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¿Estoy en condiciones de hacer una salida cicloturística?

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Largarse a hacer un viaje de cicloturismo plantea exigencias físicas y psíquicas de las que no siempre somos conscientes. La gente de Ciclo-Tur nos aporta elementos para dilucidar nuestras posibles dudas al respecto y nos aporta una clasificación de los diferentes niveles de dificultad con los que podemos encontrarnos.

En nuestros comienzos sobre la bici, todos en algún momento nos planteamos la pregunta del millón: ¿Estoy en condiciones de hacer salidas de cicloturismo?

La respuesta no es fácil. Seguramente todos los que alguna vez nos hicimos esta pregunta ya habíamos tenido nuestro primer contacto con la bicicleta haciendo paseos cortos y en el mejor de los casos realizando alguna salida urbana o simplemente trasladándonos diariamente a cumplir con nuestras obligaciones.

En primer lugar uno tiene que ser consciente de sus propias limitaciones, tanto físicas como psíquicas.

Dentro de las limitaciones físicas no me refiero ni a la edad ni a la contextura, sino al entrenamiento que uno tenga en la bicicleta y a la cantidad de kilómetros que uno esté acostumbrado a realizar. He conocido personas mayores de 70 años que pedaleaban 100 kilómetros con carga como si nada y muchachos de 20-30 años que no pueden hacer más de 20 kilómetros.

Una salida rural no baja de los 40 kilómetros de recorrido por caminos de tierra, lo que es equivalente a 60 de asfalto, ya que pedalear por caminos de tierra cansa muchos más.

En cambio las limitaciones psíquicas se refieren a lo que uno está dispuesto a hacer, si está o no preparado para estar varias horas montado sobre una bicicleta y tal vez para tener que hacer un esfuerzo mayor en caso de ser necesario, como cuando hay viento en contra. No es lo mismo hacer una salida urbana por asfalto hasta San Isidro o Tigre que realizar una travesía en pleno campo.

En el caso de una salida urbana, si uno se cansa se toma un tren y vuelve a su casa, o si se larga a llover tiene dónde protegerse hasta que pare. En cambio en una salida rural si uno se cansa tendrá que estar dispuesto a seguir, tal vez a menor velocidad, pero a seguir; si se larga a llover no quedará otra que mojarse; si hay barro habrá que embarrarse, y etcétera y etcétera. En definitiva, deberemos estar dispuestos a enfrentar lo que venga y poner para ello la mejor voluntad.

Otro tema a tener en cuenta es la convivencia con el grupo. Cuando uno sale solo no tiene que preocuparse por nadie más, pone su propio ritmo de pedaleo, maneja los tiempos y las paradas a su gusto. En cambio, cuando la salida es en grupo todo esto cambia. Ahora los tiempos no son los mismos para todos y hay que buscar un equilibrio para que el grupo se mantenga unido, y ahí entran en juego los coordinadores, que son los encargados, entre otras cosas, de establecer el promedio en el ritmo de pedaleo, pidiéndole a los más lentos que se esfuercen un poco más y a los más rápidos que tengan un poco de contemplación con los más lentos.

Cuando alguno tiene un inconveniente, todo el grupo para, y esto a muchos les molesta, pero hay que entender que salir en grupo es un tema de seguridad para todos.

Siempre es conveniente empezar realizando salidas urbanas de pocos kilómetros, entre 15 y 30, para luego ir subiendo en las distancias a pedalear, y cuando uno vea que puede realizar unos 40 a 50 kilómetros sin tener mayores problemas, animarse a realizar su primera salida rural de no más de 50 kilómetros, que seguramente no nos traerá más que un dolor de piernas y un problemita de asiento.

Niveles de dificultad

Pero el nivel de dificultad de una salida no está solo determinado por la cantidad de kilómetros a recorrer, sino que se tienen en cuenta otros factores, como:

– la velocidad o el ritmo de marcha,
– el tipo de terreno,
– la posibilidad de no hacer todo el recorrido,
– si hay o no vehículo de apoyo,
– la cantidad de paradas programadas,
– el clima,
– etcétera, etcétera.

