Licenciado en kinesiología, nacido en San Juan pero ciudadano de Mendoza desde hace 28 años, Hugo Pernini (34) empezó jugando al fútbol, deporte en el que estuvo a punto de llegar a Boca Juniors, pero el destino lo llevo a abrazar la bicicleta. Hoy es parte del calificado equipo KTM.

¿Como llegó la bicicleta a tu vida?
El que empezó con la bici fue mi hermano. Yo arranqué a andar en plan competitivo más o menos a los 14, 15 años. Me gustó de entrada, ya que no era un deporte grupal, dependía de mí mismo. Fui siempre muy competitivo, jugué al fútbol como arquero, entrenaba mucho y estuve por irme a jugar a Boca, pero en ese momento mi papá no estaba en Argentina y no pudieron firmar los papeles para poder irme a Buenos Aires. Aparte se jugaba en equipo, yo entrenaba mucho pero mis compañeros no tanto, así que llegaba el momento del partido y cuando perdíamos me enojaba. Creo que por eso necesitaba hacer un deporte individual, en el que no dependiera de nadie. Al final, la bici me atrapó mal.
Ya cuando empecé andar en bicicleta me gustaba meterme por el barro. Cuando era chico, atrás de casa teníamos un campo y había un circuito donde se corría una famosa carrera, La Posta del Río Tunuyán. En ese circuito me metía andar en bici. Y de entrada me gustaba saltar, cruzar los brazos del río, hacíamos carreras entre nosotros, nos pasábamos las horas allí, hasta que empecé a juntarme con unos amigos que corrían y que me metieron en las carreras departamentales y provinciales.
En ese momento mi papá me empezó a mejorar la bici. Por aquel entonces tenía una de cromo-molibdeno con frenos a balancín, era un lujo, jajaja, y mi papá hacía un gran esfuerzo para darme ese lujo.
El asunto es que empecé a entrenar y a correr con estos amigos. Ese año salí campeón departamental, luego empecé a correr a nivel provincial y también fui campeón y ya me empecé a meter cada vez más en el deporte de las ruedas gordas.
¿Te estimularon de chico para que hicieras deporte?
Mi papá trotaba mucho, era militar, le gustaba mucho salir a trotar y yo lo acompañaba. El deporte me atrajo de chico, soy una persona muy hiperquinética. En los juegos intercolegiales me corría todo: los 100 metros, los 200, la posta 4×100, los 4000, el salto en largo. Hacía todo.
Para estudiar tuviste que pausar el deporte. ¿Cómo retomaste luego?
Estudié kinesiología y tuve que dejar de andar en bici para poder estudiar. Me recibí a los 26 años y enseguida retomé con el deporte que más me apasiona. Me costó mucho la vuelta porque mi cuerpo había cambiado mucho. Cuando dejé el ciclismo, a los 21, pesaba 69 kilos, y cuando retomé pesaba 95. Ahora estoy en 74, ¡bien por mí!
¿Qué especialidad te gusta más del MTB?
La que más me gusta es el cross country. Es una lástima que en Mendoza no se hicieran muchas carreras de este tipo, pero hace dos tres años se está haciendo algunas y logré salir campeón. En segundo lugar me gusta el rally y por último el rural, que es un poco aburrido pero si hay que correrlo se corre igual, jajaja.
Pero el XCO tiene sabores especiales, mucha adrenalina, circuitos técnicos, bajadas picantes, saltos y muchas cosas lindas, además de gente permanentemente viéndote y alentándote. Es muy lindo eso de dar varias vueltas en un mismo circuito y que el espectador lo disfrute, en particular amigos y familia que van a verte.
¿Cómo te preparás en un año tan raro, sin calendario de competencias a la vista? ¿Cómo hacés para mantenerte motivado?
Este era un año con muchas motivaciones. Tenía todo organizado para poder ir al mundial de XCO de Francia en septiembre, pero llegó esta famosa pandemia que me hizo bajar las ilusiones. Estaba entrenando firme para ese objetivo. Pero la rutina de entrenamiento no me la modificó la pandemia, ya que yo entreno todos los días en mi casa en bici fija o en rodillo, según lo que me toque hacer. Y entreno de esa manera ya que no puedo salir a pedalear afuera por los horarios de mi trabajo. Sólo salgo los fines de semana con amigos y la disfruto a pleno.
Con respecto a la motivación, soy una persona con la cabeza muy firme, no me hace falta mucho para poder entrenar firme y duro. Lógico que si está como motivación la carrera todo se hace más fácil, pero cómo te dije, todos los días entreno encerrado en cuatro paredes. Mi motivación es superarme a mí mismo.

¿Qué logros deportivos destacarías?
El año pasado fue un año muy lindo para mí. Fui campeón argentino de rally marathon en la Vuelta Altas Cumbres; campeón argentino de rally en el Rally Nikizanga, de San Juan y campeón argentino de XCS por etapas en la Vuelta de Mendoza. También gané el Across Internacional de San Juan en mi categoría, el Rally Carlos Paz en mi categoría, segundo en la general, y segundo en mi categoría en Río Pinto y en el Trasmontaña.
En el Panamericano me quedé con mucha bronca, impotencia y tristeza. Estaba muy bien preparado, venía primero en la categoría y peleando la general y una rotura en mi cubierta trasera me dejó afuera faltando 15 kilómetros. Pero cada carrera te deja una enseñanza, siempre digo que este deporte te da revancha.
¿Competís también en ruta?
Corrí un par de carreras que las usé en modo entrenamiento porque estaba preparando alguna carrera específica, pero la ruta no me llama. Me hicieron invitaciones equipos de acá de Mendoza para correr, pero prefiero las ruedas gordas.
Justamente ahora empieza el campeonato sanjuanino de ruta y tenía muchas ganas de largar alguna carrera sólo por correr algo, porque no aguanto más, quiero ponerme el número y volver a sentir esa adrenalina de la carrera. Vamos a ver qué pasa, a ver si puedo y si por cuestiones de protocolo me dejan largar.
¿Qué bici tenés?
Una KTM Myroon Prestige. Hermooooosa por donde la veas. Es una bici liviana, corta de vainas, baja de caja y con un frente con buena angulación. ¡Es una bici muy completa para todas las modalidades, cómoda, y lo lindo que va para arriba..!
Fotos: Demian Martínez