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Travesías extraordinarias: en la tierra de los altos pasos

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Ladak se encuentra en el norte de la India. Es una región del estado de Jammu y Cachemira. Su nombre significa “Tierra de altos pasos” y también se la conoce como “Pequeño Tibet”.
En el mes de octubre de 2012 los chinos cerraron el ingreso de turistas a Tibet y a último momento tuve que variar nuestro clásico recorrido de Kathmandu a Lhasa, y encontré una interesante alternativa en esta región del Himalaya indiano.
Pudimos comprobar la belleza natural y pedalear superando algunos de los pasos más cercanos al cielo del mundo. El recorrido se desarrolló en el altiplano de Ladakh, entre los 3200 y 5350 msnm. Transitamos por caminos con poco o nulo tránsito, alternando el asfalto con la tierra y accediendo a lugares donde no suelen llegar turistas, en donde la cultura tibetana predomina y en donde la gente es hospitalaria y alegre.
Alternamos el viaje pasando por diferentes valles y lagos, con ocasionales oasis y gran cantidad de templos budistas, en las crestas de las montañas. Este primer viaje de alrededor de 750 kilómetros lo realicé con un grupo integrado por una pareja de argentinos, españoles e italianos. Luego continúe viajando solo, con mi bici y alforjas llenas, recorriendo la región de Jammu-Kashmir e Himachal Pradesh, a la aventura y realizando un amplio reconocimiento entre las ciudades Srinagar, Leh y Manli. Fueron alrededor de 1200 kilómetros, descubriendo los lugares más interesantes para luego proponer un nuevo viaje.

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Recorridos
Mi travesía se inició en el verde valle de Kashmir, en la ciudad de Srinagar, donde la gente vive alrededor y dentro del propio lago Dal Lake, en viviendas flotantes. En el valle de Kashmir predomina el Islam de tendencia sufí y en Srinagar hay una mezquita en donde dicen que se encuentra ¡la tumba de Jesucristo! Ellos lo llaman Yus Asaf.
Las primeras nevadas del otoño, con el azul del cielo, lagos, ríos y verdes bosques, ofrecieron un interesante espectro de colores, al que aun podemos sumar la multiplicidad cultural de esta región.
El recorrido fue el siguiente: Srinagar (1700 msnm), Somarmag (2685 msnm), Kargil (2700 msnm), Lamayuru (3550 msnm), Leh (3500 msnm), Valle del Indo y Valle de Nubra, Lago Tso Moriri (4550 msnm), Lago Pangon Tso (4300 msnm), Hemis (3500 msnm), Keylong (3100 msnm), Manali (2000 msnm). Fueron 14 pasos de alta montaña y varios por sobre los 5200 msnm.

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Sorpresas en el camino
A pesar de la paz y la tranquilidad que se percibe esta es una tierra “caliente” entre la frontera de China y Pakistán, en donde siempre se ven militares que cuidan con mucho celo la soberanía de la India. Muchas veces he visto pasar largas caravanas de hasta 30 camiones militares, y en los lugares más inhóspitos he encontrado campamentos del ejército. Pero tengo que destacar que lo que más llama la atención son los templos budistas, que han conquistado más terreno que los militares y en los lugares más escarpados de la montaña resaltaban en primer lugar.
Es una atracción sorprendente apreciar estos templos y monasterios, encastrados en los riscos de la montaña, construcciones pintadas de blanco, con alguna stupa y siempre con las coloridas banderas de oración, desplegando en el aire su bendición de paz. Se pueden encontrar más templos tibetanos en esta región que en el propio Tibet, donde están bajo la dominación China. Aquí el Dalai Lama y tantos refugiados del Tibet han podido encontrar asilo y un lugar para vivir en paz.
Era curioso observar cómo en estos puestos del ejército también había templos, en los que los soldados tenían la posibilidad de orar, tanto sean hinduistas, budistas como musulmanes. Los reclutas venían desde los lugares más remotos de la India, e imagino a aquellos que habitan a nivel del mar y deben soportar el frío y la falta de oxígeno, al menos encuentran un lugar en donde poder practicar su religión.

