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Entrenamiento

Elevar el rendimiento por intuición y sensaciones

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La importancia de la valoración subjetiva e intuitiva durante el entrenamiento o en la misma carrera, un recurso que debe manejar tanto el deportista de elite como aquel amateur que no tiene acceso a tecnologías de medición objetivas.

por Patrick Sassoli

En función de algunas notas anteriores que se centraron en la utilización de distintas tecnologías, las cuales dan lugar a un grupo de recursos técnicos de valoración objetiva, es que desarrollaremos en esta entrega el paquete de tácticas para lograr mejorías progresivas y constantes en lo que refiere a planificación y entrenamiento con otro tipo de recursos, esta vez subjetivos. En una palabra, podríamos eventualmente prescindir de las herramientas técnicas modernas. Por otra parte, lo impracticable en la búsqueda de excelencia sería no utilizar estas técnicas de percepción y sensaciones del propio deportista. Además, aquellos que se enfrentan a una barrera de acceso a la tecnología por cuestiones económicas, prácticas o de logística, encontrarán aquí una guía muy amplia de cómo aplicar y explotar este valioso recurso.
Recordemos a algunos grandes héroes del ciclismo internacional como Fausto Coppi o Bartoli. O argentinos como Ángel Colla (padre de Darío), Eduardo Donadío (padre de Sebastián, Daniela y Facundo), los Alexandre (Antonio, Sebastián y Marcelo), Luis Alberto Kunze (padre de Germán e Ivana). Todos ellos eran experimentados en estas técnicas, debido a que los recursos tecnológicos de que disponemos hoy eran muy escasos en esa época. Por lo tanto administraban sus capacidades por intuición durante las carreras, sus entrenadores y técnicos se manejaban con el informe de sensaciones subjetivas que les proporcionaba el deportista. No contaban con la tecnología actual, a pesar de lo cual no dejan de impresionarnos aun hoy con sus resultados en el cronómetro y las capacidades que desarrollaban en resistencia y potencia.
Dividiremos este concepto en dos áreas claras y delimitados como mecanismo de aplicación.

Autovaloración subjetiva-intuitiva
El primero, lugar de importancia y paso, es el área de la autoevaluación por percepciones, que en el método Live Biking llamamos Autovaloración Subjetiva-Intuitiva. Esto refiere a que es el propio deportista quien percibe, tabula, registra y compara las percepciones del momento con otras que están almacenadas en su memoria celular, psíquica, física e incluso emocional, pudiendo realizar ajustes durante la prueba de exigencia, redistribuyendo la utilización de recursos en el transcurso de la misma carrera o entrenamiento especifico. Esto puede ser en función del máximo rendimiento biomecánico en una carrera o en un test.
Otra alternativa como parte de su desarrollo físico-psíquico seria exigirle al deportista ingresar en un área funcional de menor preparación y/o comodidad. Ejemplo: aferrarlo a una o varias consignas de entrenamiento o tácticas individuales y de equipo, dictadas por su entrenador o técnico, en un entrenamiento o una carrera. Se trata de condicionamientos preestablecidos y explicados al deportista como consigna, que el piloto tendrá que respetar y resolver aún contradiciendo su comodidad o capacidad natural. Sus tendencias y tentaciones a salir de la consigna serán dictadas desde su interior por medio de sensaciones, siendo la psiquis quien tendrá que ordenar el todo.
Esto sería algo así como decirle a un animal acorralado que en lugar de atacar intente escapar, contrariamente a lo que pudiera estar dictando su decisión intuitiva interna.
En un entrenamiento reglado, el atleta normalmente resuelve su velocidad sobre la bicicleta con vueltas de piernas y bajo nivel de carga. Entonces se le indica que haga el esfuerzo de no echar mano a ese recurso natural, para mantener un empuje determinado; es más, le solicitamos que haga lo contrario, que lleve más carga y menor cadencia, limitando de este modo su característica natural, pudiendo de este modo desarrollar otra capacidad muy distinta.
En un caso táctico de carrera, pudiera ser que el ciclista A (sprinter puro) se sienta muy capaz para definir y ganar sobre la raya en un sprint, llegando todo el pelotón compacto, mientras que el técnico le indica por radio que deberá evitar hacer eso y simplemente quemar sus piernas levantando el sprint para su compañero de equipo B (llevándo a rueda) y evitar que lo sobrepasen en los últimos 200 metros, antes de lanzar a su compañero a meta, debido a que el ciclista B es quien va primero en el campeonato y lo favorece ganar. Internamente, el ciclista A deberá reprogramar su capacidad natural para esforzarse en algo que para el será más complejo, tanto por variables físicas y psíquicas como emocionales. En este caso deberá recurrir a mayor capacidad intuitiva y a su subjetividad para resolver lo que más le cuesta y menos está acostumbrado.

