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Ciclismo urbano

¡Los ciclistas no respetan los semáforos!

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Foto: Almani en Unsplash

“Los ciclistas no respetan los semáforos” debe ser una de las frases más trilladas y fastidiosas que a diario escuchamos los ciclistas urbanos. No importa el grado de veracidad, es casi una verdad por efecto de la misma repetición y el reclamo número uno tras cada noticia relacionada a las bicicletas:

“Nueva ciclovía en Avenida Pinocho”
Para qué, si los ciclistas no respetan ningún semáforo.

“Más estaciones de Ecobici”
Díganle a los ciclistas que respeten algún semáforo.

“El Banco Billetín lanzó una línea de créditos para comprar bicicletas.”
A ver si les exigen patente para que respeten los semáforos de una vez.

La fascinación por el semáforo como símbolo de las normas viales merece un análisis sociológico particular. ¿Por qué nadie reclama algo como “los ciclistas no respetan las señales de PARE”, o “los ciclistas no señalizan sus maniobras”?
Y aquí me detengo como observador del tránsito para percatarme de que el semáforo se respeta en una proporción notablemente superior que el resto de las normas de tránsito. Se ha convertido en una especie de semidiós que provoca algún tipo de culpa a las personas en situación de auto, que no existe hacia el resto de las normas.
¿Habrá pasado alguna vez que de manera espontánea, consciente y responsable, cochistas lleguen a una esquina con un cartel que dice (en un perfecto castellano y en letras bien grandes) PARE y frenen por completo antes de continuar su marcha? Me cuesta imaginarme una escena así. Como también dudo encontrar a alguien que haya sufrido alguna multa por no hacerlo. Y sin embargo la normativa es muy clara al respecto: la señal de PARE indica detener la marcha por completo antes de efectuar un cruce. ¡Hasta forma parte de los exámenes para obtener la licencia! Pero por algún misterioso motivo no provoca la más mínima indignación en nadie.
¿Qué pasa cuando sistemáticamente dejan de respetarse señales como PARE, Ceda el paso, o las prioridades establecidas por la ley de tránsito en intersecciones sin semáforo? Ocurren siniestros viales, provocados por la misma imprudencia de quienes no sólo ignoran normas tan básicas sino que tampoco son capaces de proteger su integridad física frenando en una intersección ¡para no poner en riesgo sus propias vidas!
Vemos a diario en los noticieros, en las redes, en la calle, incidentes viales que lamentablemente las estadísticas confirman que nos cuestan numerosas vidas al año, amén de los daños materiales y gastos en que incurren los servicios de emergencia para atender estos hechos. Y quienes los provocan son los conductores de vehículos motorizados por no respetar esas mismas normas que después terminan exigiendo por costumbre a los ciclistas.
Entonces, cuando se suceden una y otra vez estos hechos, el reclamo casi unánime para frenar esta seguidilla trágica es pongan un semáforo. Y muchos de quienes toman decisiones, ante la incapacidad o ignorancia para tomar otro tipo de medidas, ceden (dejan contentos) a los vecinos y ahí se ven esos monumentos a la incapacidad de frenar en las esquinas que vemos replicados en numerosas esquinas de nuestras ciudades. Esquinas de calles secundarias, de barrio, con tránsito apenas moderado, se ven invadidas por estas moles luminosas como LA solución a la anomia en las calles. Y se van replicando esquina tras esquina, convirtiendo a la circulación en un incordio, sencillamente porque es imposible lograr que en todos los cruces los semáforos estén sincronizados para obtener la tan deseada onda verde. De alguna manera funciona como una penalidad a la falta de apego a las normas.
Según Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Sem%C3%A1foro#Evoluci%C3%B3n y datos globales) Buenos Aires es la ciudad con más semáforos por habitante. Este dato, lejos de ser un motivo de orgullo, refleja la poca o nula efectividad de otras normas tendientes a prevenir siniestros viales (las mencionadas señales de PARE y Ceda el Paso, el respeto los peatones en las esquinas, las prioridades de paso en las intersecciones, entre otras).
Ahora bien, como resultan un remedio excesivo para el control de tránsito (seguimos hablando de cruces de calles de barrio, no donde realmente tiene sentido que haya semáforos), es casi natural que los peatones y ciclistas, que pueden verificar sin riesgos cuando el peligro de cruzar aún en rojo es inexistente, lo hacen sin consecuencia alguna. De alguna manera es una ventaja tácita de quienes en nada son responsables de que eso esté ahí y que no tienen por qué verse afectados en su marcha.
¿Por qué entonces irrita tanto que los ciclistas no respeten los semáforos cuando su actitud no implica riesgo alguno? Los semáforos existen exclusivamente por el riesgo que generan los vehículos motorizados. Ni por los ciclistas, ni por los peatones. Creo sin temor a equivocarme que se trata básicamente de envidia. Porque de alguna manera el semáforo logró un inédito y consensuado respeto (que no tienen otras normas) y los ciclistas desafiamos eso que socialmente está tan establecido. Y también porque la amenaza latente de las multas reprimen a los cochistas a hacer lo mismo, y como los ciclistas en la práctica no reciben castigo punitorio, el sentimiento de injusticia aflora enseguida. No les molesta que no se respete el semáforo. ¡Les molesta que no nos castiguen por eso!
La norma conocida como Idaho Stop o Rolling Stop toma nota de este comportamiento común en todas las ciudades y, tras análisis y observación del tránsito despojado de la centralidad motorizada que rige las normas viales, otorgó flexibilizar el respeto al semáforo para los ciclistas, permitiéndoles cruzar determinadas intersecciones aún con el semáforo en rojo cuando comprueban que hacerlo no representa riesgo alguno ni para ellos ni para terceros. Y en las ciudades donde se ha establecido esa norma no existe evidencia de que se haya incrementado la cantidad de siniestros viales protagonizados por ciclistas, sino que por el contrario otorga mayores condiciones de seguridad.
Los detractores de esta variante de las leyes de tránsito coinciden en que “las normas tienen que ser iguales para todos”, cuando lo cierto es que una bicicleta en nada se parece a un auto tanto en el espacio que ocupa en la vía pública, las velocidades que desarrolla, el peligro que representa y las consecuencias ante siniestros. Entonces no parece lógico pretender equiparar en igualdad de condiciones la dinámica y riesgos generados por vehículos diametralmente diferentes.
Si una norma de este tipo se implementara en nuestro país, ¿aceptarán mansamente los quejosos de siempre ver cómo los ciclistas legalmente atraviesen sus adorados semáforos en rojo mientras ellos tienen que seguir esperando a que transcurra el tiempo ante el verde liberador sentados en sus cajas de metal? Espero ansioso que llegue ese momento para comprobarlo…

