, al punto que hace más de 6 años que prácticamente vive como nómade. Nació y habitó la mayor parte de su vida en la ciudad de Buenos Aires, pero al momento de este reportaje estaba residiendo y trabajando en la localidad balnearia de Villa Gessell.
Antes de todo esto, claro está, se formó: se graduó de técnico electromecánico, es analista programador y, ya en tren de salir en busca de otros horizontes, se preparó durante dos años como guía de montaña. Mientras tanto trabajo en el Banco Galicia como supervisor de redes, fue técnico en comunicaciones en una empresa privada y en la temporada 2021/22 se desempeñó como encargado de barra de Pizzería Nativa.
En Cafayate, mientras recorría la Ruta 40, conoció a su pareja, Aldana (42), fruto dorado de su pasión viajera.
Nos intrigaba saber cómo había comenzado su otra historia de pareja, su historia con la bicicleta: “Desde chico —nos cuenta— comencé a usar la bici. En unas vacaciones en Villa Gesell mi papá me llevó la bicicleta y me confesó que se había olvidado las rueditas estabilizadoras. Así que no quedó otra que aprender y lanzarme, con bastantes porrazos de por medio. Recuerdo que años después, en una quinta en Moreno (Buenos Aires), era muy chico e iba hacer los mandados; ya recorría casi 5 kilómetros y traía el pan, el carbón y el diario en una bolsa colgando del manubrio. Luego, de grande, comencé a participar en salidas rurales con el grupo Amigos del Pedal. Los domingos por lo general nos juntábamos en alguna estación de tren y nos alejábamos del centro de Buenos Aires para recorrer pueblitos por caminos rurales. Eran salidas de entre 60 a 80 kilómetros.”
Pero su iniciación viajera se dio durante sus vacaciones anuales: “En todas mis vacaciones laborales, que duraban de 15 a 21 días, siempre que pude agarré la mochila y salí de viaje, lo que me permitió visitar gran parte de los países de América del Sur. Pero en 2016 hice un giro de 180 grados en mi vida: renuncié a mi trabajo estable y salí con un boleto de ida y una mochila rumbo al sudeste asiático.

Viajé por Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos, Malasia, India y Nepal, donde logré visitar el campamento base del Everest y caminar más de 200 kilómetros por los Himalayas. Luego crucé a Europa y recorrí algunos países: España, Alemania, Noruega, Francia, Suecia, Dinamarca e Italia. En ese viaje visité el pueblo donde habían nacido mis abuelos: Castropignano, en la provincia italiana de Campobasso.
Luego de un año volví para tramitar la ciudadanía Italiana y allí fue donde decidí comprar una bici y seguir recorriendo el mundo sobre dos ruedas. Mientras tramitaba la ciudadanía hice un viaje en bici desde Munich a Venecia y también recorrí parte del sur de Italia. Una vez que me otorgaron la ciudadanía salí pedaleando rumbo al norte, hasta Milán, donde me sorprendió el invierno, y en ese momento tomé la gran decisión de subirme a un vuelo a Egipto para emprender la gran aventura de pedalear por el continente africano. El viaje duro 8 meses y 10 días, atravesé 11 países, fueron más de 11.000 kilómetros que jamás olvidaré. Atravesé el desierto del Sáhara, conocí a las tribus del valle del Omo, crucé un parque nacional lleno de animales salvajes, visité Zanzibar, una isla paradisíaca, crucé el desierto del Namib, conocí a la tribu Himba y logré llegar a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.”





Uno de los últimos viajes largos de Paolone fue recorrer la mítica ruta 40 en Argentina, pedaleando para ello más de 8.000 kilómetros desde Ushuaia a La Quiaca, una travesía en la que pudo coronar el Abra del Acay (4895 msnm), una meta mítica para los cicloviajeros.
“En ese viaje —rememora— me di cuenta que Argentina lo tiene todo, diversos paisajes en toda su extensión, de sur a norte.”