Autoevaluación por sensasciones
En segundo lugar de importancia y el siguiente paso (para todo aquel deportista que esté dentro de un programa de entrenamiento guiado por un entrenador y/o técnico) está la denominada Autoevaluación por Sensaciones. Éstas son de gran utilidad, permitiéndonos a entrenadores, instructores y técnicos evaluar y completar nuestro análisis de capacidad de adaptación y evolución en el entrenamiento.
En este plano es el deportista quien puede describir y comunicar con claridad y en pocas palabras el nivel de esfuerzo, calificando la vivencia en sus puntos más sobresalientes y destacados, tanto en las fortalezas (buenas sensaciones) como debilidades (crisis y dificultades específicas).
Imaginen que poseyéramos una cinta que registrase los eventos importantes en este terreno (tipo caja negra de un avión) y luego el entrenador puede decodificar la información de la misma, ya no sólo del instrumental físico existente (ciclocomputadora, monitor cardíaco, medidor de vatios o información de laboratorio) sino también de la mente: pensamientos, revelaciones y sensaciones del ciclista. Para esto también se suele utilizar una tabla de interpretación numérica, relacionando éstos al nivel de esfuerzo (la cual describiremos más adelante).
El entrenamiento inteligente no sería tal si no se aplicaran estos mecanismos. Ésta es el área que no se puede resolver aún con las tecnologías existentes. Familiarizarse con estas técnicas sin lugar a dudas nos llevará a un nivel de rendimiento más elevado. Como coach les puedo garantizar la ventaja que representa para el equipo entrenador/deportista cuando se comprenden estos conceptos y se los aplica con eficacia. Nos simplifica mucho la progresión y es uno de los aspectos claves para la obtención de rendimiento. Los deportistas experimentados que preparamos en Live Biking han aprendido a describir con toda fidelidad la identificación de los datos relevantes posteriores a una carrera o a un entrenamiento específico. Y de allí surgen los aspectos a mejorar