Los distintos tipos de salidas

El siguiente es un modelo que nos permite clasificar con bastante precisión los diferentes tipos de travesías en bicicleta:

Nivel Principiante

– No más de 40 kilómetros.
– Posibilidad de hacer solo parte del recorrido.
– Velocidad entre 12 y 16 km/h.
– Tipo de terreno: asfalto/tierra.
– Estado físico: mínimo.

Nivel Medio

– Entre 40 y 60 kilómetros.
– Posibilidad de hacer solo parte del recorrido.
– Velocidad entre 16 y 22 km/h.
– Tipo de terreno: asfalto/tierra.
– Estado físico: medio.

Nivel Medio+

– Entre 40 y 60 kilómetros.
– Imposibilidad de hacer solo parte del recorrido.
– Velocidad entre 16 y 22 km/h.
– Tipo de terreno: asfalto/tierra/sendero.
– Estado físico: medio.

Nivel Avanzado

– Entre 60 y 80 kilómetros.
– Posibilidad de hacer solo parte del recorrido.
– Velocidad entre 18 y 26 km/h.
– Tipo de terreno: asfalto/tie


Texto: Alejandro García | Foto: Ariel Sabatella

3 Comentarios

3 Comments

  1. ConAlforjas

    3 octubre, 2019 a las 4:50 am

    Muy completo y didáctico el artículo.

    A mi personalmente me gusta mucho rodar en solitario precisamente por lo que se comenta en el post. Nadie me tiene que esperar y yo no tengo que esperar a nadie.

    Puede sonar algo egoista pero cuando se trata de la bicicleta, que es la cosa que más me hace disfrutar en este mundo, pues prefiero ir a mi aire. Porque para el poco tiempo que tengo disponible para rodar prefiero disfrutarlo al 100%.

    Saludos a todos

  2. Cristiane

    5 febrero, 2020 a las 10:16 am

    Hola! Excelente artículo. Muchas gracias!
    Me gustaría arrancar con la aventura, pero de forma grupal y con un guía. Podrían recomendar personas idóneas que realizan este trabajo? Muchas gracias!

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Clases para aprender a andar en bici en Buenos Aires

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Laureano Núñez es ciclista, organiza salidas en bici para principiantes y da clases para todos aquellos –adultos y niños a partir de los 12 años– que aun no saben pedalear y quieren aprender. Las clases son 100% personalizadas.
Debido a la situación actual, disponen de comunicación electrónica para un distanciamiento social efectivo.
Las clases se realizan en Puerto Madero, una vez por semana, acordando los horarios según los requerimientos de los alumnos, y duran una hora.
La idea es tener nociones básicas de cómo pedalear en la ciudad, aprender la técnica, perder el miedo y practicar. También se enseñan nociones básicas de mecánica (como arreglar una pinchadura y cambiar una cámara) y teoría básica sobre seguridad vial para movernos de forma segura.
Las clases finalizan cuando el alumno siente que alcanzó su meta y siente que puede seguir por si solo.

Más info sobre las clases: 112823-1343

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Kit de herramientas portátil para emergencias

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mecanica-herramientas-4615bPor descuido propio o por accidente, muchas veces pueden ocurrir imponderables mecánicos en una salida. Para estas situaciones es mejor prever que improvisar y contar con el equipo adecuado que -de acuerdo a la bici y a las habilidades mecánicas del usuario- podrá variar en herramientas y útiles. Dichos elementos deben ser transportables en un bolso bajo asiento o en un bolso o cartera personal, por lo que deberán elegirse cuidadosamente para optimizar el espacio y el peso.