Hoy nuestro entrevistado se ha puesto como objetivo uno nada pequeño: “Seguir explorando el planeta Tierra.”
En breve se viene un nuevo viaje en bicicleta, de pocos días, por la Patagonia, “para no extrañar tanto la bici”, y su próximo proyecto, que comienza en abril, será intentar dar la vuelta a Sudamérica en dos motos XR 150 con Aldana, un desafío al que planean dedicar unos 5 meses.
“Juntos queremos cumplir el sueño de llegar Alaska en algún momento —dice—, y por otro lado me encantaría en el futuro poder pedalear por la Cordillera del Pamir y también por Mongolia.”
Presentado nuestro personaje, veamos el resultado de nuestro tradicional ping pong de preguntas y respuestas.
¿Por qué viajás? ¿Qué estás buscando?
Creo que todos esperamos las vacaciones después de un año de trabajo. La rutina diaria y pasar por los mismos lugares una y otra vez nos lleva a que sea un poco monótona la vida. Viajando, y de la forma que lo hice últimamente, cada día es completamente distinto. La gente con la que uno se cruza, el idioma, la tonada, la comida, los paisajes, los animales. Viajar me hizo ver las diferentes realidades que se viven en este mundo.
Viajo porque me siento libre, llevo todo lo que necesito conmigo. Quizás la familia y los afectos es lo más difícil o lo que más se extraña, pero gracias a la tecnología es más fácil comunicarse hoy en día a la distancia.
Busco exprimir lo máximo posible mi tiempo en este planeta, invertirlo en experiencia y no en cosas materiales.

¿Con qué equipo básico viajás?
Pase por varias configuraciones. Al principio viajaba con una mochila de camping atrás, colocada en un cajón plástico de verduras, y dos alforjas adelante. Hoy día, después de haberme cruzado con otros cicloviajeros e ir aprendiendo, viajo con una bici rodado 29, con un portaequipaje trasero donde pongo dos alforjas de 20 litros cada una y un bolso estanco de 45 litros, y en la parte delantera me incliné por el bickepacking: llevo un arnés en el manubrio con una bolsa impermeable, un bolso de cuadro y en la horquilla delantera dos bolsos de 8 litros. Todo lo referido a bickepacking es de la marca Ekeko.
En las alforjas y bolsos llevo prácticamente todo lo necesario para poder acampar, bolsa de dormir de buen rango térmico, una carpa de tres estaciones ultraliviana, una hamaca, silla plegable, aislante, colchoneta inflable, ducha plegable que sirve como bolsa de agua, cocina a alcohol, cacerolas, botiquín, repuestos como cámaras y a veces cubiertas, parches, rayos, cadena, patines de freno, cable de frenos y cambios, filtro de agua, pastillas potabilizadoras, brújula, panel solar, ropa de verano y de invierno.

¿Preferís viajar solo o acompañado?
Siempre que viajo, solo o acompañado, lo disfruto. A veces, dependiendo que tan exigente sea el recorrido o la ruta, prefiero hacerlo solo, porque manejo mis tiempos, el descanso de mi cuerpo, y no porque vaya rápido, sino todo lo contrario. Pero siempre que viajé acompañado, y más ahora que tengo una compañera, lo disfruto muchísimo.
¿Qué sentimientos te afloran en el camino?
La libertad es el primero, saber que no necesito más que lo que llevo en una mochila o en 4 alforjas para moverme por el mundo. Así como también la profunda admiración hacia la naturaleza. El viajar en bici hace que se genere una conexión prácticamente única.
¿Qué disfrutás más en tus viajes?
Que cada día es diferente, no saber dónde voy a dormir, ni a quién me voy a cruzar, ni con qué me voy a encontrar en el camino. Disfruto mucho del contacto con la naturaleza, acampar, respirar los diferentes aromas, ver los diferentes paisajes del planeta, sentir el sonido de la lluvia, bañarme en un lago, ver cómo va cambiando el paisaje, ver las costumbres de otros pueblos, otras culturas, otros idiomas. Explorar cada rinconcito del planeta Tierra.