Otras ayudas
Estas técnicas son aplicables a cualquier disciplina deportiva. Se trata de fenómenos que acontecen generalmente de modo inconsciente en las personas y que hay que llevarlos al modo consiente.
Nuestro mecanismo de supervivencia incluye esta capacidad en situaciones extremas, un sinfín de estímulos e informaciones que nos indican qué es lo más conveniente. Esto claramente lo poseen lo animales, que toman decisiones instantáneas en función de la adversidad y sus posibilidades: si escapan o atacan, si acechan o corren a su presa. Así resuelven situaciones por conveniencia en función de lo que consideran más efectivo. En el caso de los seres humanos contamos con un rango más amplio y diverso de recursos, pero también con éstos.
¿Cómo agudizar nuestro radar de percepciones y qué hacer con ellas?
Inicialmente recomendamos adicionar a la práctica deportiva el ir de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro. Lo que queremos significar con esto es que no sólo deberemos observar y registrar las variables externas y concretas provenientes de la tecnología con la que contemos y del medio que nos rodea (velocidad, multiplica, cadencia, pulso, vatios, dirección del viento, altímetro, geografía o desnivel, ritmo del grupo y/o adversarios, tipo de superficie, etcétera) sino conjugar todo eso con las percepciones internas de esfuerzo: ritmo sobre la bicicleta, piernas (vuelta de piernas adecuada o escasa y empuje alto o bajo), respiración (ordenada o ahogada), nivel de oxigenación aceptable o deficitario, energía (si nos quedamos bajos en energía, el llamado “ quedé vacío”, o bien completos, el llamado “llegué entero”), relajación del cuerpo (óptima o en tensión), la posición en la bicicleta (confortable o incómoda), la capacidad muscular (se asigna valoración subjetiva a la fuerza, la resistencia, la potencia muscular), etcétera.
Todas estas son preguntas que el mismo deportista debe responderse. Nadie sabe mejor que el propio atleta, si éste se educa a si mismo, en qué lugar ubicar la valoración y el nivel de un esfuerzo o fatiga.
El entrenador es un observador y un guía, una enorme ayuda, pero esto exige del deportista realizar su aporte con claridad, para realmente trabajar en equipo.
Y en caso de no contar con un entrenador, el deportista necesitara autodirigirse, y para ello debe perfeccionar estas técnicas de valoración subjetiva-intuitiva y autovaluación por sensaciones.
Estas técnicas no necesariamente reemplazan a los medidores “objetivos”, pero no sólo pueden ser necesarias para el deportista autoentrenado sino que se trata de un protocolo habitual que utilizamos por ejemplo en los cuarteles Live Biking, donde el instructor le pide a su entrenado (elite, profesional, amateur o recreacional) que le explique cómo le fue en un entrenamiento o carrera. El instructor busca ahí información para reportarla al planificador y éste para realizar los ajustes necesarios en la preparación del deportista.
Para simplificarlo, la primer pregunta típica es sobre las ¨sensaciones¨. Claro, a la vista está que lo que pretenden el entrenador y el atleta es identificar el nivel de adaptación a la exigencia propuesta, ya sea de planificación de entrenamiento como de carrera, qué tan apto y preparado se encuentra el deportista para esa barrera de exigencia, cómo utilizar esto para la mejora y ajuste del entrenamiento y su progresión adecuada.

Instrucciones para aplicarlo
El deportista calificará con un número determinado del 3 al 10, según su auto percepción subjetiva-intuitiva, al esfuerzo e intensidad (también podríamos calificarlo como un porcentaje en un rango del 30 al 100%). En este caso:
3 = muy leve,
4 = bajo,
5 = leve,
6 = medio,
7 = medio alto,
8 = alto,
9 = muy intenso y
10 = extenuante (no se puede continuar, finaliza el movimiento).
La primer dificultad con que nos encontramos aquí es un tema que surgió de un trabajo de investigación que hemos realizado en Live Biking sobre una muestra de 20 pedalistas de distintos niveles, y que consistió en relacionar la autovaloración subjetiva-intuitiva en relación al mismo esfuerzo medido objetivamente. La exactitud de ambas mediciones variaba de un sujeto a otro, no siendo exactamente gradual la valoración que el deportista hacía con la realidad de su capacidad funcional y fisiológica.
Una parte de nuestra investigación fue hecha con pruebas de esfuerzo máximo en bicicleta fija Cyclops con medidor de vatios (potencia), análisis de gases (respiración) y medición de lactato (acidez en sangre), aplicando el siguiente protocolo: un calentamiento de 12 minutos y posteriormente ir aumentando la potencia de a 30 vatios cada dos minutos.
Al finalizar el último minuto de cada incremento de vatios se les solicitaba a los atletas que valoraran con un número su esfuerzo y fatiga con la escala numérica arriba descripta.
Las conclusiones fueron que no todos podían calificar subjetivamente el esfuerzo que nos mostraban los datos objetivos.
En este campo, es importante destacar que cuanto más experimentado era el deportista más preciso era en sus percepciones, estando relacionada evidentemente su precisión con su experiencia.
Con el grupo menos experimentado y de mayor error (más-menos 40%) volvimos a realizar el protocolo después de una pausa adecuada, retroalimentándolo con los ajustes objetivos, corrigiendo su percepción en la tabla subjetiva de 3 a 10, y a medida que se les daba información de reajuste ajustaron el error a un más-menos 10%.
Todo esto nos da la clara esperanza que el deportista mejora con la práctica de este ejercicio. Lo que recomendamos es que cada uno conjugue estas preguntas permanentemente cuando entrena y corre, pudiendo educarse a si mismo y ser un indicador preciso este reloj invisible que se deberá llevar en el tablero virtual de la mente.

