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Deporte y Entrenamiento

Las fotos y un magnífico relato de la Vuelta del Porvenir femenina corrida en San Luis

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Entre el 9 y el 13 de febrero pasados se corrió en San Luis la Vuelta del Provenir, una carrera de ruta por etapas en las que hubo una sección masculina y una femenina. De esta última trata esta vívida crónica.

 

El Porvenir de las ladies
Por Sofia Enecoiz

El Merry móvil viaja hacia la tierra prometida de San Luis, capital del ciclismo. Atraviesa la lluvia y de fondo suena un éxito tras otro de Alejandro Sanz. Viajo otra vez con Mariela y Sofía, ahora las dos forman parte del mismo equipo, el Weber Shimano Ladies Power. 

El ciclismo es federal, nos obliga a viajar por todo el país. Las chicas se turnan para manejar, yo voy de observadora. A último momento surge la posibilidad de ir a cubrir la Vuelta del Porvenir y se concede mi sueño de ser prensa oficialmente. Hacemos una parada para dormir en un típico hotel de camioneros en la localidad de Vedia, llegamos por la noche, parece un pueblo fantasma. Los pisos del hospedaje están alfombrados, detalle que me hace conectar con cualquier verano de mi niñez en la costa. Dormimos las tres en un cuarto con tres camas y un ventilador que nos sobrevuela; emite el sonido blanco que ayuda a conciliar el sueño. Hay un detalle que me llama la atención: ambas corredoras utilizan grabaciones de meditaciones para ir a dormir. Me pregunto si eso me serviría a mí en una situación de concentración, nunca lo probé, mi meditación es el rumiar de las alas del artefacto destartalado. 

Partimos a la mañana. Me levanto más temprano que ellas, bajo al desayunador y para mi sorpresa no estoy sola; varias parejas de hombres me imitan tomando café y comiendo medialunas. Adivino: han de ser choferes que, como Mariela y Sofía, se turnan en largas jornadas de carretera. Cuando bajan, las chicas comienzan la ingesta de hidratos. El desayuno es pobre en frutas. 

El segundo tramo del viaje se hace corto. Coincidimos las tres en que parar y dormir ha sido una idea estupenda. Mariela y Sofía hacen contenido para las redes, las personales y las del equipo, analizan el perfil de la carrera, la lista de corredoras inscritas, hasta que un cartel nos sorprende: San Luis, reza el arco que vigila la entrada a la provincia. Dos columnas de piedra gruesa custodian a los lados de la ruta. Al traspasarlas el ingreso se hace efectivo. 

Decidimos almorzar antes de llegar a Juana Koslay. Encontramos un comedor rutero para nada elegante, con una moza desmemoriada del menú. 

Los deportistas y la comida son un tema aparte. Previo a la competencia las restricciones alimenticias son necesarias: continúa la carga de hidratos. Pedimos unos ravioles, ellas con aceite porque mejor no correr ningún riesgo estomacal, yo me animo y pido un tuco, que en realidad no es más que la salsa de estofado a la que le han quitado la carne. No tengo un paladar tan inocente y reconozco el dejo de la grasa de algún animal en mi plato. 

Sofía y Mariela paran en el Ave Fénix, un club que hospeda deportistas de todos los rubros, ubicado sobre Avenida del Viento Chorrillero, en Juana Koslay. Allí la organización destinó cuartos para todos los equipos femeninos que participarán de la jornada de dos días de la Vuelta del Porvenir. Hay algo particular en la ubicación de este nuevo hospedaje: el chorrillo. Es el nombre de la geografía puntana donde va a tener lugar toda la carrera, tanto masculina como femenina, y su viento, el chorrillero, es además un elemento clave en el deporte que se va a desarrollar a lo largo de estos días. El chorrillero, a pesar de las molestias que ocasiona a los ciclistas, reporta beneficios no despreciables: en la época de los fuertes calores, como el verano que transitamos, sopla atemperando el clima. Al parecer, nosotras llegamos con el aliento fresco que mueve a los chorrillos entre las piedras de los ríos secos de San Luis. 