¿Qué te incomoda más cuando viajás?
La verdad que todo lo que tiene que ver con visados, fronteras, vacunas, papelerío, requisitos que piden para poder cruzar de un país a otro, más los tiempos límites de permanencia. Y cómo a todo ciclista, lo que nos incomoda en el viaje es cuando el viento no se porta del todo bien y nos obliga hacer el triple de esfuerzo o incluso a buscar un refugio.
Tu primera bici.
Mi primera bici, con la cual realicé el doble cruce de los Andes. fue una Fire Bird modelo Patagonia 2010 rodado 26″ con 21 velocidades Shimano. Todo bien estándar.

…y tu primer equipamiento de viaje.
Esa Fire Bird la equipé con un portaequipaje trasero y una alforja monovolumen de 60 litros. Llevaba una carpa Doite modelo Zolo, demasiada ropa, bolsa de dormir para un grado bajo cero marca Quechua, algunos repuestos, aislante autoinflable gigante, mucha comida… Usaba solo un mapa que había impreso para ubicarme, no usaba GPS ni celular. Iba muy cargado y el peso estaba muy mal distribuido.
Tu primer viaje en bici.
Uno de mis desafíos era cruzar los Andes, así que le puse fecha y en noviembre del 2014 cargué la bici en el auto y manejé hasta San Martín de los Andes. Dejé el auto ahí, armé la bici y salí pedaleando hacia el paso Hua Hum; crucé a Chile, atravesé el parque Nacional Villarrica, realizando la ruta transvolcánica, y luego ingresé a Argentina por el paso Mamuil Malal. Pude conocer el Volcan Lanín, luego Junín de los Andes y finalicé en San Martín de los Andes. Fueron 7 días, un poco más de 360 kilómetros, empujé bastante en el recorrido pero fue tan hermoso el viaje que no quería que se terminase.
¿Hasta dónde llegás con la mecánica?
Con la mecánica me defiendo un poco, aunque para hacer ciertas cosas no llevo las herramientas indicadas. Lo que puedo resolver, por ejemplo, es un cambio de rayos, un cambio de piñón, un centrado de ruedas, un cambio de frenos. Y también llevo cortacadenas, además de un poco de alambre y precintos.
Durante la pandemia estuve tres meses en Tecka, un pequeño pueblo en la Patagonia, y para devolver de alguna manera la hospitalidad que me brindaron fui el bicicletero del pueblo y reparé algunas de las bicis.

¿Cómo financiás tus viajes?
Mis viajes siempre los financié con ahorros. En ocasiones paré y trabajé para juntar y seguir viaje. Por otro lado soy una persona que cuando está viajando trata de ser lo más austera posible. Trato de no gastar tanto en alojamiento, busco donde acampar, utilizo mucho en mis viajes la aplicación ioverlander y warmshower, dormí en estaciones de policía, casas abandonadas, bomberos, mezquitas, canchas de fútbol, clubes, casas de familia, debajo de puentes, iglesias… La gente también me ha dado una mano enorme, la hospitalidad recibida a lo largo de los 29.000 kilómetros que he recorrido ha sido enorme. Siempre digo que la gente que uno se va cruzando en el camino es la que va haciendo el viaje posible.
Un momento de viaje en que peor te sentiste.
Hubo algunos, pero el que más recuerdo fue una noche acampando en Etiopía. Me encontraba compartiendo camino con Michael, un cicloviajero alemán, y nos rodearon 10 militares, nos apuntaron con armas y mucho no le entendíamos. El problema fue además que al acercarse les sentí olor a alcohol. Estaban totalmente ebrios y al estar armados tuve mucho miedo de que a alguno se le escapase un tiro. Por suerte no pasó nada, sólo querían saber quiénes éramos, qué hacíamos y protegernos. Pero hasta que pudimos entendernos fue una situación muy tensa.
Un momento de viaje en que mejor te sentiste.
La verdad es difícil elegir uno, creo que fueron varios los momentos, varias las metas logradas, varios los desafíos cumplidos. Aunque quizás hubo momentos que jamás voy a olvidar, como por ejemplo cuando pedaleé por la zona de Omo Valley, en Etiopía, zona de tribus, donde me sentía como en un documental de National Geographic.