*Patrick Sassoli es Preparador Físico, Entrenador especializado en ciclismo, Director de la empresa Live Biking (Método de planificación y entrenamiento en ciclismo): patrickcoach@livebiking.com.ar | www.livibiking.com.ar

Nota publicada en Biciclub Nº185, mayo 2010.

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Deporte y Entrenamiento

Una programa de nutrición para ganar masa muscular que aporta estabilidad y potencia al ciclista

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Más allá de buscar tener un cuerpo definido, ganar (o preservar) masa muscular es esencial para el rendimiento deportivo. Entre otros beneficios, tener masa muscular favorece la estabilidad, aporta fuerza, potencia y previene lesiones.
Este proceso es conocido como hipertrofia y tiene que ver con el crecimiento muscular de forma progresiva.
Para alcanzar este objetivo, además del entrenamiento específico de fuerza, la alimentación juega un rol clave.
Ésta debe ser a base de un superávit calórico, donde se consuman más calorías de las que se gastan.
Pero en este camino también se debe aumentar la ingesta de proteínas diarias, un macronutriente que colabora en la formación de los tejidos de los músculos, siendo los huevos, el pescado de aguas profundas como el salmón, el atún, la trucha y, las carnes magras las mejores fuentes de este nutriente, debido a su calidad y a que también aportan calcio, vitamina D y B12, fibra y Omega-3, nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro, del metabolismo y para fortalecer el aparato músculo-esquelético.
Pero para un correcto aumento de la masa muscular, la ingesta de proteínas debe complementarse con el consumo de otras fuentes de alimentos. En especial los carbohidratos, porque aportan energía y grasas saludables.
Entre las grasas saludables recomendadas se encuentran la palta, los frutos secos, aceitunas y aceite de oliva. Lo ideal sería incluir al menos una porción de alguno de ellos en cada comida del día. Así estaremos aumentando nuestra ingesta calórica y además nos aportarán un efecto antiinflamatorio protector contra lesiones y que favorece los procesos de recuperación ante los entrenamientos. Dentro del grupo de los carbohidratos complejos se sugiere la ingesta de legumbres o cereales integrales. En relación a la porción de estos, deberían ocupar entre un cuarto y un tercio del plato.
Por otro lado, debemos cuidar la incorporación de minerales tales como el potasio y el magnesio, cuyo rol es colaborar en la recuperación de los músculos y evitar los cuadros de calambres. Los principales alimentos donde se encuentran ambos nutrientes son la palta, banana, dátiles, las verduras de hojas verdes como el kale y la espinaca.
En cuanto a los suplementos nutricionales, si bien estos no son esenciales, muchos aportan practicidad para cubrir las necesidades aumentadas que hemos mencionado.
En este sentido, los batidos de proteína de suero de leche o Whey protein nos permiten sumar una buena cuota de proteínas de alto valor biológico (tienen entre 20 y 25g/porción) en momentos del día en que estamos fuera de casa o que contamos con poco tiempo para hacer una ingesta más completa.
De igual modo, los suplementos de citrato de magnesio van a garantizar que cubramos los requerimientos de este nutriente, que además, en una dosis más alta, va a aportarnos un efecto de relajación psíquico y muscular.
Una mención aparte merece la creatina. El monohidrato de creatina es hoy uno de los suplementos más estudiados, clasificado cómo Clase A (seguro y efectivo) y que ha demostrado favorecer, en el marco de un plan de entrenamiento adecuado y teniendo cubiertos los requerimientos nutricionales, la recuperación y el crecimiento muscular.