LO QUE NO PUEDE FALTAR

Para todo tipo de bicis 
– Dos o tres desmontadores de cubiertas: de plástico si la llanta es de aluminio mecanizado o de acero si es de aluminio de pared simple o acero.
– Parches: de la medida acorde a la cámara en cuestión. Con cuatro o cinco bastará y se deberán reponer a medida que se utilicen.
– Solución vulcanizante: viene en pomos pequeños, fáciles de almacenar y transportar. Tener especial cuidado, ya que una vez abiertos tienden a secarse con el tiempo. Conservarlos en una bolsita cerrada con banditas elásticas los hace durar más tiempo frescos.
– Lija gruesa: para que la solución trabaje bien es necesario lijar la cámara antes de emparchar. Una o dos tiras de lija pequeñas serán suficientes.
– Cámara acorde al rodado y medida de la cubierta: con una es suficiente ya que habrá que cambiarla si es imposible parchar. Si el espacio lo permite, llevar dos nunca está de más. Hay quienes prefieren cambiar cámara y seguir pedaleando a emparchar, sobre todo en días de mucho calor, lluvia o frío intenso, cuando manipular parches y solución puede ser molesto.
– Inflador: de nada sirve emparchar o cambiar cámara si no tenemos forma de darle aire. Si el pinchazo ocurre de noche o en días no laborables, encontrar una bicicletería, gomería o estación de servicio que brinde aire de manera gratuita puede ser difícil.

Opcionales
– Parches autoadhesivos: no necesitan solución vulcanizante. Son más costosos que los parches tradicionales pero son más fáciles de usar.
– Colocar en las ruedas líquido antipinchaduras es una buena alternativa preventiva. Se vuelca por el pico de la válvula dentro de la cámara y obtura los pinchazos pequeños. Es una buena opción para bicicletas cuyas ruedas son difíciles de desmontar como bicicletas inglesas, con cambios en la maza o con muchos accesorios (guardabarros, portapaquetes, silla de bebé).

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Para bicis de tornillería tradicional
– Llave francesa: las de 6” son ideales ya que tienen apertura suficiente para todas las tuercas y bulones de la bici; son pequeñas y transportables. Esto permite ajustar y aflojar no sólo las ruedas sino también el bulón de expander o patines de freno. En situaciones normales, sólo será necesario aflojar y ajustar las tuercas de las ruedas para sacar y poner la cámara en caso de pinchazo. Si las cuatro tuercas son de la misma medida -14, 15 ó 16 mm- se podrá reemplazar la llave francesa por una llave fija de dicha métrica y así ahorrar peso.

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Para bicis de tornillería allen
– Multiherramienta plegable: es la navaja suiza de la bici. Tiene todas las medidas de llave allen necesarias, destornillador de punta plana y phillips. Algunos modelos traen incluso llaves fijas, cortacadena y desmontador de cubierta. Son una excelente inversión y se presentan en una gran gama de precios y calidades.

Texto: Luddite* | Fotos: Ariel Sabatella

*Mecánico de bicicletas: green_anarchy@hotmail.com, (011)15-4199-4844

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Seguros Rivadavia ofrece variedad de coberturas para la bicicleta y el ciclista

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Seguros Rivadavia ofrece tres líneas de seguros de bicicletas: Bici Pro, Bici Max y Bici Total, las tres con diversas alternativas de contratación en sus coberturas y capitales asegurados. 

Todos estos planes amparan la pérdida total por robo de la bicicleta, el daño total y parcial (tanto en Argentina como en el exterior, si se opta por contratar la extensión de cobertura), accidentes personales para el ciclista y responsabilidad civil ante cualquier accidente que sufra circulando y que pueda provocar daños a terceros, el robo de efectos personales o equipos portátiles electrónicos que porten en bolsos o mochilas en circunstancias de uso de la bicicleta.


En suma, las siguientes son las coberturas básicas:
• Robo total.
• Muerte accidental.
• Invalidez total y parcial permanente por accidente.
• Gastos de asistencia médico-farmacéutica por accidente.
• Cobertura de responsabilidad civil del ciclista.


Y estas coberturas se complementan con una importante gama de servicios adicionales sin cargo para el asegurado.
Pueden acceder a estos planes bicicletas fabricadas desde el año 2000 en adelante.

Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien, contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.

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Cicloturismo: Los 5 infaltables en un viaje

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Diseñador y fabricante del exquisito equipamiento para cicloturismo Halawa y viajero experto, Juan Pablo Casaccione nos recuerda los aspectos básicos para que nuestros primeros recorridos largos en bicicleta sean exitosos. El destino, la ropa, la bici, el equipo y cómo distribuir lo que llevamos.