Al día siguiente es la carrera, primera etapa. La noche previa, las Ladies tienen charla técnica con el director del equipo, el Pampa Ferrari. Yo me hospedo en otro lugar, con representantes de prensa, pero también me preparo: apilo la ropa en un rincón del cuarto. Mañana 6 de la mañana arriba, directo a la largada, gracias a Verónica, manager del equipo, que me asegura un lugar en el auto de auxilio de la Ladies. Es mi primera vez en una caravana. 

La primera etapa

El sábado amanece frío y despejado, casi como si no fuese febrero en la provincia puntana. Me arrimo hacia la largada y veo el amanecer entre las incipientes montañas. Sin embargo no estoy segura de que San Luis tenga picos de cordillera, son como el inicio de otra geografía que se desarrolla con mayor intensidad en Mendoza. 

El arco de largada tiene impreso el nombre de la Vuelta, esta es la segunda edición. Ubico al equipo, sus corredoras, auxiliares y autos; al principio pienso que voy a ser inservible, que solo vine para mirar y retratar situaciones. Cuando Gustavo, mecánico y asistente del Ladies, me da su cámara y me dice si puedo sacar algunas fotos durante la carrera me doy cuenta que mi rol va a ser otro. 

Las corredoras están, en su mayoría, acompañadas por algún miembro familiar. Las junior directamente viajan con todo el entorno: madre, padre, hermanos y hermanas. Las corredoras madres han traído a sus hijos. El ciclismo es familia, escuché decir una vez en Lanús y acá, a cientos de kilómetros de las casas de cada corredora, se comprueba. Cada una de ellas tiene un pequeño ritual: una madre hace una trenza con el pelo de su hija que sobresale del casco, el padre de otra le pasa un trocito de banana perfectamente fraccionado con antelación, el técnico les arrima sus caramañolas especialmente cargadas con lo que toma cada una. Sanguchitos de membrillo, sobran.

Ordenamos la chata, Gustavo le pone el número 7 a la parte trasera; buena suerte, pienso yo. Nos acompaña el enredo de ruedas, bicicleta de auxilio y la tensión, sobre todo la tensión de estar a punto de largar. 

El equipo se acomoda en la largada y Gustavo recoge las camperas de todas sus corredoras. Larga la primera etapa del Porvenir y nosotros atrás, una larga fila de autos, la famosa caravana. Hay un orden, una idiosincrasia diré, que seguir: adelante de todo, detrás del pelotón, están los comisarios repartidos en dos vehículos: uno en moto, el otro en un auto. Luego, siguen los autos de auxilio neutral que, por alguna razón que desconocemos, se han ubicado detrás de los comisarios, aunque por lo general van al fondo de la caravana, cuando ya no hay otro auxilio posible. Después, seguimos nosotros, los autos de los equipos, en fila según el número que ha tocado por sorteo el día previo. El 7, dentro de todo, es una buena posición. Fantaseamos que podremos ver la carrera, aunque en realidad solo veremos partes. 

Maneja la chata el padre de Vane, una de las corredoras, un cordobés simpático y por demás relajado; en el asiento de acompañante va Gustavo, imagino que debe haber sido corredor también, y que por lo flaco y chiquito que es seguro ha subido bien más de un puerto. Hay tensión entre ellos, siento que a Gustavo le gustaría estar manejando, da indicaciones, le recuerda al padre de Vane que no tiene que pasarse a la mano izquierda, la caravana siempre por derecha. Cuando el auto agarra una bajada y el pelotón una subida lo vemos, a lo lejos, como una nube compacta multicolor de cabezas encascadas; es en uno de esos subibajas que me parece ver a Mercedes Fadiga levantar la mano: pide auxilio. Me sorprendo un poco de mí misma: cómo puedo reconocer a alguien en ese mundo de piernas y manubrios apretados, pero al mismo tiempo pienso que Mechi es bastante particular, reconocible entre la multitud. 

