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Ciclismo urbano

“Cuerpo, bici y camino se funden, y la mente queda afuera”

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El autor de Bici Zen habla del proceso de escritura de esta original obra y de cómo el pedaleo se convierte en una práctica que permite reencontrarse con la propia esencia.

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Foto: Isabel García

En el auge actual del ciclismo urbano se unen la necesidad de una movilidad sustentable y la de experimentar vivencias no conscientes, ya que en su andar el ciclista se reencuentra con su verdadera naturaleza. En ese sentido es que el zen parece haber sido especialmente diseñado para que quien pedalea comprenda lo que ocurre en su cuerpo y en su mente. Estas son las ideas principales de “Bici zen | Ciclismo urbano como camino”, el libro que acaba de lanzar Juan Carlos Kreimer.
Además de andar en bicicleta, Kreimer (68) se define como un hombre con múltiples oficios e intereses, desde la carpintería hasta la búsqueda espiritual, pasando por la escritura. Este inquieto porteño comenzó a vincularse profesionalmente con las letras desde el periodismo cultural, a mediados de los 60, cuando el rock nacional apenas nacía. También escribió varias novelas y fue fundador-editor de la revista Uno Mismo.
Dice el autor que este libro era un objetivo que se había trazado hace varios años: “Venía tomando notas en papelitos y carpetas abiertas bajo muchos temas y subtemas. Tenía subrayadas páginas de libros, recortes de diarios y revistas de todo tipo”, explica.

¿Cómo fue ese “pasaje” de las ideas anotadas en una libreta al orden del material que confluiría en el libro?
Muy liberador. Sentía que algún día tenía que hacerlo. Cada vez que me subía a la bici mi cabeza se reactivaba y siempre, indefectiblemente, volvía con más notitas. Caminar me sirve para tomar distancia de lo que ya escribí y ver lo que sobra o falta. Andar en bici me da cuerda. Había terminado otra novela, titulada “¿Quién lo hará posible?”, y quería sacarme de adentro todo esto de la bici antes de sumergirme en otra historia. Lo tomé como un recreo. “Voy a escribir todo lo que quiero”, me dije, aunque a nadie le guste o interese. Si la publicaba, bien, si no también. Lo importante era seguir sobre la compu ese impulso que te agarra a cualquier hora del día en que sentís que tenés que salir a dar una vuelta con la bici. Sin saber bien para qué. Y entonces, al abrir el Word, en vez de tranquilizarme me repotenciaba. Escribía sin saber adónde me llevaría el texto. Más tiraba del hilo, más material encontraba. El problema fue cuando empecé a notar que muchos textos volvían sobre lo mismo. Ahí cambié el rumbo y empecé a poner cada escrito encima de otro, más que uno después de otro, para ver qué era lo propio de cada aspecto y qué lo común. Lo común iba a una carpeta llamada sobrantes. Ahí, al editar el material, podría decir que nació el libro. Al sacar texto y dejar las ideas o hechos lo más pelados posible me di cuenta que, paradojalmente, volvía a reencontrarme con lo que me gusta del oficio: que el texto me diga a mí lo que yo quería escribir. No todo fue una ciclovía: muchas partes no encajaban con la siguiente, no sabía adónde ubicarlas. Ahí recurría al zen: lo que es, es.

¿En qué tipo de lector pensaste al escribir?
En el centauro urbano. No en un ciclista que entrena y sale a la ruta. Tampoco en el macho o hembra power ranger que sale a las siete de la tarde, híper producido, a andar por Palermo como si fuera a cruzar el Aconcagua. Pensaba en los tantos que van por la calle a cualquier hora, entre los autos o por la bicisenda, entrando y saliendo de su mundo interno mientras su cuerpo avanza por el aire. En ese estado que todos tenemos aunque no seamos demasiado conscientes de él. En los que nos sentimos unificados por andar en bici, seamos una mujer que va de un lugar a otro, una chica que va a la facultad, un pibe delivery que tiene sus minutos de paraíso antes de que se enfríe la pizza que lleva atrás, en los tipos que vamos al trabajo con la mochila cargada de papeles, en las personas que conocí en los grupos de yoga, en las mamás que van a buscar al chico a la escuela con la bici… Más que un lector, me interesó hablarle a esa sensiblidad común y, con ese interlocutor en la cabeza, ponerle palabras a una mirada lo más realista posible.