Texto: Juan Pablo Bruno, licenciado en nutrición (MN 7292, MP 2818), nutricionista deportivo.
Atención online y presencial: whatsapp 2954-645889 | Instagram @juanbrunonutricionista
Foto: Imagen de vecstock en Freepik

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Deporte y Entrenamiento

Diversión garantizada en bicicleta: cómo se hace y para qué sirve un pump track

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A menos que ya seas usuario de uno, seguramente te preguntaras qué es un pump track. Básicamente explicado, es un sendero o pista cerrada con un sentido de giro (no establecido) en el que se pueden dar tantas vueltas en bicicleta como tu cuerpo lo permita, al ritmo y velocidad que tu técnica lo permita. En ellos podés, si tenés técnica, andar en una bicicleta sin cadena y sin frenos, alcanzando velocidades tan altas como 30 km/h. Sin cadena parecería un milagro, pero no lo es. Es pura técnica y un trabajo aeróbico súper divertido tanto para niños como para adultos.

LOS PRINCIPIOS A TENER EN CUENTA
En términos generales estas instalaciones se hacen en espacios reducidos, tan reducidos como un patio mediano o una cancha de tenis. Los más grandes como una cancha de futbol 5 o 7.
Si bien hay muchos videos de cómo hacer un pump track y es algo que parece bastante fácil, en realidad hacerlo bien no es tan simple como parece. Es decir; si querés hacer un pump track para divertirte con tus amigos o para tus hijos es algo que podes improvisar: bastan una pala y una carretilla. Pero si queres hacer algo más serio, una instalación en un espacio público, un espacio deportivo, una plaza o club, tenés que pensar en algo más profesional en cuanto a diseño y prestaciones. Hacer un pump track es una suma de ecuaciones matemáticas que están mucho más lejos de lo que el ojo puede calcular.
Pero dejando de lado la ciencia, detrás de un pump track podemos decir que sin duda alguna este tipo de instalaciones deben ser tenidas en cuenta tanto por los usuarios como por las entidades gubernamentales, ya que dan fácil acceso a una práctica deportiva, son seguros, aumentan la destreza de los usuarios y son generadores de cambio social, ya que en esos espacios, no existe por ejemplo, la discriminación; todas las bicis y clases sociales son bienvenidas. Y por supuesto, colaboran a reducir el número de accidentes viales con ciclistas, ya que estos aumentan considerablemente su destreza en la conducción.

 

LOS DIVERSOS MODELOS DE PUMP TRACKS
Actualmente existen cuatro tipo de pump tracks: los de tierra, los de suelo natural, los modulares y los de asfalto. Vamos a hablar brevemente de cada uno.

Tierra

Estos son los que básicamente haces y construís entre amigos en el fondo de una casa o en un terreno disponible. Como dijimos al principio, necesitaremos solo palas, carretillas, voluntad… y agua. En términos generales se hacen cavando y sacando tierra del propio lugar o incorporando tierra externa de alguna obra cercana. Dependiendo del tamaño y voluntad, se pueden hacer en un fin de semana. Pero requieren riego y el mantenimiento suele ser un dolor de cabeza que genera prácticamente el mismo esfuerzo que el que se aplicó en construirlo. De hecho es común que cada vez que vamos a usarlos nos demanden algunos toques con pala y rastrillo, y dada las características del material suelen consumir mucha agua en riego.
Un quick tip: si tenes árboles, hacelo debajo de ellos, porque la sombra te ahorra mucho mantenimiento y mucha agua.

Suelo natural 

Se ven como de tierra, huelen a tierra, se sienten como tierra… pero es algo mucho más complejo, es un suelo compuesto. Nuestra asociación, International Mountain Biking Association (IMBA) es especialista en este tipo de instalaciones. Se trata de utilizar un porcentaje de suelo local mezclado con ciertos porcentajes de arena, piedra y otros áridos. Esto básicamente genera un pump:
– amigable con el medio ambiente,
– sostenible,
– que requiere poco mantenimiento,
– que necesita riego pero mínimo,
– que no se erosiona con el uso,
– que se puede usar en condiciones de humedad aceptables y
– que no hace barro.
Si el suelo está tan bien preparado que se pueden realmente esculpir las formas que busques, estos suelen ser claramente más grandes y son ideales para espacios públicos, ya que cuentan con un diseño integral y profesional. Pero al mismo tiempo son ideales para parques públicos, ya que no son invasivos con el entorno natural. Por otro lado si fuera necesario modificarlos o ampliarlos, es totalmente posible y accesible hacerlo.