 

Por Matías Avallone*
Foto: Almani en Unsplash

*El autor de la nota es conductor del programa de radio B Invasión Bicicleta.
https://twitter.com/matiasavallone | https://twitter.com/binvasionbici

1 Comentario

1 Comentario

  1. Nadia

    12 mayo, 2022 a las 11:20 am

    Sin animos de generar una debate en este tema, desde mi lado de lector lo que se puede apreciar en esta nota es una descarga propia del redactor hacia los conductores de automóviles. Pero, saliendo de la temática de los automóviles, que pasa con los ciclistas y los peatones? No deberían los ciclistas respetarlos?
    Yo también uso mi bicicleta diariamente, y respeto los semáforos. Porqué? porque ademas de ciclista soy Peaton! y siendo peaton me ha pasado en varias oportunidades que he tenido que detenerme bruscamente (estando yo en regla para cruzar la calle) porque sino las bicicletas te llevan por delante. Como no respetan los semáforos y cruzan en rojo, tampoco respetan a los peatones cuando están cruzando la calle, ni disminuyen la velocidad, algo que realmente es un riesgo, porque si una bicicleta atropella a un niño, a un perro o incluso a una persona mayor, te puedo asegurar que nadie sale ileso.
    Entonces, me parece que el planteo debería estar basado mas en el respeto y empatía hacia el otro, desde el lugar en donde te encuentres. Ya sea si sos automovilista, ciclista o peaton, siendo ese orden de menor a mayor vulnerabilidad. Ya que si nos involucramos en el tema de la envidia (como menciono el redactor), nos estaremos enfocando en emociones personales y no en una mejora en los hábitos y conciencia social.
    una conciencia social

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Clases para aprender a andar en bici en Buenos Aires

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Laureano Núñez es ciclista, organiza salidas en bici para principiantes y da clases para todos aquellos –adultos y niños a partir de los 12 años– que aun no saben pedalear y quieren aprender. Las clases son 100% personalizadas.
Debido a la situación actual, disponen de comunicación electrónica para un distanciamiento social efectivo.
Las clases se realizan en Puerto Madero, una vez por semana, acordando los horarios según los requerimientos de los alumnos, y duran una hora.
La idea es tener nociones básicas de cómo pedalear en la ciudad, aprender la técnica, perder el miedo y practicar. También se enseñan nociones básicas de mecánica (como arreglar una pinchadura y cambiar una cámara) y teoría básica sobre seguridad vial para movernos de forma segura.
Las clases finalizan cuando el alumno siente que alcanzó su meta y siente que puede seguir por si solo.