tapa-finalEn el libro hablás de la integración hombre-bici-camino. ¿Cómo definís coloquialmente ese concepto?
Me cito: el ciclista que alguna vez experimentó esa ausencia en carne propia no necesita ninguna argumentación que le explique ese despertar. Al pedalear se le hace evidente que se sumerge en la misma sustancia que lo rodea y que su visión es tomada por una capacidad de compenetrarse con todo cuanto ve más allá de lo que ve. Se percibe unido a algo infinitamente mayor que su cuerpo, su conciencia, su lenguaje. No es una inmensidad ahí adelante, ni atrás, ni arriba, ni abajo: es algo que reconoce en todas partes, mire adonde mire. Algo está ahí, en ese instante, y se presenta de la misma manera que puede hacerlo la eternidad. “No sé qué es, sólo que es, lo comprenda o no.”
Las ideas o pensamientos poco a poco empiezan a desvanecerse y liberan a la conciencia de sus recorridos neuronales habituales. La actividad mental se vuelve un campo por donde circulan ondas despojadas de contenidos, o con contenidos autogenerados desde planos que la conciencia ordinaria no controla.
La mente no detiene su actividad. Algunos pensamientos entran y salen, pero la mente no se adhiere a ninguno, los mira pasar.
Una armónica sencillez rige la interrelación de las partes y alínea con una pauta mayor. En ella, todo lo que consideramos yo o mí, no se diferencia de nuestro avanzar.
Arriba de la bicicleta, el cuerpo parece perder su peso y la mente expandir su conciencia. Percibir la bici entre las piernas como una prolongación de Eso hace olvidarme de este cuerpo. Olvidar que las ruedas apoyan en el pavimento. Que hay infinidad de otros entes a mi alrededor. Cuerpo, bici y camino se funden y mi mente queda afuera del tiempo, afuera del recorrido, afuera del cuerpo. Si hay un yo presente es el de la experiencia.

Nota publicada en revista Biciclub Nº216, diciembre 2012.

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Ciclismo urbano

19 de abril: día de la bicicleta

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Bici + LSD: un gran paseo

Desde 1984, mucha gente festeja cada 19 de abril como el día de la bicicleta, pero la mayoría absoluta desconoce cuál es el origen del festejo. El hecho es que en aquel año, 1984, alguien observó que el 19 de abril se cumplía un aniversario del día en que Albert Hofmann tomara accidentalmente LSD por primera vez.
Les contamos la historia.

Albert_Hofmann

Albert Hofmann (1906/2008) fue un afamado químico suizo que entre sus principales logros está el de haber descripto la estructura de la quitina, aunque es más conocido por ser el primero en haber sintetizado, ingerido y por lo tanto experimentado los efectos psicotrópicos del LSD, mientras estudiaba los alcaloides producidos por un hongo parásito del centeno llamado cornezuelo.

La sustancia que Hofmann describiría como “una de las dos o tres cosas más importantes que he hecho en mi vida”, fue sintetizada por él por primera vez en 1938, mientras estudiaba los derivados del ácido lisérgico. La dejó de lado, pero en 1943 volvió a interesarse en ella. Hofmann confiesa que tuvo “la sensación de que esta sustancia podría poseer otras propiedades además de las establecidas en las primeras investigaciones”. Ello lo condujo a sintetizar de nuevo LSD-25, para que el departamento farmacológico del laboratorio Sandoz (hoy Novartis) donde trabajaba llevara a cabo algunas pruebas.

El asunto es que mientras purificaba y cristalizaba LSD le irrumpieron una serie de extrañas sensaciones. Había absorbido accidentalmente una pequeña cantidad del producto a través de la punta de sus dedos. En un informe que le enviara a un colega poco después describiría las sensaciones que lo asaltaron: “Me vi forzado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y a dirigirme a casa, encontrándome afectado por una notable inquietud, combinada con cierto mareo. En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño, con los ojos cerrados (encontraba la luz del día desagradablemente deslumbrante), percibí un flujo ininterrumpido de dibujos fantásticos, formas extraordinarias con intensos despliegues caleidoscópicos. Esta condición se desvaneció dos horas después.”