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También es un verdadero apostolado el de los trabajadores del camino, que parece que tienen casi una devoción religiosa por su obra y se prestan a afrontar las condiciones más extremas con improvisados campamentos. No sé cómo hacen para resistir, trabajando sobre los 5000 msnm, en unas tiendas que parecen harapos. ¡Están montadas en las peores partes del camino, que siempre reconstruyen, porque siempre se destruyen!
No hay camino que resista a estas condiciones. Las rutas existirán siempre y cuando haya algún sacrificado indio para mantenerla. Ni aun con la bicicleta cargadísima, ni aun en la subida más dura, he sentido fatiga, porque he fijado en mi mente el esfuerzo de esta gente que “hace el camino”, cuando lo mío era solo pasar. A ellos los vi amontonarse para calentarse, compartiendo una pequeña fogata y también lavarse, semidesnudos, con el agua helada de la montaña.

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Un día, en la zona musulmana sufí de Kashmir, antes de llegar a Kargil, en un tramo desértico, me pareció ver un espejismo o un ilusión por delante: en medio de la ruta se veían varias mujeres musulmanas, cubiertas como tales, que caminaban bailando y cantando. Cuando pase cerca de ellas se abalanzaron y me frenaron la bicicleta, estaban contentas y no querían que yo pasara sin trasmitirme un poco de su felicidad. Jamás supe qué festejaban…
Otro día, en la zona del valle de Mulbeg, encontré nenes que me saludaban y decían: Happy, Happy (feliz, feliz). Creo que no sabían decir muchas más palabras en inglés que esa. Más adelante, por los siguientes poblados, me saludaron con la misma felicidad.
En la otra punta del Ladakh también había encontrado gente muy contenta, que mientras trabajaba el campo cantaba. Esto se repitió en varias ocasiones. Un misterio la felicidad de esta gente, que más que descubrir y comprender, me gustaría adquirir y compartir. ¡Si fuera posible lo robaría y cargaría en alguna de mis alforjas!

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La tierra de los Records
En esta zona dicen que se encuentran los pasos más altos del mundo. Desde hacía mucho tiempo había escuchado que el Kardung, con 5600 msnm, era el paso más alto del mundo, pero sabía que eso no era cierto aunque jamás lo había realizado. En esta ocasión tuve la oportunidad de ascenderlo tres veces y lo máximo que registró mi gps fueron 5350 msnm. Mi mapa suizo señala 5340 msnm.
La gente de esta región ha querido explotar turísticamente la buena accesibilidad de los pasos, para atraer la atención de todos aquellos sedientos de records. Han colocado grandes carteles que señalan: “el paso más alto del mundo”, “el segundo paso más alto” y el “tercer paso más alto”. Muchos suben en auto, moto o bicicleta, para hacerse la foto con el cartel y en Leh, que es la ciudad más cercana, pueden comprar remeras o diferentes souvenirs para portar a casa con la mención del record Guiness. En realidad los pasos más altos se encuentran en el interior del remoto Tibet.
Al pasar por Drass también he encontrado un cartel que señalaba a este pueblo como “el segundo pueblo más frío de la Tierra.” Es evidente que a los indios les gusta mucho colocar carteles. También resulta entretenido ver cómo a lo largo de las rutas y, casi constantemente, se encuentran inscripciones, a veces modo de verso o rima, con mensajes sobre la importancia de conducir bien y no ir rápido. Ellos mismos son conscientes de lo imprudente que son para manejar y de este modo quieren educar a los choferes.
Por fortuna estas rutas son muy poco traficadas y contrastan enormemente con aquellas del sur de la india, resultando Ladakh un paraíso para los ciclistas que han conocido el “infierno” del sur. Aunque cabe destacar que el mal estado de los caminos y la alta densidad de población (del sur), no permiten desarrollar altas velocidades.