Premoldeados

Estos se tratan de piezas que tienen determinado diseño, están premoldeadas en hormigón y son particularmente atractivos para las instituciones estatales, ya que literalmente en cuatro horas podés tener un pump armado. No requiere altos costos de ingeniería o diseño, se adaptan a cualquier espacio plano, el mantenimiento es extremadamente bajo (cortar el pasto alrededor) y no requieren riego.
Por otro lado, también abren el espacio a un mayor abanico de usuarios, al poder ser utilizados por skaters, rollers, etcétera. La contra es que al ser piezas modulares, los diseños son limitados. Y se pierde el mayor atractivo de este tipo de instalaciones, y es que cada diseño sea distinto.
Por supuesto, en el mismo tamaño tienen un costo mayor que el de suelo, pero el costo a largo plazo es menor porque no requiere mantenimiento y lo pueden utilizar diferentes clases de usuarios, aunque no se integran muy bien al paisaje natural. Es algo así como colocar una vereda de hormigón en un parque…
Su ventaja radica en que se puede desmontar con la misma velocidad con la que se armó. Por otro lado, si se desea ampliar solo hay que sumar más módulos.

Asfalto

Al igual que el anterior, estos son bastante atractivos para las instituciones estatales porque abarcan varias clases de usuarios. El problema es que su costo es alto, ya que, para empezar, hay que realizar un pump de suelo previamente, para luego cubrirlo con asfalto. El mantenimiento es bajo pero sí requieren riego para mantener el pasto crecido en los espacios intermedios, ya que el asfalto, al no absorber agua, tiende a hacer acumular agua en la parte interna de las curvas, lo que genera que el suelo se sature de agua y el pump comience a hundirse generando fracturas y daño en el mismo.
Si bien son una solución atractiva, los municipios tienen que pensar muy bien a la hora de optar por esta opción, ya que no es la mejor a nivel ambiental. Tirar en un parque más de 1000 metros cúbicos de asfalto y generar en ese espacio verde el impacto visual de una autopista no suena realmente como la mejor opción.
Por otro lado ocurre lo mismo que con los pump modulares. Terminan siendo formas muy similares entre sí y si fuera necesario ampliarlos a futuro, resultará muy costoso hacerlo; incluso en algunos casos eso implica rehacerlo por completo. Es por este motivo que estos pump track desde el inicio suelen ser estructuras considerablemente más grandes.