O cuando atravesé un parque nacional en Tanzania, donde se me cruzaban elefantes, jirafas y cebras por la ruta, con la posibilidad de que se apareciese algún león.
Otro momento inolvidable fue dedicarle un viaje exclusivamente a la Puna argentina y ver esos paisajes únicos del planeta como el Salar de Antofalla y el de Arizaro, con su cono de Arita.
Estar en el punto más alto de la ruta 40, el Abra del Acay, es un momento que jamás voy a olvidar.
Pero además de eso, cómo no sentirse bien arriba de una bici…

¿Qué destino/recorrido te imaginás para tu próximo viaje en bicicleta?
Mi próximo viaje en bici va a ser este mes de marzo por la Patagonia. Unos pocos kilómetros, algo que me quedó pendiente recorrer por la pandemia, un tramo entre Esquel y Bariloche, pasando por el Parque Nacional los Alerces.
Y el próximo viaje largo de 5 meses aproximadamente va a ser intentar dar la vuelta a Sudamérica, pero esta vez en moto. Voy con mi pareja, Aldi, de @porlatierrayelmar, cada uno en su moto XR 150. La idea es recorrer más de 20.000 kilómetros por 7 países.
¿Qué te tienta más, hacer kilómetros o conocer?
Creo que las dos cosas van de la mano. Hacer kilómetros te lleva a conocer más también, pero me gusta viajar lento, disfrutando de todo lo que el camino tiene para ofrecer, sus paisajes, su gente, su cultura, su clima…
Bicicletas actuales.
Bicicletas de viaje tuve 2. La Fire Bird que mencioné, con la cual muchos me decían que no iba a poder cruzar los Andes —a lo que qué por suerte nunca hice caso y seguí mi instinto. Y la actual es una bicicleta marca BTWIN rodado 29″, que compré en una tienda Decathlon en junio del 2018 en Italia por no más de 200 euros y con la cual recorrí más de 29.000 kilómetros por 3 continentes —3.000 por Europa, 11.000 por África y 15,000 por América del sur. La transmisión es Shimano Altus de 21 velocidades con un piñon Mega Range. Llevo platos 22/34, con los que he podido ascender varias cuestas y subir a más de 4.800 metros de altura en varias oportunidades. No tiene suspensión, los frenos son v-brake y el manubrio lo cambié por uno tipo mariposa para poder ir cambiando de posición en los trayectos largos.

Muchos me han preguntado si no era mejor una bicicleta de otras características, que me hiciese más fácil el viaje. Mi respuesta y mi experiencia dicen que no es necesario lo último de lo último para hacer grandes recorridos. Obviamente ciertos componentes pueden brindarnos comodidad, pero al tener una bici básica se pueden conseguir repuestos en casi todos lados, es más sencilla la mecánica y es más económico el mantenimiento.
Me han ofrecido otra bicicleta en el camino, pero con la BTWIN voy a seguir andando hasta que pueda. Son muchos los momentos que vivimos y pasamos juntos; sé que no deja de ser algo material pero significa mucho para mí, hasta le he hablado en varias ocasiones…
Tu meta como viajero es llegar a…
… disfrutar lo más posible de esta vida, tratando de explorar y sorprenderme con lo que hay en cada rinconcito de este planeta Tierra, tratando de que cada día sea una vivencia diferente y seguir asombrándome con la naturaleza.
Instagram de Lucas: @exp_tierra | Instagram de Aldana: @porlatierrayelmar | explorandoelplanetatierra.com

Cicloturismo
Gabriela Sabatini: enamorada de la vida, de Argentina… y de la bici

Residente en Suiza, Gabriela Sabatini no deja de visitar con frecuencia su país de origen. En esta ocasión pedaleó las Salinas Grandes jujeñas y otros puntos de la provincia. En sus redes, la extenista, hoy frecuente ciclista, posteó una selección de fotos de su viaje con un texto más que elocuente.