Más info sobre las clases: 112823-1343

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Ciclismo urbano

19 de abril: día de la bicicleta

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Bici + LSD: un gran paseo

Desde 1984, mucha gente festeja cada 19 de abril como el día de la bicicleta, pero la mayoría absoluta desconoce cuál es el origen del festejo. El hecho es que en aquel año, 1984, alguien observó que el 19 de abril se cumplía un aniversario del día en que Albert Hofmann tomara accidentalmente LSD por primera vez.
Les contamos la historia.

Albert_Hofmann

Albert Hofmann (1906/2008) fue un afamado químico suizo que entre sus principales logros está el de haber descripto la estructura de la quitina, aunque es más conocido por ser el primero en haber sintetizado, ingerido y por lo tanto experimentado los efectos psicotrópicos del LSD, mientras estudiaba los alcaloides producidos por un hongo parásito del centeno llamado cornezuelo.

La sustancia que Hofmann describiría como “una de las dos o tres cosas más importantes que he hecho en mi vida”, fue sintetizada por él por primera vez en 1938, mientras estudiaba los derivados del ácido lisérgico. La dejó de lado, pero en 1943 volvió a interesarse en ella. Hofmann confiesa que tuvo “la sensación de que esta sustancia podría poseer otras propiedades además de las establecidas en las primeras investigaciones”. Ello lo condujo a sintetizar de nuevo LSD-25, para que el departamento farmacológico del laboratorio Sandoz (hoy Novartis) donde trabajaba llevara a cabo algunas pruebas.

El asunto es que mientras purificaba y cristalizaba LSD le irrumpieron una serie de extrañas sensaciones. Había absorbido accidentalmente una pequeña cantidad del producto a través de la punta de sus dedos. En un informe que le enviara a un colega poco después describiría las sensaciones que lo asaltaron: “Me vi forzado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y a dirigirme a casa, encontrándome afectado por una notable inquietud, combinada con cierto mareo. En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño, con los ojos cerrados (encontraba la luz del día desagradablemente deslumbrante), percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después.”

Inmediatamente dedujo que había ingerido LSD accidentalmente y que esta sustancia era la que le había provocado aquellas sensaciones, de modo que, como buen científico, decidió llegar al fondo del asunto y experimentar el tema en sí mismo.

Fue así que el 19 de abril de 1943 Hofmann ingirió intencionalmente lo que consideró por entonces una dosis mínimamente efectiva de LSD, 250 microgramos, dando pie a lo que ya es leyenda, quizás el más famoso de los paseos en bicicleta. Nos lo cuenta el propio Hofmann: “A esta altura ya estaba claro que el LSD era el que había causado la experiencia previa, ya que las percepciones alteradas eran del mismo tipo, sólo que ahora mucho más intensas. Tenía que esforzarme por hablar de manera inteligible. Le pedí a mi asistente, que estaba informado del experimento, que me acompañara a casa. Fuimos en bicicletas, ya que por las restricciones de la guerra no había automóviles disponibles. Camino a casa, mi estado comenzó a tomar formas amenazadoras. Todo en mi campo de visión ondulaba y se distorsionaba, tal como se ve en un espejo curvo. También tenía la sensación de no poder moverme, pese a lo cual mi asistente me contaría luego que habíamos viajado muy rápidamente.”

Hofmann, que no podía concebir el uso del LSD más allá de la medicina, sufrió años más tarde la prohibición del LSD por parte de los gobiernos, preocupados por los efectos que producía en ese momento la contracultura hippie, que había “secuestrado” a la sustancia. El estaba convencido del potencial curativo de la droga: “Si fuera posible detener su uso inapropiado, su mal uso, entonces pienso que sería posible dispensarla para su uso médico. Pero mientras siga siendo mal utilizada y mientras la gente siga sin entender realmente los psicodélicos, utilizándolos como drogas placenteras, errando a la hora de apreciar las muy profundas experiencias psíquicas que pueden inducir, su uso médico seguirá parado. Su consumo en las calles ha sido un problema durante más de treinta años. En las calles las drogas se entienden mal y ocurren accidentes. Esto hace muy difícil que las autoridades sanitarias cambien su política y permitan el uso médico. Y aunque podría ser posible convencer a las autoridades sanitarias de que los psicodélicos podrían ser utilizados con seguridad en manos responsables, su uso callejero sigue haciendo muy difícil que estas autoridades sanitarias estén de acuerdo.”

Hofmann murió el 11 de enero del 2008, a los 102 años de edad. Protagonizó en vida el más extraño viaje en bicicleta, drogándose sin intención ni de ganar una carrera ni de sentir placer sino con el único propósito de investigar curaciones para las enfermedades del hombre. Sólo por ello merece que prendamos una vela en su honor… y que demos un paseo en bicicleta en su homenaje.