QUÉ MODELO ELEGIR
Ahora bien: ¿Cuál elegir entre todas estas opciones? Qué dilema. El concejo más simple es el siguiente: si el grupo de amigos se ve sumido en un ataque repentino de ansiedad después de leer esta nota y se lanza a buscar videos en youtube, la respuesta es simple: aprovechá esa ansiedad antes de que se pase, agarrá la pala y en el fondo de tu casa, en un baldío (mejor pump que basural…) o en la plaza (si te dan permiso), a cavar y construir uno. No te va a salir bien, eso es seguro, pero con la práctica vas a mejorar y si tenés dudas consúltanos que te vamos a pasar info o buscá en la web, que hay mucha pero mucha info.
Pero si podés superar el ataque de ansiedad y querés hacer algo más profesional y no sabés qué hacer, nuestro consejo es que lo hagas de suelo. Las otras dos opciones son atractivas, no lo podemos negar, pero hacerlo de suelo tiene sus ventajas. Primero, es amigable con el medio ambiente, nadie se va a quejar de que se esté construyendo algo de tierra en un espacio público, pero si tirás asfalto en una plaza… puede no verse del todo bien.
Por otro lado, estamos hablando de bicicletas de montaña y BMX, no de bicicletas de ruta, y la idea primordial es acercar a los usuarios a un entorno natural, generando un encuentro amigable con la naturaleza.
O sea, vivís en una ciudad rodeado de asfalto y vas a seguir andando en asfalto en la plaza, por favor… Plus: el mantenimiento puede ser organizado periódicamente con los usuarios, lo que genera un lugar de educación ambiental y se les enseña a los niños a cuidar las instalaciones.
Si no, muy bonito, viene el gobierno y me pone una plaza y se rompe o la rompo y el gobierno la arregla, mientras que con este tipo de instalaciones el mensaje es distinto, el gobierno te dio esto pero es tu responsabilidad cuidarlo.
Otra ventaja es que en esta opción el nivel de accidentes es mínimo. En un pump de asfalto, al poder alcanzar altas velocidades y generar saltos, el nivel de accidentes suele ser más alto. Por otro lado el costo es casi la mitad, con lo cual en vez de uno se pueden hacer dos, con diseños distintos en distintas partes de la ciudad, generando flujo de usuarios de un lado al otro, fomentando el turismo barrial y un atractivo turístico genuino.
La realidad es que sin importar qué opción se tome. los pump podrían ser los mejores amigos del gobierno y de los ciudadanos, ya que generan un cambio social real, cambiando también la opinión que tiene el público de los funcionarios. A la vez generan ingresos en las zonas aledañas, ya que los ciclistas somos grandes consumidores gastronómicos, a fin de cuentas nuestro combustible.
Finalmente, la verdadera pregunta no es cuál es el mejor, la verdadera pregunta es cómo puede ser posible que todavía no haya uno en cada plaza.
Para más información no dudes en contactarnos. Desde IMBA podes asesorarte en cómo hacer un pump y hasta en cómo conseguir el permiso de tu gobierno local.
 Pump de tierra: info@vos_y_tus_amigos
Pump de suelo: info@imba.com.ar
Pump premoldeado: presasuh@hotmail.com
Pump de asfalto: info@velosolutions.com

 

Por Alejandro Minuzzi: presidente de IMBA Argentina y director de IMBA Latinoamérica.

http://www.imba.com.ar/ | https://www.instagram.com/imba_argentina/?hl=es-la | https://www.facebook.com/search/top?q=imba%20argentina

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MTB: La fuerza y la técnica, compañeras inseparables

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Alejandro Palma, uno de los Coach UCI más destacados del mountain bike americano, nos habla del desarrollo de la fuerza y su estrecha relación con las capacidades técnicas en el mountain bike. (más…)

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El costado psicológico y emocional de las lesiones en el ciclismo

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La medicina moderna le está dando cada vez más valor al estado anímico en los procesos de recuperación de lesiones deportivas. El espíritu positivo termina siendo, en la mayoría de los casos, decisivo, por lo que descuidar la cabeza en estos trances puede ser determinante para achicar o alargar los tiempos de convalecencia o rehabilitación. Del mismo modo, estar en tu eje personal es vital también para prevenir las lesiones y el ciclismo no queda ajeno a esta realidad.
El estado mental-emocional puede ser determinante, tanto en el proceso que lleva a la lesión deportiva como en los tiempos de recuperación del atleta.
Contrariamente a lo que suelen pensar algunos ciclistas, lesionarse o no hacerlo no es una mera cuestión de suerte sino que depende de factores físicos, psicológicos, emocionales y situacionales relacionados con el ciclismo. De allí la importancia de educar sobre el valor de los cuidados preventivos.