Ya en Jujuy, Gaby no solo pedaleó las Salinas Grandes, sino que aprovechó para visitar los mejores puntos de la provincia norteña.






Fotos: Instagram @sabatinigabyok
Eventos
Peter Sagan anunció en San Juan su retiro del ciclismo de ruta

Durante el día de descanso de la Vuelta de San Juan, en la que está participando, y justo en el día que cumplió su cumpleaños número 33, Peter Sagan anunció su retiro del ciclismo de ruta al final de la temporada 2023. El corredor eslovaco informó que continuará compitiendo sobre mountain bikes hasta los Juegos Olímpicos de París 2024, luego de lo cual planea abandonar completamente su carrera deportiva profesional.
Sagan ha sido un protagonista excepcional de la última década del ciclismo de ruta, el único en la historia en ganar tres campeonatos mundiales consecutivos entre 2015 y 2017, un gran protagonista de los clásicos de la primavera europea, ganador de etapas en las tres grandes vueltas y dueño de siete jerseys verdes en la clasificación de puntos del Tour, pero además y fundamentalmente, dueño de una personalidad cautivante y capaz de generar empatía a raudales entre los fans del ciclismo.
Yendo a lo estrictamente ciclista, Sagan es considerado como uno de los mayores talentos del ciclismo y uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos: clasicómano, velocista y rodador; además de poseer una gran destreza sobre el pavé y en los descensos. Un corredor polivalente y con gran regularidad, capaz de disputar etapas en todo tipo de terrenos salvo en la alta montaña, debido a su incremento de masa muscular desde que se inició como profesional.
En su palmarés, Sagan tiene un total de 121 victorias como profesional.
Es de esperar que Sagan tenga un gran año en esta temporada de despedida y que en 2024 podamos verlo brillar en el MTB, una especialidad a la que degustó en varias oportunidades pero que todo indica que durante el 2024 va a encarar como profesional.
Foto: Vuelta a San Juan (https://www.vueltaasanjuan.org)
Protagonistas
Gonzalo Zamorano: “Viajo para conocer, aprender, compartir, es lo que me da felicidad día a día.”

No hace mucho, el experimentado viajero Gonzalo Zamorano nos contó en Biciclub una de sus aventuras en bicicleta por la profunda Mendoza (https://biciclub.com/me-tope-con-mendoza-un-asombroso-viaje-en-bicicleta-2/) y poco después nos aportó un listado completo y detallado de todo lo que hay que llevar en un viaje en bicicleta (https://biciclub.com/un-detallado-listado-de-todo-lo-que-hay-que-llevar-para-un-viaje-en-bicicleta-2/). Todo esto nos decidió a invitarlo a esta sección de preguntas y respuestas, con la intención de conocer algo más de su repertorio viajero.
Gonzalo Alejandro Zamorano nació el 2 de septiembre de 1983 en Godoy Cruz, Mendoza, aunque hoy vive en Maipú (“y mañana —dice— podría perfectamente contestar otra cosa…”). En su etapa formativa hizo capacitaciones en fotografía y video, pero destaca que lo que lo ha formado son sus viajes, en los cuales “a lo largo de los años y durante mis viajes he tenido que aprender diferentes oficios, como carpintería, construcción, pintor; pero mi trabajo más constante ha sido relacionado a la fotografía y video”.