El auto de auxilio se prende fuego; Gustavo le grita con todo al padre de Vane: ¡Ahora sí, por la izquierda! Pasamos por lugares imposibles, abriéndonos camino a los bocinazos. Mechi, que ya está siendo auxiliada por un auto neutral, le grita a Gustavo que dale, que se apure, que ahora ya está, y él, que llega tarde, no logra ponerle la rueda que se merece la campeona argentina de ruta. En un segundo Mechi se sube al sillín y Gustavo empuja y corretea a su lado. Ahora tenemos que alcanzarla a la caravana. Mercedes trepa como solo había visto en televisión, en carreras pro tour, es como si lanzara una telaraña que la acerca a los autos. Mariela Delgado baja para buscarla, para ayudarla a conectar con el pelotón, y ahí van, en la danza de la caravana, como dos gitanas que conocen la coreografía a la perfección.

La carrera se vuelve paisaje: aparece el dique La Florida con sus ondulaciones y el pelotón se estrella contra el fondo azulado de puentes carcomidos por el tiempo. Más de una corredora pincha en ese terreno. Las pasamos, esquivamos a los autos de otros equipos que también las auxilian, que sufren lo que sufrimos nosotros al principio de carrera. Gustavo reconoce qué corredora es capaz de alcanzar nuevamente al pelotón y qué corredora va a terminar con el coche escoba. Por momentos dice: esta chiquita tiene miedo, con esa cadencia no va a llegar. 

En el murallón del dique presenciamos el ataque de Lola Rodríguez, la experimentada corredora del Club Ciclista del Plata que viene de ganar el Tour Femenino Internacional de Uruguay, una carrera casi obligatoria en el calendario femenino de América del Sur. El momento de quiebre está en esa subida, es el único tramo en el que puede romper al pelotón. En el auto discutimos que si la fuga no se arma acá el sprint va a ser masivo. Hay una reducción pero no es definitiva, las que quedan colgadas aún pueden acoplarse y el pelotón mayoritario todavía conserva una buena cantidad de corredoras, unas 25 de 70. Para mi sorpresa, la meta montaña se la queda Eliana Tocha, algo en lo que voy a pensar ahora y a futuro, intentar comprender cómo la sprinter del grupo gana esa posición.

La bajada no la vemos, me contarán después que fueron rápido, algunas tocan los 70 km/h. El pelotón ingresa en la zona de la rotonda de El Durazno, una ruta arbolada, en gran estado y rápida. Allí se define la meta sprint, que tampoco la vemos. Nos acercamos al auto del Pampa, que nos hace señas, y con una sonrisa nos dice: la ganó Mariela. Festejamos, a falta de radio tour los datos van y vienen entre vehículos. Me la imagino a Delgado apretando el manillar y mostrando los dientes; quizás la lanzó Sofi, pienso. 

Ya se termina, les comento a Sergio, el conductor, y a Gustavo, ¿Ya? me responden. Y sí, quedan menos de 20 kilómetros. Acá veo la diferencia entre las Ladies y la mayoría de los otros equipos: llegan juntas al final. Sofía ya me había dicho: vas a ver que nosotras vamos a ir juntas adelante y así las veo en el último kilómetro: armadas, formando una estela con los mismos colores. Sin embargo sus diferencias físicas me dejan reconocer a cada corredora por su nombre. Se desprenden en los momentos justos: 1 kilómetro, 700 metros, 500 metros, 300 metros, 200 metros y los 100 metros finales son de la sprinter, la locomotora Tocha, que pasa la meta con las manos en alto y una sonrisa de oreja a oreja.

Nosotros, desde el auto, tenemos un ángulo rarísimo, un perfil del sprint, las seguimos de costado, como un traveling cinematográfico y de hecho intentamos filmar: Gustavo y yo sacamos medio cuerpo de las ventanillas y agitamos nuestros celulares para captar ese momento, aunque ambos sabemos que es imposible. No lo vemos pero lo escuchamos, el relator nos cuenta que es Eliana la ganadora y que las Ladies se llevan los laureles de la primera jornada del Porvenir. 

Segunda etapa

La segunda etapa de la Vuelta es incertidumbre para mí: aún no sé cómo voy a llegar a la largada. A diferencia de ayer, la etapa larga a 7 kilómetros de donde estoy parando. Descarto ir pedaleando, ya que voy a transitar el recorrido junto con el auto de auxilio de las Ladies, otra vez. 

