Salimos desde Córdoba hacia Fiambalá, Catamarca, un poblado que ya habíamos visitado en otras ocasiones, para disfrutar de las termas y de sus pequeñas bodegas.
Al día siguiente hicimos el primer tramo en bici, partiendo cuando aun era de noche. A las cinco estábamos en camino. Primero cruzamos un portal metálico que anuncia la ruta 60, que lleva al Paso de San Francisco, en el límite con Chile.

 

 

 

 

 

 

Ésta va por el Valle de Chaschuil, encajonada en un valle longitudinal delimitado por montañas que superan los 5000 msnm. Desde el comienzo se sube desde los 1550 hasta los 4726 msnm en 202 kilómetros de recorrido, por un paso natural utilizado por los colonizadores y arrieros.
De a poco el río Guanchin y la ruta se van encajonando entre laderas rocosas que conforman la Quebrada de las Angosturas. Allí la pendiente se incrementa al 7%.
El resto del camino tiene pendientes entre el 1 y el 3%.
En el kilómetro 60, a 2960 msnm, se encuentra el refugio Gallina Muerta, donde descansamos y almorzamos al reparo del viento. En total son seis casillas alpinas, en buen estado y limpias, que sirven de refugio. El que las usa siempre deja algo para el próximo ocupante (leña, fideos, fósforos, velas).
A unos 20 kilómetros más adelante se llega al valle de Chaschuil, donde la ruta gira rumbo al norte y el paisaje cambia. Se intercalan “praderas” de pedregullo fino, dunas o salinas y a lo lejos los primeros picos con nieve, que anticipan la puna. Hacia el oeste, detrás de los cordones montañosos, aparece el primero de los seis volcanes, el Inca Huasi, a 6640 msnm.

 

 

 

Llegamos a Cortaderas tras un recorrido de 103 kilómetros y una subida de 3300 msnm. Seguimos viaje hasta el refugio de Las Lozas, donde hicimos noche a 3900 msnm.
En la madrugada nos despertó el frío que se colaba por debajo de la puerta; afuera estaba todo blanco, escarchado.
Nos levantamos de noche para estar listos a las siete. Fue increíble cómo había cambiado el paisaje con el frío. El termómetro marcaba cero grados, una nube cubría todo y apenas se veía la ruta. Así salimos a rodar metiéndonos en la neblina. Siguió bajando la temperatura y los guantes ya no cumplían su función; para entrar en calor pedaleábamos golpeando las manos contra los muslos.
A medida que avanzamos el sol transformó todo con amplios contrastes de luces y sombras. En los llanos y laderas crecía un pasto de color verde amarillento llamado coirón. Se veía la puna tapizada a ambos lados de la ruta, nieve en las cumbres y manadas de vicuñas pastando, pero el viento era muy fuerte.
Los 27 kilómetros hasta el refugio Las Peladas nos llevaron casi cuatro horas. Por momentos venían nubes de arena que cruzaban la ruta. Ahí entendimos por qué los carteles estaban picados, casi sin pintura.
Circulábamos por un valle que iba cambiando continuamente su apariencia y sus colores. Aguas heladas y humeantes, dunas y salinas, al fondo la nieve, enormes cráteres calcinados, cerros de basalto, arenales negros y coladas de lava.

Al mediodía el viento imposibilitaba pedalear. El último tramo hasta La Gruta fue una tortura; hacíamos todo el esfuerzo y poco avanzábamos. Chocamos contra el portón que cierra la ruta donde está Gendarmería y un puesto de Vialidad Nacional. Los molinos generadores de energía eléctrica giraban de tal manera que parecía que se iban a salir de su mástil. Un zorro congelado ilustraba las duras condiciones de vida en el lugar.
La Gruta está en las Vegas de San Francisco, un pequeño valle húmedo y fértil, rodeado de volcanes apagados de más de 6000 msnm, como el Incahuasi y el Ojos del Salado.
En este punto se acababa el viaje en bici. Ahora recorreríamos en camioneta los 20 kilómetros faltantes hasta la frontera con Chile. Desde lo alto se veía el salar y el Cerro San Francisco, a 6018 msnm. Para terminar la travesía nos dirigimos a las pequeñas termas de La Gruta, donde una habitación de piedra con techo de chapa alberga una pileta con agua humeante.
A la vuelta pudimos observar todo lo que habíamos pedaelado. Realmente fueron 202 kilómetros de subida permanente.

EN SÍNTESIS

Salida: Fiambalá, Catamarca.
Destino: Paso San Francisco (frontera con Chile).
Época: Abril.
Kilómetros totales: 202.
Recorrido: Fiambala, Cortaderas Gde, Las Lozas, Aduana Argentina, Paso San Francisco (a Chile).
Bicicletas: Marín Nail Trail, GT Avalanche 2.0.
Carga: Dos alforjas traseras, un bolso delantero.
Temperatura máxima: 28º.
Temperatura mínima: -4º.
Ciclistas: María Cristina Sosa (48), Germán Gustavo Rebord (49).
Info: rebord22@yahoo.com.ar

Nota publicada en Biciclub Nº 191,  noviembre 2010.