Aunque todo parece estar hecho en la industria de la bici, podemos afirmar que esto no es así. 2017 nos espera con muchas novedades en el campo de la transmisión por parte de Shimano y Sram, con nuevas formas de configurar la suspensión y hasta con nuevos estilos de viajes en bicicleta.

 

 

 

Por Mario García

 

 

 

Nacido en los 70 en los Estados Unidos, el mountain bike traspuso las fronteras del país del norte recién a principios de los 90, década en la que la nueva especialidad creció de manera explosiva en el resto del mundo. Desde entonces hasta hoy la esencia del ciclismo de montaña se mantiene incólume: subir y bajar montañas, recorrer senderos; salir, en fin, del pavimento, en busca de la naturaleza y la aventura.
Pero si hace 25 años un tour de 40 kilómetros en la montaña podía ser considerado como una hazaña, hoy es habitual que grandes grupos de pedalistas hagan viajes de múltiples jornadas, crucen cordilleras y enfrenten travesías por desiertos o por intrincadas selvas.
En aquellos años de la niñez del mountain bike, los pioneros debían llevar la bici al hombro para superar buena parte de los obstáculos que le presentaban los senderos de montaña. Hoy, prácticamente no hay obstáculo insuperable para una mountain bike. Y este cambio radical ha sido posible por los avances en la tecnología de la bicicleta, con suspensiones, frenos, neumáticos y transmisiones que han expandido los límites de la actividad en un nivel que hubiera resultado inimaginable para aquel rudo pionero, que montaba una bicicleta de acero de casi 20 kilos, con una tosca transmisión de tres velocidades, frenos “suicidas” a la llanta, neumáticos apenas útiles para enfrentar un camino de tierra y otras precariedades.
El panorama actual es, pues, muy diferente a aquel de principios de los 90. Y pese a que todos los años nos repetimos como un mantra la frase aquella de que “ya todo está descubierto”, todos los años la industria la desmiente. Y por lo que pudimos ver como adelantos de lo que serán las bicis y los componentes que veremos en 2017, esa temporada no será la excepción.

 

 

 

La electrónica
En lo que hace a transmisiones, los cambios con mandos de ejecución electrónica, que fueron la estrella de este año, estarán nuevamente en el centro de la atención. Esta tecnología no es completamente nueva en el mundo de la bicicleta, ya que comenzó a utilizarse un tiempo antes en bicicletas de ruta, pero es novedosa en el mountain bike. Durante este año, Shimano la incorporó a este sector con su diseño XTR Di2 destinado a las bicis de montaña tope de gama, y ya ha anunciado que para el año 2017 incorporará esta tecnología en su grupo siguiente, el Deore XT, con lo que se podrá disfrutar del desarrollo por la mitad de precio que en la actualidad, lo que implica una auténtica revolución en la materia, ya que una innovación técnica no es tal hasta que puede llegar a ser apreciada por una gran masa de usuarios y no solo por un selecto grupo de profesionales.

Un solo plato
Como es sabido, la norteamericana Sram sigue un camino filosófico algo diferente en este campo. Su capacidad en los mandos de cambio electrónicos está probada en el segmento de la ruta, pero en lo que hace al mountain bike sigue estancada en la operación mecánica. En la actualidad lo suyo pasa por la determinación de eliminar completamente el descarrilador delantero, al punto que su vedette para 2017 será su nuevo piñón de 12 velocidades, con una corona chica de 10 dientes y una mayor… ¡de 50!, o sea un rango de relaciones de transmisión del orden del 500%, algo sorprendente en una configuración monoplato. Esta novedad integrará un nuevo grupo, el Eagle XX1, que se presume que será la transmisión más liviana del mercado.

Shocks “mágicos”
En otro sector del conglomerado Sram, la marca de suspensiones Rock Shox sigue a buen ritmo en el renglón más dinámico entre los componentes de bicicletas de montaña, la suspensión, donde a cada momento aparecen novedades en prestaciones y posibilidades de calibración. Los actuales sistemas de suspensión ofrecen una amplia variedad de configuraciones para ajustar tanto suspensiones delanteras como shocks traseros de acuerdo al terreno que vamos a enfrentar, al peso del usuario, a su estilo de conducción y a otros parámetros. Pero lograr el ajuste adecuado no es tarea fácil, al punto que la mayor parte de los usuarios desaprovechan muchas prestaciones de la suspensión e incluso andan con ella configurada en contra de sus necesidades.
En relación a este tema, Sram compró recientemente a la compañía australiana Dusty Dynamics -creadora del sistema ShockWiz. Esta tecnología consiste en un pequeño módulo diseñado para suspensiones con resorte de aire que se monta en la horquilla o en shocks con válvula Shrader. Una vez calibrado, el módulo trabaja monitoreando los cambios de presión dentro de la cámara de aire de la horquilla o del shock, lo que es indicador de cuánto recorrido está siendo utilizado por el componente. Con estos datos, el módulo puede informar con qué frecuencia la suspensión tocó fondo, cuán rápido ha rebotado y si ha desarrollado algún comportamiento no deseado por el usuario. Al final de la salida los datos son transmitidos vía Bluetooth a un smartphone o una tablet, donde una aplicación despliega la información acumulada y nos sugiere soluciones de ajuste de la suspensión basadas en el modo (XC, AM o DH) que el usuario ha seleccionado. Además mide con precisión el tiempo que la bici ha estado en el aire. En suma: una solución definitiva al complejo problema del ajuste de la suspensión, aun para un aficionado sin experiencia en ello.

Rackless
Con el crecimiento masivo del cicloturismo en el mundo entero, surgen nuevas tendencias en cuanto a equipamiento para viajes. La nueva variante ha sido bautizada como rackless o bikepacking, excluye el uso de portapaquetes (con la consiguiente reducción de peso y la posibilidad de utilizar bicis sin soportes para ellos) y da una forma algo más aerodinámica a la bicicleta. Para acompañar esta tendencia, muchos fabricantes de equipamiento para viajes, como Ortlieb en Alemania o Halawa en Argentina, están desarrollando equipaje específico, incluyendo enormes bolsos bajo asiento, triángulos también de gran tamaño, bolsos delanteros y bolsos frontales.

Y hay mucho más, todo lo cual echa por tierra las repetidas “está todo hecho” o “lo único que valen son las piernas”. Como todos los años, para este 2017 que se viene la industria de la bici volverá a sorprendernos… y a permitirnos sobrepasar límites sobre nuestra bici.

Nota publicada en revista Biciclub Nº 261, septiembre 2016.