Bajo a desayunar con la idea de pedir un remís en la recepción. Hablo con la recepcionista antes de desayunar, quien muy amable me responde que ella se ocupa de conseguirme algo, que no es fácil pero que hará el intento. Las mesas del comedor están dispuestas en dos formas: las redondas son para los equipos (la prensa duerme en el mismo lugar que el Team Medellín, la selección de Chile, Swift Carbon Pro Cycling de Brasil, la selección de Paraguay y Construcciones Zea de Colombia) y las cuadradas para los mortales, que en su mayoría somos prensa. 

Sentado, en la esquina del salón, lo veo a Enrike con k; así se va a presentar él momentos después. Toma un yogur con cereales y café, tiene ojeras como yo, de esas que vienen inherentes a uno, no importa si estamos cansados o descansados. Me presento y le consulto cómo va a llegar a la largada de hoy, me dice que le envíe mi teléfono, que me va a poner en una combi para prensa (otro sueño más en menos de 15 minutos). Conversamos sobre ciclismo, medios, referentes. Me comenta que trabaja para Voces del Ciclismo, un reconocido portal que suele entrevistar a los ciclistas ni bien se bajan de la bicicleta al terminar una carrera. 

Termino mi café un poco ansiosa. Aún no sé si viajaré en la combi, en un remís o si tendré que improvisar algo, cuando bajan otros tres periodistas: José Luis Rojo Mallea, el reconocido fotógrafo que está en todas las grandes vueltas, y la dupla de Tiempo de Descuento: Marcela Dutto, fotógrafa también, y Sebastián Fernández, que no es ni más ni menos que el presentador y relator de toda la Vuelta del Porvenir. La combi, nos dicen por mensajito, queda cancelada. Me arrimo a esta mesa de trabajadores del ciclismo para garronearles un lugar en el auto. Se consultan entre ellos y, finalmente, me dicen que sí, que vamos a viajar apretados pero que no hay problema. Los veré trabajar a lo largo de toda la etapa, a diferencia mío ellos cubren todas las categorías, tienen una jornada de más de 12 horas de trabajo. 

Llegamos a la largada y cada quien dispara para sus puestos. Otra vez tengo que buscar al equipo. Hoy estoy un poco más relajada, conozco a Gustavo, a Sergio, al Pampa. Los veo, todos juntos con las corredoras, que, por cierto, también están más distendidas. Hace más calor que el día anterior y la carrera para ellas ya no está en juego sino que deben asegurarla, mantenerla en sus manos. ¿Qué significa esto? Que tendrán que correr estratégicamente, como si antes no lo hubieran hecho también, pero ahora es otra decisión deportiva, el objetivo es controlar la carrera. 

Esta vez el recorrido es un circuito que las corredoras tendrán que repetir tres veces. El día anterior fuimos a reconocerlo con algunas ciclistas: es rápido, con una meta montaña agresiva y una meta volante que aparece luego de una larga bajada. Antes de que larguen, el Pampa me pregunta si me estoy divirtiendo, que cómo veo la carrera. Le cuento mi inquietud: ¿cómo puede ser que la sprinter del equipo haya ganado las metas de montaña? Me cuenta que Tocha, además de estar en un gran estado de forma y de que estas carreras no suponen subidas largas y de mucho porcentaje, tiene mentalidad de ganadora. Él dice que, a pesar de sus jóvenes 16 años, Tocha se propone algo y va fondo, que el no pareciera no estar en su vocabulario. 

Gustavo me pregunta si puedo ir yo a buscarles las camperas a las chicas que ya están en la largada; definitivamente ya me hicieron una más en este equipo. Aprovecho para sacarles unas fotos y ver sus caras con los nervios contenidos y un pie en el suelo antes de trabarlos en pedales. Mercedes, que está adelante de todo, al igual que el resto de sus compañeras mira al piso y justo antes de que toquen la chicharra y se escuche el clásico “vía, vía”, se persigna. Comienza la carrera. 

