El Tour de San Luis terminó y con gran éxito de participación internacional y de público asistente. Pero sólo un día después de terminada la vuelta puntana, un medio de gran difusión en el mundo ciclista de habla inglesa, Velo News, publicó este artículo del que traducimos los tramos que consideramos más importantes. No tomamos posición, ya que desconocemos los hechos que se plantean acá, sino que simplemente pretendemos que el material sirva para la reflexión.

Equipos World Tour denuncian irregularidades en San Luis

por Neal Rogers (Velo News)

Cuando el Director del BMC Jackson Stewart estuvo en la presentación de los equipos del Tour de San Luis durante el domingo de una semana atrás, dijo que se quedó con un marcado sentimiento de que la carrera pertenecía a la escuadra local San Luis Somos Todos, del ganador del año pasado Daniel Díaz.
El equipo, que es auspiciado por la provincia, fue el último en la presentación, recibió el aplauso más estentóreo y a su presentación siguieron fuegos artificiales para cerrar el show.
De modo que Stewart no se sorprendió demasiado cuando en la etapa 4 vio a algunos fans, a una moto de prensa y hasta a un coche del equipo empujar a un miembro del equipo San Luis Somos Todos hasta lo alto de El Amago, sin consecuencias.
Stewart dijo que estaba conduciendo atrás del corredor del BMC Darwin Atapuma, quien peleaba por el tercer puesto en la etapa con Lucas Euser (UnitedHealthCare) y Enzo Moyano (Somos Todos).
«Moyano era empujado por todos -al menos vi a cuatro fans correr tras él y empujarlo.» dijo Stewart. «En los últimos 700 metros vi una moto de prensa rodar hasta él y empujarlo hasta la línea de Atapuma -Atapuma se había despegado del pequeño grupo y la moto le dio a Moyano el mayor empujón de todos, hasta llevarlo arriba.»
«Los comisarios estaban ahí -con seguridad que vieron todo, estaban en la moto al lado de él. Si estás en la escalada y eres un referí, sólo estás mirando la carrera.»
Atapuma quedó tercero en la escalada, siete segundos delante de Moyano, quien terminó seis segundos adelante de Euser.
Euser dijo que vio a Moyano siendo empujado por el coche del equipo.
«Lo colgué a Moyano y de pronto apareció al lado mío, sin pedalear, cuesta arriba, con el coche de su equipo,» dijo Euser. «Lo distanciaron unos 200 metros de mí. Lentamente lo fui alcanzando, y cuando estaba unos 50 metros detrás, apareció una mano del auto del equipo y comenzó a empujarlo.»
«La gente puede tomar malas decisiones en situaciones de estrés, pero en resumidas cuentas estamos hablando de deporte. Es competencia. Se supone que tiene que ganar el más fuerte, más allá de dónde eres o a quién tienes alrededor.»
Pero hubo uno de al menos tres incidentes en los cuales los corredores locales y los directores de equipo dejaron de lado la etiqueta deportiva -o simplemente rompieron las reglas- que impulsaron a que varios ciclistas estadounidenses hablaran del tema.
En la etapa 6, cuando faltaban aun 40 km, el sprinter del Garmin-Sharp Tyler Farrar volvió hasta el automóvil de su equipo en busca de caramañolas, antes de de la última subida al Mirador del Sol.
Mientras tomaba las botellas del director de equipo Chann McRae del lado del conductor del coche de su equipo, el coche del equipo de la Provincia de Buenos Aires golpeó a Farrar desde atrás, derribándolo. De acuerdo a lo manifestado por Farrar, el coche argentino no se detuvo.
«De repente sentí que me golpeaban y me caí al pavimento», dijo Farrar. «Creo que reboté con mi auto y que luego me caí hacia la izquierda. Tuve suerte de no quedar abajo de ninguno de los dos autos.»
«Cuando me levanté estaba sorprendido de que el que conducía el auto no se hubiera detenido. «Qué mierda de persona tenés que ser para golpear a alguien con tu auto y simplemente seguir adelante?»
Y mientras el incidente de Farrar fue accidental, no hubo accidente cuando el corredor del equipo de la provincia de Buenos Aires Walter Pérez -cuyo padre manejaba el coche de su equipo- le dejó un ojo en compota a Kenny Dehaes, del Lotto-Belisol.
«Estábamos detrás del Quick Step, recuerda Dehaes. Estaba a rueda de Cav (Mark Cavendish). El chico de Buenos Aires se vino por mi derecha, empujando y todo lo demás. Faltaban aun 100 kilómetros para la llegada. Le di un pequeño empujón con mi codo, para hacerle saber que ése era nuestro lugar y el reaccionó con un golpe directo a mi ojo.»
Estas cosas suceden en las carreras de bici profesionales. Los coches de los equipos, o aun coches neutrales de la caravana, con frecuencia le dan un empujón para favorecer a algún corredor. Y ha sucedido que un vehículo haya golpeado a un ciclista antes. Y ocasionalmente hay golpes de puño, sobre la bici y bajo de ella.
Sin embargo, colectivamente, estos incidentes pintan un cuadro de corredores y directores locales que en su intención de obtener resultados están dispuestos a tomar riesgos extremos o a quebrar reglas en el evento de ciclismo más grande de Sudamérica.