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Ciclismo urbano

Seguros Rivadavia: Bici Pro, la cobertura especial para ciclistas que compiten

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Seguros Rivadavia desarrolló un seguro que otorga la máxima seguridad a los que andamos en bicicleta: protege al asegurado y a su bicicleta ante fenómenos tales como el robo, los accidentes personales y la responsabilidad civil, pudiendo incluir el robo de efectos personales, equipos electrónicos o daños.

Seguros Rivadavia ofrece tres alternativas, de acuerdo a las características de la bicicleta y el uso dado a la misma: Bici Total, Bici Max y Bici Pro. En esta nota te contamos sobre el plan Bici Pro, un producto especialmente diseñado para ciclistas que participan en competencias amateurs, con mayor flexibilidad en las sumas asegurables y coberturas a medida.

Coberturas
-Robo Total.
-Robo de Efectos Personales.
-Robo de Equipos Electrónicos Portátiles.
-Daños a la Bicicleta.
-Muerte Accidental.
-Invalidez Total y Parcial Permanente por Accidente.
-Gastos de Asistencia Médico-Farmacéutica por Accidente.
-Cobertura de Responsabilidad Civil del Ciclista.

Coberturas adicionales para todos los planes
Con el fin de brindar un servicio de excelencia, para este seguro se ofrecen, sin cargo, los siguientes servicios ante una urgencia:
-Traslado por avería de la bicicleta.
-Asistencia por rotura de neumático.
-Reintegro de medicamentos como consecuencia de intento de robo.
-Envío de taxi o remís para traslado a domicilio a causa de robo.
-Envío de ambulancia hasta el centro médico más cercano en caso de accidente.
-Cambio de cerraduras por robo.
-Envío de taxi o remís hasta la dependencia policial más cercana en caso de robo.
-Reembolso de gastos de DNI por robo.
-Asesoramiento legal ante el robo o accidente sufrido.
-Conexión con centros de reparación de bicicletas.

 

Visitá el cotizador online de Seguros Rivadavia en http://www.segurosrivadavia.com/personas/bicicletas/cotizacion.php

Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.

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Ciclismo urbano

Ya está todo listo en Mar del Plata para el 5° Foro Argentino de la Bici, a celebrarse entre el 10 y el 12 de noviembre

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El evento ciudadano a favor de la movilidad sostenible más importante del país ya está preparado para recibirte en la ciudad de Mar del Plata entre el 10 y 12 de noviembre próximos. Luego de que en el pasado pre-foro en la Villa Victoria se viviese una jornada de gran entusiasmo y amor por la bicicleta, la ciudad se prepara para la quinta edición de un Foro que reúne a gente del todo el país.


El  cronograma aún no está cerrado, pero  podemos  adelantar  algunas  actividades que pondrán muy felices a quienes amen a la bicicleta y la movilidad sostenible.

El día viernes 10 de noviembre, las actividades se realizarán en la Plaza Mitre (Colón y Mitre). Allí habrá varias charlas:
-Cómo construir infraestructuras seguras.
-Siniestralidad vial.
-ONGs vinculadas a la bici y el cicloactivismo.
-Una actividad con la ONG marplatense Guías a la par, con prueba de tándems y convocatoria de guías.
-Demostraciones de bicipolo, deporte que está arribando a Mardel.
-Números de monociclos y demostración de Stunt.
-Talleres para infancias, para aprender a andar en bici y cuidados a tener en cuenta.

Y a las 17 hs se saldrá pedaleando en caravana hacia el camping municipal Centro Scout, donde acamparán los cicloviajeros que vayan llegando desde todo el país, y a donde se desarrollarán los siguientes días del Foro.

Esa misma noche se proyectarán cortometrajes y habrá un encuentro en el bar cultural La Periferia, ubicado a unas cuadras del camping.

El día sábado, ya en el camping, la jornada comenzará con una clase de yoga ofrecida por Lulea. Luego se realizará un paseo en bici recorriendo la naturaleza de la zona, para
regresar al medio día y disfrutar de un día pleno de charlas interesantísimas, entre otras:

-Mujeres y disidencias en el mundo de la ciclomecánica.
-Experiencias de viajar en bicicleta.
-Psicología del tránsito.
-Diseño y arte enfocado en la bicicleta.

También habrá talleres de primeros auxilios, emparchado y sobre aprender a andar en bicicleta.

En la jornada del domingo, más distendida, se eligirá la ciudad sede del FAB 2025 y luego de almorzar se partirá en una caravana colectiva hacia el centro, para darle un cierre a puro pedal, a este encuentro que dará que hablar.

Recordamos que todas las actividades son gratuitas y abiertas a toda la comunidad.

Info: Agustín Arevalo (11 58222110)  | Luciana Fernandez Ravelo (11 69811446) |  Vanesa Camino (2233 482931) | Luz Calabrese ( 2235 794099)
Fotos: Patricio Devoto y Soledad Gonzalez Lagarde  @soledadgonzalezlagarde

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