Corro hacia el auto, Sergio y Gustavo ya están listos. Hoy tenemos una posición complicada en la caravana. Como el circuito es más trabado y justo delante nuestro queda una Transfer de San Juan, la visión está obstruida. Hacemos la primera vuelta en nuestro lugar, Sergio cada tanto se asoma por la izquierda para ver un poco más. Nada. Otro día sin radio tour, vamos ciegos, a la vieja usanza. 

El Ladies deja ver su estrategia desde el inicio: imponen un ritmo muy fuerte, con el objetivo de que nadie pueda contraatacar, resguardan a Tocha para que pueda mantener el maillot de junior, la montaña y de la general, en una redonda furiosa. Gustavo propone que en la segunda vuelta nos ubiquemos en la subida larga que termina en el Peaje Perilago para dar abastecimiento. Parece una buena idea, ya que el equipo cuenta con un auto mejor posicionado en la caravana para brindarles auxilio. Cortamos camino en la rotonda de la YPF y bordeamos el Dique Cruz de Piedra, un embalse de agua que se lucirá en las fotos aéreas. 

Sergio estaciona la camioneta bajo la sombra, Gustavo nos reparte botellas de agua para las corredoras y los tres preparamos nuestros celulares para filmarlas cuando pasen. Me ubico en el borde de la curva, pienso que es el mejor ángulo para retratar al pelotón y espero. A mi lado hay una familia numerosa; cuento: madre, padre, dos hijos, un bebé y alguien que adivino como tío. Juntos, entre neveras con pan dulce y avituallamiento para algún corredor, esperan sentados en sillas reposeras y analizan la etapa masculina del día anterior. Más adelante hay una van ploteada con la leyenda de una escuela de ciclismo. Sus dueños están tomando mate, también esperan a las corredoras. 

Sergio le grita a Gustavo y como un eco me llega a mí: ¡Ahí vienen! A lo lejos, del otro lado del dique, las veo. Al principio son una mancha indistinguible, un tren de un solo vagón que avanza. Al acercarse los colores de cada jersey se encienden y las corredoras se vuelven individuos. En la punta ataca Lola Rodriguez, a esta altura es sin duda las más combativa de la montaña. Atrás, como una sombra que no se va a despegar, viene Sofía Martelli mordiéndose los dientes y yo no puedo no gritarle: ¡Dale, Sofi! Hay dos momentos por demás emocionantes para observar una carrera: un tramo de montaña y el sprint final. En ese momento me doy cuenta que esta carrera se reduce a esas dos situaciones. Martelli esconde tras su rueda a Tocha, la chiquita, la sprinter, y extrañamente se la ve contenta. No puedo decir por qué, pero pareciera que tiene una sonrisa en la cara. Arriba, luego del peaje, la ganadora es  Nelismar Gómez, del Castaño Team. 

Nos subimos otra vez al auto. Esta vez Gustavo propone ir a la puerta del Ave Fénix para otro avituallamiento. Les pido que me dejen en la rotonda antes de la llegada, preciso ver la definición de esta etapa en la meta sprint. Me bajo rápido, como si fuésemos un grupo comando y yo la criminal más buscada del condado. Ellos doblan en la rotonda para acortar camino, antes de que pasen las ciclistas. Camino bajo el sol, que hoy sí está tremendo y me arrepiento de haberme puesto pantalones largos; el clima de San Luis puede ser impredecible. 

Me paro al lado de la mesita de los comisarios, quizás el único lugar con sombra en la zona de la terminal de ómnibus. Estamos bajo el techo del arco de llegada, busco la mejor posición para ver y grabar el sprint. A mi lado los jueces analizan números, anotan tiempos, se comunican por radio con el comisario que está en la carrera. Veo que Sebastián Fernandez tiene su celular en un trípode, lo suficientemente alto como para que yo me acuclille abajo y grabe desde un ángulo inferior la definición de la etapa. Le pido permiso y me ubico. Ahora esperamos, de oído nos van cantando por dónde pasa el pelotón: faltan 10 kilómetros, están en el peaje, ya van a doblar. Aparecen, la estampida final que pasa por entremedio del vallado. Traigo conmigo dos celulares, uno para filmar en cámara lenta y el otro normal. Me pregunto qué veré yo, si por las pantallas o el vivo. 