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He visto muchas agencias de cicloturismo que siguen promocionando al Kardung como el paso más alto del mundo, y esto resulta un anzuelo apetitoso. En mi caso, siempre espero contar con ciclistas más inteligentes, capaces de apreciar la espectacularidad del paisaje y que no tengan sólo la motivación de esforzarse por alcanzar un record. Capaces de descubrir otros valores, en esta tierra en donde quizás uno pueda superar las barreras materiales y ascender a un plano espiritual, mucho más vasto que el del “paso más alto del mundo”. Claro que yo no soy un “guía espiritual” y mi tarea como guía es conseguir que todos mis ciclistas puedan pedalear de un modo seguro y siempre tengan una buena atención, aunque lo que realicen sea riesgoso. La falta de oxígeno, las condiciones climáticas extremas y a veces geográficas son un gran obstáculo para todos los ciclistas.
La capacidad de adaptación a la altura es un misterio y a veces sucede que las personas que están menos entrenadas se adaptan mejor que los ciclistas que son más fuertes. En ocasiones he tenido a grandes campeones, que han sufrido mucho el mal de altura (apunamiento o soroche). Mi trabajo consiste en diagramar las etapas de modo que las personas pueden adaptarse gradualmente y que aquellos que tienen la mala suerte de no tener una buena respuesta orgánica, también puedan realizar el viaje.

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Ascensos y descensos seguros
En las travesías que se realizan en alta montaña o con largos descensos siempre se está expuesto a fuertes bajones de temperatura y las posibilidades de enfriamientos y contraer resfriados o enfermedades son altas. ¡Hay que cuidarse mucho!
En Ladakh las subidas y bajadas superan con facilidad los 20 ó 30 kilómetros, y un ascenso de esas características puede ser una empresa.
Los largos ascensos en grupo pueden resultar más difíciles para los ciclistas fuertes, sino se saben regular, que para los ciclistas no tan fuertes. En general sucede que las personas más fuertes tienen tendencia a ir más rápido y suelen ser más competitivas, pero en alta montaña ascender rápido puede significar una descompensación energética, un enfriamiento y apunamiento. He visto cómo las personas fuertes e inteligentes, han sabido ir despacio y aprovechar la diferencia de potencial físico para disfrutar del paisaje e integrarse de un modo sano. Tanto a la naturaleza como al grupo y a sí mismos.

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Al subir es importante no sentir frio, ni tampoco demasiado calor. Es difícil no sudar y quizás no se pueda evitar de hacerlo, pero no es tan difícil evitar de mojarse con la transpiración. Tenemos que estar atentos a regular la cantidad de prendas que utilizamos; subir o bajar cierres para aumentar la ventilación y si es posible contar con prendas confeccionadas con materiales que permitan una buena respiración sin condensación de sudor. Actualmente hay mucho material técnico y especial para situaciones extremas pero de nada sirve si no lo sabemos usar. Una prenda que nos pongamos “de más”, por más especial que sea, nos podrá causar la ruina por una sudoración extra. Un ciclista mojado, en alta montaña, puede perder el calor de su cuerpo rápidamente (y también la vida). Ascender rápido, calentito y sudado con la escusa de: una vez que llego arriba me cambio, es muy riesgoso y en los segundos que se tarda en cambiar, se puede perder una cantidad de calor irrecuperable. Con la perdida de temperatura también se pierde energía, que sumada a la energía del ascenso, determinarán la necesidad de alimentarse mejor y tener un aporte de alimentos que suministren más cantidad de calorías.
Las pausas tienen que ser medidas, para reagrupar a los ciclistas y alimentarse con una frecuencia que no supere, demasiado, la hora. En alta montaña, la falta de oxígeno y la sequedad del aire determinan que nos deshidratemos con más facilidad y al hacer frio no nos damos cuenta. Es fundamental beber frecuentemente y de ser posible beber bebidas calientes, aunque sólo sea agua caliente.
El objetivo del ascenso es alcanzar la cumbre energéticamente bien, con calor y secos, para poder abrigarnos y disfrutar de la cima o iniciar un descenso seguro. No tener frío y el cuerpo caliente nos ayudará a tener una buena conducción de nuestra bicicleta, en una camino en mal estado y tener una mejor reacción ante cualquier imprevisto.