Cuando nos interesamos en su vínculo con la bicicleta, nos cuenta que siendo joven nunca había tenido una gran afición al ciclismo. “Andaba en bici pero no de forma constante. Hacía salidas esporádicas. Luego, con el pasar de los años descubrí un mundo nuevo que me apasiona, el cicloturismo. Y ahí fue que encontré en la bici a mi mejor compañera.”
Su historia de vida es casi la de un viajero profesional. “A mis 18 años me fui a Europa a buscar un mejor destino. Desde ese momento me apasionó conocer y descubrir otras culturas. Mis primeros viajes fueron de mochilero por Europa y luego me propuse conocer destinos más exóticos.”
Gonzalo cuenta que uno de sus viajes más significativos fue su primer periplo como mochilero por el sudeste asiático, donde estuvo por más de un año. Pero asegura que en sus inicios algo que lo marcó como cicloturista fue pedalear España de costa a costa.

Según su testimonio, hoy su mayor objetivo es poder inspirar a otras personas a tomar la iniciativa de emprender esas aventuras que por lo general solemos postergar por inalcanzables.
Lo que sigue es el resultado del ping pong de preguntas y respuestas.
¿Por qué viajás? ¿Qué estás buscando?
Es una respuesta que suele variar con el tiempo. Mis perspectivas cambian cada año. Hoy puedo decir que viajo para conocer, aprender, compartir, es lo que me da felicidad día a día.
¿Preferís viajar solo o acompañado?
Depende del viaje. En muchas ocasiones he preferido viajar solo. Eso me permite tener una mayor interacción con el entorno, pero siempre hay un espacio para compartir una aventura.

¿Qué sentimientos te afloran en el camino?
Creo que la nostalgia es el sentimiento que más me atrapa, que luego la comparto con la euforia que aflora y sobre todo en lugares inhóspitos, donde me encuentro conmigo mismo.
Tu primera bici.
Mi primera bici la tuve a los 7 años. La tuve que compartir con varios de mis hermanos.
Tu primer viaje.
Mi primer viaje en bici fue por unas semanas, cuando recorrí España de costa a costa. También hice parte del Camino de Santiago, una experiencia que me marcó y definió el rumbo de los siguientes años.
Tu primera bici de viaje y tu primer equipamiento de viaje.
Mi primera bicicleta de viaje fue una mountain bike Merida rodado 26 blanca. No recuerdo el modelo, en mis inicios no estaba muy atento a ello. Respecto al equipamiento, tenía básicamente todo muy bien organizado, lo había estudiado durante meses, pero llevaba más carga que ahora
¿Hasta dónde llegás con la mecánica?
Tengo bastante idea, muchas veces viajando me encuentro en situaciones en las que suelo ser yo el que ayude a otros a solucionar algunos problemas mecánicos.

¿Cómo financiás tus viajes?
He logrado financiar mis viajes de diferentes maneras, hoy sobre todo con publicaciones, trabajos de fotografía video y con la ayuda de algunas personas que aportan algún granito de arena a mis locuras.
Un momento de viaje en que peor te sentiste.
Durante mis viajes me afecta estar mucho tiempo incomunicado. Sé que mi familia puede estar preocupada. Pero la peor experiencia la tuve cuando presencié el terremoto de Nepal.
Un momento de viaje en que mejor te sentiste.
No podría quedarme con uno, pero me vienen a la cabeza recuerdos hermosos de la Patagonia argentina, donde conocí gente increíble a quienes hoy considero amigos.

Tu destino o recorrido preferido.
La Cordillera de los Andes y la Puna me cautivaron día a día.
¿Hacer kilómetros o conocer?
Indiscutiblemente conocer alimenta mi alma y me inspira a seguir descubriendo un mundo que parece interminable.
Bicicletas actuales.
Estoy muy contento con mi Venzo Atix EX.

Equipamiento actual para viajes.
Ahora mi equipo está constituido sobre todo con material de bikepacking, aunque siempre queda algo por mejorar, ya que se va actualizando constantemente. Con los años he logrado reducir gran parte del equipo a lo mínimo y esencial.
Tu meta como viajero es llegar a…
No tengo una meta en particular, voy día a día, mirando, observando y planificando.
Seguí las aventuras de Gonzalo en: https://www.instagram.com/gonzalo.zamorano/

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