El final es velocidad toda junta que se nos viene encima, como una ola a punto de romper. Tocha, Granizal y Aguirre quedan bien posicionadas para disputarse el primero, segundo y tercer puesto. Nosotros, los espectadores, vemos esa forma en la que se bambolean los cuerpos: de un lado hacia el otro, los codos flexionados que sacuden el manillar, la cabeza hacia abajo y por último el lanzamiento hacia adelante de la bicicleta, a ver quién pasa la línea primera. 

La ganadora es Granizal. Incluso lo sabe microsegundos antes de traspasar la meta, pasa por el arco con las manos extendidas hacia el aire y siento que la escucho gritar. Luego, Tocha, y tercera Ludmila Aguirre. Tras ellas el resto de las ciclistas pasa con la inercia del embalaje. Un final apretadísimo, dice Sebastián, de Tiempo de Descuento, por el micrófono, y yo respiro, extiendo las rodillas y pienso: se terminó. 

 

Por Sofia Enecoiz: sofiaenecoiz@gmail.com 

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Deporte y Entrenamiento

Una programa de nutrición para ganar masa muscular que aporta estabilidad y potencia al ciclista

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Más allá de buscar tener un cuerpo definido, ganar (o preservar) masa muscular es esencial para el rendimiento deportivo. Entre otros beneficios, tener masa muscular favorece la estabilidad, aporta fuerza, potencia y previene lesiones.
Este proceso es conocido como hipertrofia y tiene que ver con el crecimiento muscular de forma progresiva.
Para alcanzar este objetivo, además del entrenamiento específico de fuerza, la alimentación juega un rol clave.
Ésta debe ser a base de un superávit calórico, donde se consuman más calorías de las que se gastan.
Pero en este camino también se debe aumentar la ingesta de proteínas diarias, un macronutriente que colabora en la formación de los tejidos de los músculos, siendo los huevos, el pescado de aguas profundas como el salmón, el atún, la trucha y, las carnes magras las mejores fuentes de este nutriente, debido a su calidad y a que también aportan calcio, vitamina D y B12, fibra y Omega-3, nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro, del metabolismo y para fortalecer el aparato músculo-esquelético.
Pero para un correcto aumento de la masa muscular, la ingesta de proteínas debe complementarse con el consumo de otras fuentes de alimentos. En especial los carbohidratos, porque aportan energía y grasas saludables.
Entre las grasas saludables recomendadas se encuentran la palta, los frutos secos, aceitunas y aceite de oliva. Lo ideal sería incluir al menos una porción de alguno de ellos en cada comida del día. Así estaremos aumentando nuestra ingesta calórica y además nos aportarán un efecto antiinflamatorio protector contra lesiones y que favorece los procesos de recuperación ante los entrenamientos. Dentro del grupo de los carbohidratos complejos se sugiere la ingesta de legumbres o cereales integrales. En relación a la porción de estos, deberían ocupar entre un cuarto y un tercio del plato.
Por otro lado, debemos cuidar la incorporación de minerales tales como el potasio y el magnesio, cuyo rol es colaborar en la recuperación de los músculos y evitar los cuadros de calambres. Los principales alimentos donde se encuentran ambos nutrientes son la palta, banana, dátiles, las verduras de hojas verdes como el kale y la espinaca.
En cuanto a los suplementos nutricionales, si bien estos no son esenciales, muchos aportan practicidad para cubrir las necesidades aumentadas que hemos mencionado.
En este sentido, los batidos de proteína de suero de leche o Whey protein nos permiten sumar una buena cuota de proteínas de alto valor biológico (tienen entre 20 y 25g/porción) en momentos del día en que estamos fuera de casa o que contamos con poco tiempo para hacer una ingesta más completa.
De igual modo, los suplementos de citrato de magnesio van a garantizar que cubramos los requerimientos de este nutriente, que además, en una dosis más alta, va a aportarnos un efecto de relajación psíquico y muscular.
Una mención aparte merece la creatina. El monohidrato de creatina es hoy uno de los suplementos más estudiados, clasificado cómo Clase A (seguro y efectivo) y que ha demostrado favorecer, en el marco de un plan de entrenamiento adecuado y teniendo cubiertos los requerimientos nutricionales, la recuperación y el crecimiento muscular.