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Entre el Pangong Tso, el Chang La y el cielo
Me dijeron que este es un lago que no debía perderme y valió la pena descubrirlo. Fue como la aparición de una gigantesca esmeralda en el desierto, conectada al cielo con el cual compartía nubes, que navegaban por su superficie. Mi anfitrión fue un amable refugiado tibetano que tenía un camping a orillas del lago. Me cocinó y me dio de comer muy amablemente. Le prometí que regresaría algún día con un grupo de ciclistas y me llevé su inolvidable y cálida sonrisa.
No mucho después de haber dejado el lago, el camino se congeló y todo el paisaje se tornó blanco y nevado. Esa misma nieve blanca había caído del cielo y luego al derretirse finalizaría en el lago, adquiriendo nuevamente su color inicial, que era el del mismo cielo azul de este paisaje místico y espectacular. Con mucha calma, paciencia y equilibrio ascendí los 30 kilómetros que me llevarían al Wari La. Muy pocas personas pasaban y los vehículos que lo hacían fraccionaban con cadenas. Algunos militares y también una familia se detuvieron para preguntarme si me podía hacer una foto con ellos.
Este paso en el que había un cartel que indicaba que era el segundo paso más alto del mundo, en realidad superaba por 20 metros al famoso Kardung La. Probablemente, como se encuentra muy alejado, no le han dado el privilegio de ser el más alto, o probablemente, cuando hicieron las mediciones los métodos no eran tan precisos. Para mí fue el paso más especial que he realizado en esta zona, en donde encontré mucha nieve y hielo. Me resulta curioso encontrar montañas, que en gran parte están formadas por agua.
Me fascina el agua, que en su metamorfosis, pasando por sus tres estados (gaseoso, líquido y sólido) es capaz de ser parte de una montaña como esta, del cielo o del mismo lago en donde había iniciado el ascenso. Si tuviera la posibilidad de elegir un elemento inanimado para viajar (que no sea la bicicleta) elegiría ser una gota de agua para poder viajar por todos los rincones de este planeta y también a través de los seres vivos.
En la cumbre los militares habían instalado un cartel (ya sabemos que son una tradición los carteles en esta zona), de invitación a tomar un té. Me detuve y luego seguí las instrucciones de otro cartel “por favor lave su taza”. Al enjuagar la taza me humedecí el guante… Sabía que las “manos calientes y mente fría son la salvación”. También, bajando de otro paso, que se encontraba en muy mal estado, mi bici cayó en el interior de un “cráter” (pozo del camino) y se me rompió el portaequipajes. Yo estaba preparado para este imprevisto y traía abrazaderas para repararlo y diferentes materiales para sujetarlo, pero lo más importante: ¡tenía las manos calientes! Y eso me ayudo a concretar la reparación en breves minutos, a no perder calor y poder solucionar mi problema a pesar de haber tenido –20° C.
El guante húmedo se congeló casi inmediatamente y mi teoría de que el calor interior de la manopla impediría que se congelara se vio frustrada. Sin dejar que pasara tiempo, me detuve y abrí unos de los paquetitos de calor que transportaba para emergencias. Estos paquetitos de calor son muy comunes en zona de montaña y frías (también los había usado al cruzar Canadá en invierno, 17 años atrás) y brindan calor por más de ocho horas.

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Ladakh, donde flamean banderas de oración
Lo que más he visto en esta región son las coloridas banderas de oración, que flamean en todos los lugares: viviendas, árboles, templos y de a miles en los pasos de montaña. Le dan mucho color y energía a esta zona, geográficamente definida como un desierto de altura.
Los carteles están ahí para los turistas, pero las banderas flamean por este pueblo religioso, que cree en la vida y quiere compartir su bendición con todos los seres vivos que pasan por ahí, tanto sea un zorro, una cabra ¡o un ignorante ciclista!
Cada color tiene un simbolismo relacionado con los cinco elementos: azul (cielo/espacio), blanco (agua), rojo (fuego), verde (aire), amarillo (tierra).
En su interior tienen el dibujo del “caballo del viento”, llamado Lung Ta, que es el encargado de transportar las inscripciones o mantras de buenos augurios.
Las banderas se deterioran con el tiempo y es común que con el inicio del año nuevo tibetano, en febrero, las renueven. Según dicen, sirven para recordar que nada es perenne ni dura por siempre. Igual que los caminos y que nosotros mismos, que ascendiendo a un paso podemos darnos cuenta que nuestra vida también es un paso. O mejor dicho, un viaje. Y en mi caso, un viaje en bici.

*Mariano Lorefice es cicloturista y viajero. Ha realizado varias vueltas al mundo y numerosos viajes por destinos exóticos como el Tibet, Mongolia y Pakistán, además de recorrer toda América y la Argentina en dos ruedas. Es creador de Patagonia Biking, desde donde ofrece toda su experiencia como viajero: marianolorefice@yahoo.com.

Nota publicada en revista Biciclub Nº220, abril 2012.