Por qué nos lesionamos
Una de las razones más frecuentes de las lesiones, aunque parezca mentira, es por no tener conciencia del estado de nuestro cuerpo. El ciclista suele trabajar en modo autómata o, como decimos los coachs deportivos, en transparencia, respondiendo a instrucciones desde chico, sin preguntarse el por qué y para qué hace lo que hace, sin poner el foco en aprender a aprender (y en algunos casos a desaprender o reaprender determinadas técnicas y, mucho menos, autoconocerse). Cuando se siente bien entrena y cuando no se siente tan bien o tiene algunas molestias ¡también entrena! Todo sea por aquella creencia de que “siempre hay que dar el 101 por ciento”.
El cuerpo es una unidad. Si hay una molestia importante en un miembro, tarde o temprano, el trabajo que realiza el ciclista por proteger el miembro afectado (consciente o inconscientemente) repercutirá en el otro o en otra parte del cuerpo que esté haciendo el balance o la compensación.
Del mismo modo,  un estado anímico de estrés/angustia que provoque tensión en la zona cervical, por citar un ejemplo, a la corta o a la larga traerá consecuencias sobre aquellas partes del cuerpo que, por una cuestión postural, estén haciendo un sobre esfuerzo, generando un desgaste o tensión extra que podría llevar a una lesión.
Otra de las causas recurrentes en las lesiones, especialmente las musculares, es el ocultamiento de síntomas de parte del ciclista, que suele retacearle información al  entrenador respecto a su estado real, exponiéndose a entrenar normalmente en condiciones no ideales (por ejemplo con alguna molestia, dolores, mal descansado o mal alimentado).

Estrategias preventivas
De allí que sea decisivo para potenciar los factores preventivos, establecer una relación de confianza con el médico deportólogo o kinesiólogo del equipo y, por qué no, con el preparador físico, ya que esto contribuye directamente a incrementar la seguridad y con ella un mejor estado anímico, que potencia la disciplina en el proceso de recuperación.
En esos momentos es muy importante que el ciclista continúe entrenando con la asistencia de un coach deportivo, por ejemplo, en técnicas como la visualización, lo que le permitirá seguir en contacto con su disciplina deportiva y con más seguridad a nivel mental para afrontar el retorno.
Al igual que lo que sucede en sectores corporativos o empresariales, el buen clima de trabajo juega también un papel vital en esta historia. Un entrenador exigente por encima de los límites aconsejables puede provocar tensión grupal y con ella individual, incrementando las tensiones anímicas y musculares, que luego darán lugar a contracturas, molestias y a la larga hasta lesiones musculares.
Es así que, a la hora de planificar el entrenamiento de ciclismo, es importante apuntarse algunos tips o estrategias que pueden contribuir a la prevención, tales como:

 Mejorar la formación específica del ciclista, informando sobre la importancia que tienen la preparación física, los hábitos de vida saludables y el conocimiento de los factores de riesgo en la prevención de las lesiones deportivas.

Trabajar sobre el autoconocimiento suele ser determinante en este punto. Conocerse para saber reconocer hasta dónde exigirse, cuáles son sus niveles y umbrales de dolor soportables, etcétera. Aprender sobre el propio cuerpo da seguridad al ciclista.

Entrenar los recursos mentales del atleta: proporcionando estrategias que permitan reducir la probabilidad de lesionarse (técnicas de relajación, visualización, control de la atención, reestructuración cognitiva, etcétera).

Planificar el entrenamiento y la competición con objetivos realistas, personalizando el entrenamiento según el nivel de destreza del ciclista  y los objetivos individuales establecidos,

Mejorar los recursos técnicos del deportista, escogiendo adecuadamente los ejercicios destinados a la mejora de la ejecución. Cuanto más preparado física y mentalmente esté el ciclista para realizar un determinado movimiento, ejercicio o gesto técnico, menos probabilidades tendrá de sufrir una lesión.

Es importante aceptar que la lesión forma parte de la práctica deportiva en todos sus ámbitos. Naturalizar la lesión contribuye a bajar los niveles de angustia que trae consigo y potencia la capacidad de encarar el proceso de rehabilitación con la cabeza despejada y el espíritu positivo, consiguiendo de esta manera mayores posibilidades de éxito.

 

Por Andrea Romano*

*Coach y trainer, con la siguiente formación: Profesora de Educación Física (IPEF), Entrenadora Personal (UNC), Diplomada en Gestión Gerencial (Blas Pascal), Coach Deportiva (Unisport/Barcelona), Coach Ontológico Profesional certificada internacionalmente (ICF) y Coach Organizacional y Ejecutiva certificada (Unisport/Barcelona): andreamromano@live.com

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