Inmediatamente dedujo que había ingerido LSD accidentalmente y que esta sustancia era la que le había provocado aquellas sensaciones, de modo que, como buen científico, decidió llegar al fondo del asunto y experimentar el tema en sí mismo.

Fue así que el 19 de abril de 1943 Hofmann ingirió intencionalmente lo que consideró por entonces una dosis mínimamente efectiva de LSD, 250 microgramos, dando pie a lo que ya es leyenda, quizás el más famoso de los paseos en bicicleta. Nos lo cuenta el propio Hofmann: “A esta altura ya estaba claro que el LSD era el que había causado la experiencia previa, ya que las percepciones alteradas eran del mismo tipo, sólo que ahora mucho más intensas. Tenía que esforzarme por hablar de manera inteligible. Le pedí a mi asistente, que estaba informado del experimento, que me acompañara a casa. Fuimos en bicicletas, ya que por las restricciones de la guerra no había automóviles disponibles. Camino a casa, mi estado comenzó a tomar formas amenazadoras. Todo en mi campo de visión ondulaba y se distorsionaba, tal como se ve en un espejo curvo. También tenía la sensación de no poder moverme, pese a lo cual mi asistente me contaría luego que habíamos viajado muy rápidamente.”

Hofmann, que no podía concebir el uso del LSD más allá de la medicina, sufrió años más tarde la prohibición del LSD por parte de los gobiernos, preocupados por los efectos que producía en ese momento la contracultura hippie, que había “secuestrado” a la sustancia. El estaba convencido del potencial curativo de la droga: “Si fuera posible detener su uso inapropiado, su mal uso, entonces pienso que sería posible dispensarla para su uso médico. Pero mientras siga siendo mal utilizada y mientras la gente siga sin entender realmente los psicodélicos, utilizándolos como drogas placenteras, errando a la hora de apreciar las muy profundas experiencias psíquicas que pueden inducir, su uso médico seguirá parado. Su consumo en las calles ha sido un problema durante más de treinta años. En las calles las drogas se entienden mal y ocurren accidentes. Esto hace muy difícil que las autoridades sanitarias cambien su política y permitan el uso médico. Y aunque podría ser posible convencer a las autoridades sanitarias de que los psicodélicos podrían ser utilizados con seguridad en manos responsables, su uso callejero sigue haciendo muy difícil que estas autoridades sanitarias estén de acuerdo.”

Hofmann murió el 11 de enero del 2008, a los 102 años de edad. Protagonizó en vida el más extraño viaje en bicicleta, drogándose sin intención ni de ganar una carrera ni de sentir placer sino con el único propósito de investigar curaciones para las enfermedades del hombre. Sólo por ello merece que prendamos una vela en su honor… y que demos un paseo en bicicleta en su homenaje.

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Clases para aprender a andar en bici en Buenos Aires

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Laureano Núñez es ciclista, organiza salidas en bici para principiantes y da clases para todos aquellos –adultos y niños a partir de los 12 años– que aun no saben pedalear y quieren aprender. Las clases son 100% personalizadas.
Debido a la situación actual, disponen de comunicación electrónica para un distanciamiento social efectivo.
Las clases se realizan en Puerto Madero, una vez por semana, acordando los horarios según los requerimientos de los alumnos, y duran una hora.
La idea es tener nociones básicas de cómo pedalear en la ciudad, aprender la técnica, perder el miedo y practicar. También se enseñan nociones básicas de mecánica (como arreglar una pinchadura y cambiar una cámara) y teoría básica sobre seguridad vial para movernos de forma segura.
Las clases finalizan cuando el alumno siente que alcanzó su meta y siente que puede seguir por si solo.

Más info sobre las clases: 112823-1343

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Ciclismo urbano

Seguros Rivadavia: Bici Pro, la cobertura especial para ciclistas que compiten

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Seguros Rivadavia desarrolló un seguro que otorga la máxima seguridad a los que andamos en bicicleta: protege al asegurado y a su bicicleta ante fenómenos tales como el robo, los accidentes personales y la responsabilidad civil, pudiendo incluir el robo de efectos personales, equipos electrónicos o daños.

Seguros Rivadavia ofrece tres alternativas, de acuerdo a las características de la bicicleta y el uso dado a la misma: Bici Total, Bici Max y Bici Pro. En esta nota te contamos sobre el plan Bici Pro, un producto especialmente diseñado para ciclistas que participan en competencias amateurs, con mayor flexibilidad en las sumas asegurables y coberturas a medida.