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Bicis

La fábrica de bicicletas Zion inauguró una planta industrial integrada de 25.000 metros cuadrados

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Biciclub visitó la nueva planta de Nexina, la empresa creadora y productora de la marca de bicicletas Zion. Esta mudanza de su planta industrial es un gran paso en el crecimiento de esta empresa joven, ya que significó unir a todo su equipo de trabajo en un mismo espacio y crecer en infraestructura, maquinaria y capacidad de producción. La planta está ubicada en la localidad bonaerense de Benavídez y tiene más de 25.000 metros cuadrados.

Como contamos desde Biciclub en su momento, la marca nació en 2019 a partir de la inquietud de un grupo de amigos aficionados al ciclismo que vieron un espacio en el mercado que los movilizó a armar una marca que ellos mismos apreciarían usar. En ese punto empezó todo un trabajo de ingeniería que implicó muchos viajes, la selección de profesionales, las capacitaciones y una gran inversión para poder tener líneas de montaje de primer nivel. Tiempo después vimos rodar los primeros modelos de Zion, tanto recreativos como deportivos, bicis que llamaron la atención por su tecnología y por su cuidada estética.

 

Hoy, luego de una intensa experiencia con sus bicicletas en los caminos y senderos de nuestro país y con varios desafíos deportivos superados, la marca despliega una gran variedad de modelos (cinco mountain bikes y una gravel), entre los cuales se destacan sus dos últimas novedades: Diablo, una MTB con cuadro monocasco de carbono, y Avra, una gravel de aluminio con horquilla de carbono.

Durante la visita a la nueva planta charlamos largamente con Maximiliano Maddalena, gerente general de Zion. He aquí algunos de sus testimonios.


“Estamos muy contentos con este cambio, que implica un gran avance tanto para Nexina como empresa como para nuestra marca de bicicletas Zion. Armamos nuevos equipos de ingeniería y de calidad de las bicicletas. Invertimos mucho en equipamiento para la linea de trabajo, adquiriendo nuevas herramientas y maquinaria. Algo no menor es que tanto el departamento de producto como de venta trabajan al lado de la fábrica. Antes estábamos en lugares separados, esto integra y facilita mucho el trabajo.
Fuimos a las ferias de la bicicleta de Taipei (Taiwán) y de China para buscar novedades y nuevos productos. Estuvimos en las fábricas de nuestros proveedores de cuadros, empresas que despliegan una cantidad de tecnología y desarrollo que nos pone muy contentos, ya que esto significa que tenemos una largo recorrido para seguir creciendo en el desarrollo de nuestros cuadros.
Además, este año incorporamos dos modelos nuevos de gama más alta de lo que ya veníamos produciendo y a fin de año se vienen más novedades que amplían nuestra familia y gama de bicicletas.”

www.instagram.com/zion_bikes zion-bikes.com

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Deporte y Entrenamiento

Rebecca McConenell y Tom Pidcock repiten el triunfo en la tercera fecha de la Copa del Mundo de XCO: fotos y clasificaciones