Vidas en juego

El incidente de Farrar fue, por cierto, el más serio, ya que eventualmente podría haberlo matado.
El hombre detrás de la rueda del coche de la Provincia de Buenos Aires era Hugo Pérez -padre de Walter Pérez, el campeón olímpico de Madison del 2008 que golpeó a Dehaes. Pérez estaba muy emocional respecto del incidente como para explicarlo en detalle, diciendo sólo: «He hecho ocho tours. Soy el padre de Walter; lo he seguido a él toda mi vida. Tengo la máxima experiencia en la ruta en la Argentina.»
Pero Martín Ferrari, que estaba en el asiento del acompañante en ese momento, dijo que cuando iban a pasar a Farrar, el coche del equipo Garmin giró hacia la izquierda, obligando a Farrar a derivar hacia su camino.
«Estábamos en la caravana, estábamos pasando, Tyler estaba justo al lado del auto,» dijo Ferrari. «Mís corredores estaban yendo y viniendo por agua. Cuando estábamos pasando, el coche del Garmin se movió. Nosotros también nos movimos, pero golpeamoa a Farrar con el espejo.»
Stewart, que vio el incidente, le dijo a Velonews: «Sólo lo golpearon a pleno. Quiero decir, los accidentes suceden, pero ni siquiera sacaron al auto de la ruta para evitarlo y pasar, fue sólo un ‘Yo estoy pasando y si estás en mi camino vas a ser golpeado’.»
Lo que pasó después es incierto. Farrar dijo que el coche de Buenos Aires no se detuvo luego de golpearlo. Ferrari dijo que sí lo hicieron. McRae corroboró el relato de su corredor.
Ferrari dijo que él y Pérez quisieron ayudar a Farrar, «pero fue muy agresivo y nos tiraba cosas.»
«No quiso que lo ayudáramos y se puso agresivo contra nosotros. Dijo que me quería matar,» agregó Ferrari.
Luego de la etapa, el sprinter norteamericano visitó al auto de Buenos Aires y cambiaron palabras.
«Traté de encontrarlos en la llegada y hablarles, pero mi español no es suficiente, no tan bueno como para dejar claro mi punto de vista, y él no hablaba nada de inglés, y todo resultó bastante frustrante, ya que no estaba diciendo solamente ‘Lo siento’,» dijo Farrar.
Ferrari dijo que un enfurecido Farrar rompió el espejo lateral del auto y el parabrisas. Al comienzo de la etapa 7, el domingo, el auto de Buenos Aires tenía el parabrisas y un espejo lateral dañados. Al preguntarle si él había hecho eso, Farrar no contestó.
«Rompió el espejo y el parabrisas, estaba muy agresivo con nosotros,» dijo Ferrari. «Sentimos mucho esto, esperamos que acepte nuestras disculpas, porque en ese momento estaba realmente loco y no las aceptaba. Esperamos que lo haga.»
2De hecho fui a ver a los de Garmin uno por uno, a mecánicos y asistentes, para pedir disculpas porque me sentía culpable. Nadie quiere lastimar ni matar a un ciclista. Sólo queremos disculparnos.»
En lo que respecta a Pérez y Ferrari, el caso parece que quedará en las palabras de uno contra las del otro. Sin embargo, Pérez fue multado con 100 francos suizos por «quebrar las normas que regulan el desplazamiento de vehículos durante la carrera.»
«Los accidentes suceden,» dijo Farrar. «La diferencia es que debieran haberse detenido, bajarse del auto y disculparse. Eso hubiera sido diferente, y yo hubiera estado mucho menos amargado al respecto.»
«¿Qué clase de persona hace eso? Si me pongo en sus zapatos, aun cuando no fuera absolutamente culpa mía, hubiera detenido el coche para asegurarme que no había pasado sobre alguien y matado. Pero debió haber tenido asuntos más importantes.»
El norteamericano Taylor Phinney (BMC) fue elogioso con la carrera, pero no tanto con respecto a los corredores locales.
«Estos chicos están tan desesperados para obtener un resultado, para mostrarse… uno de ellos golpeó a Dehaes en la cara durante un sprint. Uno de los coches de equipo derrumbó a Tyler Farrar, sólo porque no podían pasar… En la etapa 1, cuando el corte se nos fue, estábamos todos embalando por el séptimo puesto y yo me quedé un poco atrás, observando a los chicos locales tomando riesgos masivos frente a mí para embalar por un séptimo puesto.»
«Entiendo que esta carrera significa mucho para ellos, pero se llega a un punto en que hay que preguntarse: ¿Vale para nosotros, como profesionales que estamos entrando en forma para grandes carreras, venir acá, tomar grandes riesgos en carreras preparatorias mezclándonos con corredores que pueden resultar muy peligrosos?»

