Por Martín Vassallo.

La aventura se llamó Los Saltos del Moconá. Nuestro recorrido en bicicleta fue por parte de la reserva Yabotí, en Misiones, que incluye a los mencionados Saltos.
El primer día fuimos desde El soberbio hasta El Paraíso en una chata contratada por nosotros. Empezamos a pedalear desde allí a las 9:30 y después de recorrer 70 kilómetros llegamos al Refugio de Moconá, cerca de las 18 hs. Hizo mucho calor; se necesitan casi tres litros de agua por persona para un solo día.
Como anécdota les cuento que a los 25 kilómetros de haber comenzado la pedaleada sufrí una caída de la cual salí ileso. Sin embargo fue un grave error no tener el casco puesto. Gracias a Dios el suelo era solamente de tierra y no de piedra, como en otras varias partes del trayecto.
El segundo día fuimos desde el Refugio Moconá (donde hay hospedaje y lugar para acampar, con baños con agua caliente) hasta los Saltos. Con regreso incluido tardamos cuatro horas (12 kilómetros).

Cerca de los Saltos hay un puesto de guardaparques en donde se puede acampar. Allí hay un cartel grande como una casa que dice “pare”. Pero nosotros no lo leímos y no paramos, con lo cual fuimos derechito al río. Atravesamos un gran tramo por el agua, y vimos que la corriente era intensa pero en ningún momento nos detuvimos. Salvo nuestro compañero Jorge, los demás llegamos hasta el mirador por el agua, en parte nadando y en parte agarrados por el cable de acero…
Después de varios minutos sí decidimos parar en el puesto del guardaparques para visitar una enorme casa de madera donde funciona un museo espectacular. Allí nos encontramos con un guardaparques que en un momento de la charla nos preguntó si no habíamos metido al río. Sin dudarlo, el compañero Leonardo dijo que sí, mientras que el resto lo negamos, porque nos presentíamos algo. El hombre dijo que no podíamos meternos al río porque la creciente estaba muy alta, ¡era de 2,50 metros cuando lo permitido es de sólo un metro! Por suerte recibimos sólo un par de tirones de orejas y nada más.
Volvimos al refugio un poco agotados. Después de almorzar visitamos la cascada que está pegada al refugio. Ya nos quedaba sólo el regreso, que serían unos 90 kilómetros. Y nos acompañaba una hermosa tormenta que se quedaría con nosotros hasta la llegada al hotel de El Soberbio.
Por la mañana, sobre el río Potosí, habíamos roto la pata y el fusible de una bicicleta que fue poco trabajo para el bicicletero Leonardo Jaime. Con dos piedras él solucionó todo, pero por la tarde, en medio de una obra en el puente que une El Soberbio con los Saltos del Moconá otra vez la pata de cambio del señor Eduardo Tamietti empezaba a molestar. Y otra vez Leo Jaime la arreglaría.
La noche ya empezaba a caer; nos retrasamos bastante por las varias paradas, las intensas lluvias y nuestro cansancio. Llegamos a la ruta nueva, del Soberbio a los Saltos, ya de noche, llevando una linterna en la cabeza para alumbrar adelante y otra para atrás. Cuando llegamos al hotel del Soberbio la gente de allí estaba preocupada porque era tarde y nosotros no llegábamos.
Y esta es nuestra pequeña historia de viaje.

EN SINTESIS

Salida: El soberbio (Misiones)
Destino: Recorrido por los Saltos del Moconá, en la reserva Yabotí.
Época: Agosto.
Hospedaje: Refugio el Soberbio, desde donde iniciamos los diferentes recorridos por la zona.
Integrantes: Jorge Castellano (“sueño”), Eduardo Tamietti (“señor pichi”), Javier Ritta (“Zorra”), Leonardo Jaime (“Leo”), Martín Vassallo (El Bombero Loco).
Info: martin22_4@hotmail.com.