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El actual campeón olímpico de XCO, Tom Pidcock, se aseguró una nueva victoria en la Copa del Mundo de Mountain Bike UCI en Nové Město, República Checa, mientras que la australiana Rebecca McConnell continuó su comienzo perfecto en la temporada femenina 2022 con una tercera victoria consecutiva en XCO. Aquí está todo lo que necesitas saber:
-Pidcock, que participa por segunda vez en el año en la Copa del Mundo de Mountain Bike de la UCI y divide su tiempo entre diferentes disciplinas ciclistas, terminó segundo en el XCC del viernes, detrás del alemán Luca Schwarzbauer, para obtener una salida en primera fila para el XCO del domingo.
-Pidcock dominó en Nové Město el año pasado y obtuvo así su primera victoria en XCO élite, pero en medio de condiciones secas y polvorientas. La carrera de este año fue una batalla extremadamente reñida hasta el final entre múltiples contendientes que incluyeron a Nino Schurter, Vlad Dascălu, Alan Hatherly, Matthias Flückiger y Anton Cooper.
-Sin ningún corredor capaz de realizar una fuga clara durante las primeras vueltas de la carrera, el momento decisivo llegó en la vuelta 5, cuando Nino Schurter, que perseguía el récord histórico de victorias en la Copa del Mundo de XCO, sufrió un pinchazo en la rueda trasera.
-El biker suizo perdió más de un minuto con con respecto al grupo de punta antes de reincorporarse a la carrera con una rueda nueva, pero protagonizó una remontada increíble para recuperar el tiempo perdido y reincorporarse al grupo de cabeza al comienzo de la última vuelta.
-Tercero en las dos carreras anteriores de XCO en lo que va del año, el rumano Dascălu produjo el ataque que finalmente rompió la carrera en la última vuelta de la carrera, y solo Pidcock lo pudo seguir cuando se separaron.
-Pidcock superó a Dascălu en un emocionante sprint final y así asegurarse dos victorias consecutivas en la Copa del Mundo XCO, antes de abandonar la serie para volver a correr en ruta nuevamente. Schurter obtuvo un impresionante tercer lugar, llegando 30 segundos detrás del dúo líder, con Anton Cooper cuarto y Alan Hatherley quinto.
-Pidcock, de 22 años, dijo: “Fue una carrera difícil. Si te soy sincero, me sentí mal toda la carrera. Solo tenía mi ritmo y no podía ir lo suficientemente fuerte como para romper el grupo. También tuve problemas con mi bicicleta durante toda la carrera. Simplemente no estaba funcionando bien, pero sabía que si podía mantener la brecha con Vlad en la última vuelta, podría pasarlo con el viento en contra al final.”
-En la carrera femenina hubo otra exhibición dominante de la líder general de la serie, la australiana Rebecca McConnell, quien se alejó desde la primera vuelta para asegurar su tercera carrera consecutiva en la Copa del Mundo por 40 segundos sobre la actual campeona de la Copa Loana Lecomte, mientras que Jenny Rissveds obtuvo un segundo podio consecutivo en tercer lugar.
-McConnell, que nunca había ganado una carrera de la Copa del Mundo antes del comienzo de esta temporada, acababa de perder la victoria en la carrera de XCC del viernes por menos de un segundo ante la campeona olímpica Jolanda Neff, pero tomó el liderazgo de la clasificación en esa serie. y ahora tiene la camiseta de líder de ambas carreras de la Copa del Mundo mientras continúa con una temporada soñada.
-“Nové Město siempre es muy buena carrera para mí y siempre siento que aquí puedo lograr una muy buena actuación. Hoy tenía buenas piernas y quería cumplir con esa regla”, dijo. “Ahora tenemos un pequeño descanso antes de la próxima ronda y es muy bueno tener esta ventaja para comenzar la segunda mitad de la temporada”.

Resultado XCO de Nové Město masculino
1. Thomas Pidcock GBR 1h 21m 19s
2. Vlad Dascălu ROU +1,00
3. Nino Schurter IUE +0.30
4. Anton Cooper NZL +0.33
5. Alan Hatherly RSA +0.33

Clasificación XCO masculina de la Copa del Mundo UCI MTB 2022
1. Nino Schurter SUI 732 puntos
2. Thomas Pidcock GBR 600
3. Vlad Dascălu ROU 560
4. Alan Hatherley RSA 506
5. Titouan Carod FRA 447

Resultado XCO de Nové Město femenino
1. Rebecca Ellen McConnell Australia 1h 21m 17s
2. Loana Lecomte FRA +0,40
3. Jenny Rissveds SWE +1.17
4. IUE Jolanda Neff +2,22
5. Caroline Bohe DEN +2.22

Clasificación XCO femenina de la Copa del Mundo UCI MTB 2022
1. Rebecca Ellen McConnell AUS 935 points
2. Loana Lecomte FRA 586
3. Anne Terpstra NED 508
4. Mona Mitterwallner AUT 508
5. Laura Stigger AUT 504

Fotos: Bartek Wolinski / Red Bull Content Pool

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Cicloturismo

Conociendo Japón desde una bicicleta

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Comenzar este artículo diciendo que la bicicleta es libertad, es equilibrio, es comunión con la naturaleza, serían palabras ya sabidas para todos los lectores de una revista como esta, pues quienes andamos en bicicleta reconocemos en el andar y en el pedaleo y en ese viento en la cara una filosofía de vida: no solo un deporte, no solo recreación, no solo una manera de pasar momentos conectados con la naturaleza. Al conocer Japón, una de las cuestiones que más me fascinó fue reconocer estas mismas cualidades en una sociedad y en un país que se guía por el orden, por el equilibrio, por la armonía, por la integración del cuerpo, la mente y el entorno, y fue así que logré entender esta ceremonia tan profunda, tan transformadora para mí, que fue conocer la lejana isla nipona desde mi propia bicicleta.