Sólo una protesta formal

Giovanni Lombardi trabaja con el Tour de San Luis como coordinador entre el evento y los equipos europeos. El mismo un exprofesional, apuntó que, mientras que ciclistas como Phinney y Phil Gaimon fueron críticos en Twitter acerca de las tácticas utilizadas por los ciclistas y los equipos locales, ninguno de esos incidentes ameritaron una protesta al jurado UCI de la carrera hasta el comienzo de la etapa final del domingo, cuando Garmin firmó una queja.
(En busca de material para esta historia, VeloNews no habló con Pedro Frías, presidente del jurado de comisarios UCI, y no pudo acceder ni a Moyano ni a Walter Pérez.)
Lombardi dijo que el jurado UCI está integrado por ciclistas de toda Argentina, no sólo de San Luis, y que el presidente del jurado es de Cuba. También dijo que no se recibió ninguna prueba fotográfica o de video sobre ciclistas remolcados en una escalada.
Dehaes dijo que él y Pérez conversaron sobre su incidente, añadiendo que creía que la agresión forma parte de la aproximación de los argentinos al deporte en general.
«Son buenos muchachos, quizás un poco agresivos, pero creo que ésa es la mentalidad en Argentina,» dijo. «Cuando ves un partido de fútbol en TV, están siempre peleando, más que en Europa.»
Euser incluso estuvo diplomático cuando habl´p acerca de la carrera y acerca de los que rompen las reglas.
«Es una gran carrera. Está en su octavo año, y esta haciéndose más grande y mejor cada año,» dijo Euser. «Y reconozco que el equipo San Luis Somos Todos quiere estar ahí para representar a su provincia y a la Argentina en esta carrera. Entiendo completamente eso. Pero hay un elemento de fair play ahí, mas allá de quién eres o de dónde vienes.»
Y McRae dijo que Moyano y el coche del San Luis Somos Todos estuvieron de nuevo en acción en la escalada al Mirador del Sol de la etapa 6, hasta que llamaron la atención del comisario.
«En la subida Moyano venía atrás, pero un fotógrafo y un motociclista decidieron darle un empujón durante más de 15 segundos,» dijo McRae. «Trataron de hacerlo dos veces, pero intentamos evitarlo. Hablamos con el comisario al respecto y lo hicieron volver atrás. Eventualmente Moyano quedó colgado, ya que no pudo ser empujado nuevamente.»
McRae no presentó una queja formal. Asimismo, Stewart, el director del BMC, no se quejó ante el jurado de la carrera del comprotamiento de Moyano luego de la etapa 4. Moyano terminó la carrera en la quinta posición de la general.
«No presenté ninguna queja. Sé que otros directores de equipo lo hicieron, y pensaba que más directores lo iban a hacer antes de la largada del día siguiente, pero no lo hicieron,» dijo Stewart.
«El equipo local es el que más ataca. Es su carrera y quieren hacerlo bien y pienso que si uno presenta quejas no va a obtener mucho. ¿Qué me van a dar -30 segundos para Atapuma? Había habido 15 fans empujando a ese muchacho en la cuesta.»
«Lo acepto porque cuando estuve en la presentación de los equipos ya había ganado ese equipo. Quizás fue por la celebración del triunfo del año anterior. Uno aprecia a una buena carrera internacional y aprecia a la provincia que nos trae. Sabes que los muchachos locales quieren hacerlo bien. No aceptaré esto por más tiempo, pero creo que en esta ocasión lo aceptó porque no afectá tanto a nuestro equipo.»
Ni Farrar ni McRae presentaron una protesta formal al jurado de la carrera luego de la etapa 6.
«Luego de la carrera no estaba en condiciones de encontrar un comisario y pasar por todo eso de la protesta,» dijo Farrar. «Estábamos en la cima de la montaña y yo estaba sangrando.»
Preguntado si había hablado con alguien de la organización de la carrera en relación a sus tweets, Phinney dijo que no.
«Todo lo que puedo hacer es tuitear sobre esto,» dijo. «No tengo línea directa con la organización. Es más una cuestión de la que deberían ocuparse ellos que yo hablar con ellos. He hablado de esto porque quiero ver el progreso de la carrera, y creo que cuando hay temas como éste, la carrera no va a progresar mientras no se ocupen de estas pequeñas cosas, que se pueden transformar en importantes temas.»

Texto original en inglés: http://velonews.competitor.com/2014/01/news/worldtour-teams-allege-bush-league-tactics-by-argentines_315022

Por otro lado, mucha prensa internacional afirma que San Luis tiene lo que tienen las grandes vueltas: una mística, un clima que muchas otras no tienen. Incluso el Tour femenino corrido antes de la cita de los varones, pinta según todos los testimonios como para transformarse en una cita obligada del calendario internacional. Quizás, en favor de esta gran carrera, resulte conveniente que de aquí en más los locales atenúen sus ímpetus, especialmente cuando se corre el riesgo de rozar lo antideportivo.