Texto: Juan Pablo Bruno, licenciado en nutrición (MN 7292, MP 2818), nutricionista deportivo.
Atención online y presencial: whatsapp 2954-645889 | Instagram @juanbrunonutricionista
Foto: Imagen de vecstock en Freepik

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En el corazón de la Bahía de Nordelta abrió un nuevo y espectacular Scott Store

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Con una selecta presencia de gente que forma parte del mundo de la bici, amigos y familia, el pasado jueves 30 de diciembre abrió en Avenida del Puerto 240 de Nordelta un nuevo Scott Store, en el marco de un evento tan sofisticado como los productos de la marca suiza.
Se trata del tercer Scott Store que inaugura el Grupo Tolosa —el primero fue el de Pilar y el segundo el de San Isidro.

La tienda es exclusiva de bicicletas Scott y entre su line-up cuenta con todo el abanico de mountain bikes y bicis de ruta y gravel que está produciendo Scott en Argentina, más los modelos de alta gama que llegan directamente ensamblados de origen.

Además de todas las joyas de la marca suiza, la tienda dispone de un sin fin de accesorios y componentes de las marcas más importantes del rubro de la bici: Syncros, Shimano, Sram, Maxxis, Vittoria, Schwalbe, Oakley, Santini, Muc-off, Look, Milkit, Fox, Rock Shox, Profile Design, Camelbak, Pirelli, Elite y DT-Swiss, entre otras.
 

Esta sucursal, como todas las desarrolladas por Matías Carsillo, ofrece muchísimos productos y servicios de vanguardia, pensados para darle al ciclista todo lo que necesita y más también, así como un servicio técnico de primera línea.
Como nos tienen acostumbrados las tiendas Scott del Grupo Tolosa, al entrar en cada una de ellas se respira ciclismo y camaradería. Al instante se percibe que cada miembro del staff que nos recibe, aparte de ser grandes amantes del ciclismo poseen un amplio conocimiento técnico y gran capacidad de asesoramiento.


Avenida Del Puerto 240, Nordelta (BA)
11-3301-3204
www.scottstorepilar.com.ar | Instagram: @scottstorenordelta

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Deporte y Entrenamiento

Zion hace grandes bicicletas, participa en carreras… y gana

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Nacida en 2019 a partir de la inquietud de un grupo de empresarios unidos por su amor a la bici, la marca Zion participó por primera vez en el afamado Rally Tandil como mainsponsor.
La marca y su equipo de corredores estuvieron presentes además durante los días previos a la carrera con un stand donde expusieron sus bicicletas y en el cual se realizó un desafío impulsado por la marca para participar del sorteo de una bicicleta Zion Strix. E instalaron el arco de largada y llegada y repartieron variedad de regalos durante la entrega de premios.



En cuanto a lo deportivo, el equipo Zion Factory Racing Team participó de la carrera del día domingo con dos de sus deportistas, Agustín Córdoba y Nehuén Olguín, quienes obtuvieron el primer lugar en sus categorías: el primero en categoría Elite y el segundo en categoría Juveniles. Ambos compitieron con mountain bikes Zion Diablo de fibra de carbono, tope de gama de la marca.


Un catamarqueño de apellido Córdoba que vive en Mendoza

Agustín Córdoba tiene 27 años y nació en la localidad catamarqueña de Tinogasta, donde era estudiante de Artes Visuales, aunque actualmente reside en la provincia de Mendoza, donde es parte del equipo de ventas de la tienda de ciclismo Matt Bikes.
Pero no menos importante en su vida es lo que hace sobre la bici, cuyas capacidades demostró luego de cruzar la meta de Tandil en el primer lugar de la categoría Elite.
Festejo y la mirada puesta en el futuro: “Ya me encuentro preparando mis próximos objetivos para esta nueva temporada —afirmó—, entre ellos grandes clásicas como los campeonatos argentinos de XCO y la Vuelta de Mendoza de ruta. Sueño con poder representar a mi país, a mi provincia y a la marca en una Copa del Mundo. Creo que la bici hoy forma parte de mi vida, disfruto de ella todos los días.”