Mis viajes en fotos

Pero antes de adentrarme en Japón, voy a contarles: soy fotógrafa hace 30 años, mi vida la he dedicado a traducir en imágenes aquello que gobierna mis sentidos, a través de las imágenes me comunico, y así, cuando comencé estos viajes acompañada de mi bicicleta, sentí esta pulsión interna y esta necesidad de registrar los impactos a mis sentidos y plasmarlos en fotografías. 30 países, tres continentes, miles de pueblos y ciudades. Innumerables fotografías que transformé en mi proyecto artístico: elegí a las bicicletas como protagonistas de mi arte. Las bicicletas, la propia y cientos que voy encontrando por allí, material que resultó en varias exposiciones y en la edición de dos libros, el primero Bicicletas en Foco (2018) y en este de reciente edición, Japón desde mi bicicleta.
Mi amor por la bicicleta viene desde la infancia, compañera de juegos para descubrir al mundo, aquel pequeño mundo que suele ser nuestro reino en los primeros años: nuestra cuadra, nuestro barrio y, en alguna aventura loca, ir un poco más allá.
Ya de grande hice de ese “descubrir al mundo” una cuestión absolutamente literal y así fue como hace unos 10 años comencé a viajar llevándomela siempre conmigo, en mi maleta: mi bicicleta plegable, cruzando océanos, poniendo pie en nuevos continentes.
En estos viajes yo no hago cicloturismo, simplemente siento la bicicleta como parte de mi vida y así como lo hago en mi propia ciudad (Buenos Aires) me gusta conocer aquellos países, ciudades y pueblos que visito pedaleándolos, perdiéndome por sus calles y los rincones que descubro al ritmo del pedal. Y así como en la infancia, descubrir esos nuevos territorios y perderme en sus laberintos.
En estos viajes yo llevo mi propia bicicleta plegable. La pliego y la despliego según la necesidad de cada lugar. Los tramos largos los hago en otros transportes: trenes, barcos, aviones, pero ni bien llego al sitio que quiero visitar, la bicicleta es mi aliada indiscutida en esta manera que tengo de hacer turismo

Mi encuentro con Japón

En esos viajes por el mundo, un día, por azares del destino (y de las ofertas aéreas), me encontré en… Japón. Y el mundo se me dio vueltas, literal y metafóricamente. (Si trazásemos un eje recto a través del globo terráqueo, Argentina se encuentra exactamente en el extremo opuesto a Japón.)
Fui a Japón a encontrarme con lo inesperado, con lo sorpresivo. Y, efectivamente, me topé con el asombro, con lo distinto. Así recorrí este prodigioso país y con mis ávidas cámaras tomé un riguroso y exhaustivo registro de ello que, a mi regreso, y con más de 10.000 fotografías tomadas durante el viaje, se transformaron en mi segundo libro.
Al recorrer Japón en bicicleta pude, en ella y a través de ella, encontrar el nexo de unión con este punto geográficamente tan distante y tan disímil en tantos aspectos al mío. Me ayudó no sólo a entender mejor sus interrelaciones, sus modos, costumbres y sus dinámicas urbanas, sino que también me llevó a comprender, decodificar y traducir ese asombro inicial.
A través de mis fotografías busqué un registro tanto físico como sensorial para hacer visible lo invisible y poder contar más fielmente el asombro y la fascinación que despierta Japón en quienes viajamos desde el otro extremo del globo terráqueo y nos aventuramos a sus enigmas por primera vez. Pues de eso se trata la fotografía: captar la esencia más profunda de las cosas, de las personas y de las culturas. Hacer de las imágenes un relato breve que abra esa puerta para ver más allá de la foto misma.
En Japón las sensaciones son como un torbellino, un asombro constante, la sorpresa y el deslumbre: esa mezcla de modernidad y tradición que hacen de Japón un lugar único.