Coberturas
-Robo Total.
-Robo de Efectos Personales.
-Robo de Equipos Electrónicos Portátiles.
-Daños a la Bicicleta.
-Muerte Accidental.
-Invalidez Total y Parcial Permanente por Accidente.
-Gastos de Asistencia Médico-Farmacéutica por Accidente.
-Cobertura de Responsabilidad Civil del Ciclista.

Coberturas adicionales para todos los planes
Con el fin de brindar un servicio de excelencia, para este seguro se ofrecen, sin cargo, los siguientes servicios ante una urgencia:
-Traslado por avería de la bicicleta.
-Asistencia por rotura de neumático.
-Reintegro de medicamentos como consecuencia de intento de robo.
-Envío de taxi o remís para traslado a domicilio a causa de robo.
-Envío de ambulancia hasta el centro médico más cercano en caso de accidente.
-Cambio de cerraduras por robo.
-Envío de taxi o remís hasta la dependencia policial más cercana en caso de robo.
-Reembolso de gastos de DNI por robo.
-Asesoramiento legal ante el robo o accidente sufrido.
-Conexión con centros de reparación de bicicletas.

 

Visitá el cotizador online de Seguros Rivadavia en http://www.segurosrivadavia.com/personas/bicicletas/cotizacion.php

Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.

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Ciclismo urbano

Ya está todo listo en Mar del Plata para el 5° Foro Argentino de la Bici, a celebrarse entre el 10 y el 12 de noviembre

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El evento ciudadano a favor de la movilidad sostenible más importante del país ya está preparado para recibirte en la ciudad de Mar del Plata entre el 10 y 12 de noviembre próximos. Luego de que en el pasado pre-foro en la Villa Victoria se viviese una jornada de gran entusiasmo y amor por la bicicleta, la ciudad se prepara para la quinta edición de un Foro que reúne a gente del todo el país.


El  cronograma aún no está cerrado, pero  podemos  adelantar  algunas  actividades que pondrán muy felices a quienes amen a la bicicleta y la movilidad sostenible.

El día viernes 10 de noviembre, las actividades se realizarán en la Plaza Mitre (Colón y Mitre). Allí habrá varias charlas:
-Cómo construir infraestructuras seguras.
-Siniestralidad vial.
-ONGs vinculadas a la bici y el cicloactivismo.
-Una actividad con la ONG marplatense Guías a la par, con prueba de tándems y convocatoria de guías.
-Demostraciones de bicipolo, deporte que está arribando a Mardel.
-Números de monociclos y demostración de Stunt.
-Talleres para infancias, para aprender a andar en bici y cuidados a tener en cuenta.

Y a las 17 hs se saldrá pedaleando en caravana hacia el camping municipal Centro Scout, donde acamparán los cicloviajeros que vayan llegando desde todo el país, y a donde se desarrollarán los siguientes días del Foro.

Esa misma noche se proyectarán cortometrajes y habrá un encuentro en el bar cultural La Periferia, ubicado a unas cuadras del camping.

El día sábado, ya en el camping, la jornada comenzará con una clase de yoga ofrecida por Lulea. Luego se realizará un paseo en bici recorriendo la naturaleza de la zona, para
regresar al medio día y disfrutar de un día pleno de charlas interesantísimas, entre otras:

-Mujeres y disidencias en el mundo de la ciclomecánica.
-Experiencias de viajar en bicicleta.
-Psicología del tránsito.
-Diseño y arte enfocado en la bicicleta.

También habrá talleres de primeros auxilios, emparchado y sobre aprender a andar en bicicleta.

En la jornada del domingo, más distendida, se eligirá la ciudad sede del FAB 2025 y luego de almorzar se partirá en una caravana colectiva hacia el centro, para darle un cierre a puro pedal, a este encuentro que dará que hablar.

Recordamos que todas las actividades son gratuitas y abiertas a toda la comunidad.

Info: Agustín Arevalo (11 58222110)  | Luciana Fernandez Ravelo (11 69811446) |  Vanesa Camino (2233 482931) | Luz Calabrese ( 2235 794099)
Fotos: Patricio Devoto y Soledad Gonzalez Lagarde  @soledadgonzalezlagarde

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