En la post carrera Agustín nos aseguraba que la de Tandil había sido una gran experiencia en la que todo había salido según lo planeado: “Pude quedarme con el primer puesto y disfruté del trazado de principio a fin. Es una carrera para volver, pasamos unos maravillosos días con el Zion Racing Team y su gente y con mis compañeros de equipo.”

Durante esta temporada compitió con la mencionada Zion Diablo, sobre la que ganó campeonatos y obtuvo podios en grandes clásicas: “La Diablo es actualmente el modelo tope de gama de la marca y es un excelente producto. Lo que más admiro del modelo es su geometría; el cuadro se adhiere a todo tipo de terreno, dejándote fluir y disfrutar de la forma más segura.”

“Me gusta el deporte, me apasiona el ciclismo”

El otro ganador Zion de la tarde tandileña se llama Nehuén Olguín, solo tiene 17 años y vive en Luján de Cuyo, Mendoza, donde actualmente cursa el quinto año de la secundaria en una escuela técnica. Confiesa que le gusta el deporte en general pero que particularmente le apasiona el ciclismo, aunque en sus tiempos libres también hace trekking en la montaña, no le escapa al running y le da placer ir al gimnasio.

En Tandil se lució en su categoría, Juveniles, en la que se coronó campeón. Festejó junto a su equipo y muy poco después ya estaba, tal como su compañero Córdoba, con la mirada puesta en el futuro inmediato: “Mis metas para la temporada 2024 son las carreras más importantes del país: Altas Cumbres, Río Pinto, Trasmontaña, los campeonatos fecha única que se realicen y la idea es ir a la primera fecha de la Copa Mundial UCI de XCO que se va a correr en Brasil.”


Nehuén ya ganó en su categoría en Río Pinto y en el Transmontaña, fue en dos ocasiones campeón binacional en ciclismo de ruta y campeón argentino en la modalidad XCS por etapas en la provincia de Mendoza en 2022. Ganar en Tandil ya al fin de la temporada fue una especie de broche de oro: “Nos sentimos muy conformes en el Rally de Tandil y también muy bien recibidos. El circuito fue muy duro y muy bueno y pudimos dar un poco de batalla. En la primera vuelta nos escapamos con Agus, mi compañero de equipo, y en la segunda vuelta el equipo se disolvió un poco pero nos quedamos con el primer lugar, yo en la categoría Juveniles y mi compañero en la categoría Elite. Nos vinimos con una experiencia muy positiva y muy contentos de haber participado. Ambos corrimos con la Zion Diablo, la tope de gama de la línea de fibra de carbono de la marca. Es un misil, va muy bien, es muy estable, la geometría es espectacular. Muy linda bici y super recomendable.”

Se vienen nuevos modelos de Zion

En Tandil tuvimos la oportunidad además de hablar con uno de los directivos de Zion: “Como marca estamos muy contentos del crecimiento y de poder seguir desarrollando nuevos equipos de ingeniería y de calidad de las bicicletas. Invertimos mucho en equipamiento para la linea de trabajo, adquiriendo nuevas herramientas y maquinaria. Además, en este Rally pudimos exhibir nuestro nuevo color del modelo de carbono que se sumará al nuevo lineal que amplía nuestra familia y gama de bicicletas.”

www.instagram.com/zion_bikes | zion-bikes.com

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Eventos

Ladies Power Cycling Team en la Primera Doble Bragado Femenina – El Documental

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El pasado viernes por la noche en @cimacafeclub, se presentó el documental sobre el @ladiespowercycling en la Primera @la_doble_bragado_arg_femenina.


Un excelente registro producido por #TEAMMZ en el que se muestra desde adentro como se vive una carrera.

Charlamos con Ivan Vañek y Sofía Enecoiz, sus realizadores.

El documental podés verlo en Youtube en esta dirección

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