Las bicis en Japón

Por donde sea que miremos, Japón está lleno de bicicletas, muchas por las calles de las grandes ciudades y en cada lugar a visitar hay estacionamientos especialmente demarcados para estacionarlas. Algunos tradicionales y otros que parecen venidos del futuro más tecnológico. Esos que muestran en videos, automatizados, donde uno introduce la bicicleta y una serie de mecanismos automatizados la toman, la descienden unos cuantos pisos abajo y luego para retirarla hay que apretar unos botones y un código para que el mecanismo la devuelva.
Lo primero que me llamó la atención, sin embargo, al legar a Tokio, es que, habiendo tantas bicicletas circulando y en una ciudad de más de 30 millones de habitantes, solamente vi una bicisenda. Y observé que, si bien muchos ciclistas circulan por las calles entre el tránsito, muchísimos más aún circulan por las veredas. Al principio esto me extrañó, conociendo la bien merecida fama que tiene la sociedad japonesa de ser tan ordenada. Pero luego, al pasar los días y conocer un poco mas de sus costumbres, entendí el porqué: son, justamente, tan respetuosos, que jamás harían maniobras que pusieran en riesgo a otro peatón, actuando con el mismo respeto y cuidado, aun pedaleando, de como lo hacen caminando. Todos se respetan a todos y no existe la necesidad de “proteger” al ciclista en ciclovías especiales, ni tampoco excluirlos de ninguna zona peatonal.

Trasladando la bici por Japón

Donde sí son muy estrictos es en el traslado de las bicicletas en medios de transporte, sea tren, tranvía o barco. En todos ellos, a partir de la primera puerta de acceso a la estación es obligatorio, tratándose de bicicletas plegables, que las mismas estén contenidas en un bolso, sin ninguna parte de la bicicleta que exceda ni asome por fuera del bolso transportador.
Y por último. lo que más me sorprendió es la seguridad de sus calles, aún en grandes ciudades: las bicicletas duermen sin candados ni cadenas, y… allí están al día siguiente.

El libro

Todo este viaje en bici a Japón devino en la edición de mi segundo libro, Japón desde mi Bicicleta, en donde priman las imágenes pero también sumé textos explicativos, detalles que me sorprendieron o características de los sitios que visité. Además vinculé las imágenes a vocablos japoneses, explicándolos y también hay videos, convirtiendose así en una especie de libro interactivo.
Un libro siempre es una invitación a viajar, y a través de este libro busqué acercar al lector una experiencia más completa mediante códigos QR incluidos en las páginas, que llevan a videos y completan la experiencia con movimiento y sonidos, proponiendo una vivencia sensorial que trascienda las páginas impresas para viajar por un rato al milenario y moderno país donde nace el sol. (Nippon significa el origen del sol).
Por supuesto que el titulo Japón desde mi Bicicleta no es anecdótico, pues observar cualquier lugar nuevo desde una bici ofrece una perspectiva diferente y eso intenté que transmitiesen mis imágenes. El asombro y el disfrute que me da la bicicleta desde mi infancia y que continúa en mi adultez, y su importancia en cada aspecto de mi vida. Y por si eso fuese poco, el enorme placer de haberle dado, en mi obra artística, el lugar que merece la bicicleta. Porque no es solo deporte, no es solo recreación, no es solo salud y sustentabilidad, la bicicleta es un modo de ver la vida y, a mis ojos de fotógrafa, las bicis son poesía que intento traducir en las miles de imágenes que conforman mi obra.

 

Por Floral Zu*

La autora es fotógrafa, diseñadora gráfica y profesora de diseño en la Universidad de Buenos Aires. Libros editados: Japón desde mi bicicleta (2020) y Bicicletas en foco (2018).
Website: www.floralzu.com
Instagram: @floral_zu_photo
Facebook: Floral Zu Photo
YouTube: Floral Zu Photo

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Fotos

Dominique, la bicicleta que recorre Buenos Aires

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Rodando Buenos Aires es un proyecto que con el protagonismo de una bici llamada Dominique, busca mostrar la ciudad, su arte urbano, su arquitectura y su belleza natural.
El plan es redescubrir los 48 barrios de la ciudad y, por qué no, un poco más allá. Pero también promover el uso de la bici como mejor vehículo para recorrer Buenos Aires.

 

#RodandoBsAs @dominiquelabici

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