Por Juan Pablo Casaccione*

1. Relevar el lugar
Al comenzar a planear un viaje, lo primero a tener en cuenta es el lugar al que nos dirigiremos. Generalmente se elige por gusto, curiosidad o quizás a dedo, en un mapa a ciegas. Pero ya con el destino definido, algunos puntos a tener en cuenta serán:
– Si el punto de salida es el mismo que el de llegada generalmente se simplifica la logística. Podemos dejar cajas o bolsos de transporte de la bici y otros contenedores que usemos para el viaje.
– Para calcular la cantidad de kilómetros por día: en caminos de subida, calcular que rodaremos entre 7 a 15 km/h y en caminos planos de 18 a 30 km/h.
– Verificar el transporte que usaremos para llegar, días y horarios (micro, avión o vehículos contratados).
– Otro punto a tener en cuenta es la altimetría (relieve) y los vientos predominantes, porque tal vez convenga empezar el recorrido en el sentido contrario al pensado originalmente.
– Chequear clima, épocas de grandes lluvias y deshielos para evitar retroceder. Recordemos que los ríos de deshielo por la mañana temprano no están tan “gordos”, aunque esto no evitará que nos mojemos los pies al cruzar vados o sortear riachos.
– Verificar el horario de salida y puesta de sol y las temperaturas, para determinar cantidad de horas de pedaleo.
– Saber dónde hay lugares de aprovisionamiento, para calcular cuánta agua (a razón de tres litros por día) y comida llevar en las etapas.

2. Armar un buen equipo
A la hora de elegir el equipo, primero hay que decidir si viajaremos solos o acompañados, ya que esto hará la diferencia. Además de la compañía, si se viaja solo se debe reservar más espacio, porque no se puede compartir parte del equipo (calentador, carpa y marmita). Los indispensables:
– Calentador. Hay de dos tipos. Uno es a gas (cartucho), que resulta más económico el aparato pero son más caros los cartuchos y generan más residuos. Otra de las contras es que no funcionan bien en altura y generan mucho volumen para transportar. Los otros funcionan con combustible líquido a presión, son más caros pero el combustible resulta mucho más barato y ocupan menor espacio.
– Marmita: es buena y cómoda opción, pero si no contamos con una se puede resolver llevando una olla chica y un jarro y el resto de cubiertos necesarios. Olla máxima: de 1.5 a 2.0 litros. Hay que ver equipamientos de montaña si se quieren adquirir por partes y no todo el juego junto.
– Carpa: debe ser liviana, con buena habitabilidad, pero sobre todo resistente al viento y al agua. Aunque parezca mentira no todas lo son. Un buen consejo: colocar un film de polietileno debajo de la carpa que sea 5 cm más chico que la misma. Esto protegerá la superficie, evitará que se moje con la humedad del piso y agilizará el guardado.
– Bolsa de dormir: lo importante es no pasar frío. En épocas de calor uno puede destaparse pero con frío no se duerme y depende del lugar y la época nos puede costar la vida. En el mercado existen bolsas de dormir con distintos rellenos: sintéticas y de plumas. Las primeras son más económicas, tienen más volumen y más peso, mientras que las de plumas son más caras, más chicas y livianas. Se recomienda usar aislantes debajo de la bolsa, porque suavizan la dureza del piso y aíslan el frío.

3. Seleccionar la ropa
Soy partidario de usar ropa de ciclismo (calzas cortas o largas para el viaje), ya que es más cómoda. El resto de la ropa, sintética, 0% algodón: remeras, pantalones desmontables (dos en uno pantalón – bermuda) y medias cortas y largas. En cuanto al abrigo, que sea lo más entallado posible, ya que eso evita la pérdida de calor. Siempre vistámonos con capas finas:

A. Camiseta térmica.
B. Chaleco de micropolar o softshell fino.
C. Campera de polar o micropolar.
D. Rompevientos impermeable.
De la A a la D se pueden combinar o colocar todas juntas según la temperatura.

4. Tener la bici en condiciones
Con una bicicleta de 18 velocidades para arriba, podemos viajar. Con una monomarcha y/o fixie no lo recomendamos, porque los cambios ayudan y mucho. No hace falta demasiada sofisticación en el rodado, incluso eso lo hace más difícil de reparar en caso de un imprevisto. En honor a la verdad, teniendo la bicicleta en condiciones, nunca se me presentó un problema en un viaje, sólo pinchaduras y alguna cubierta tajeada. Por eso, es recomendable hacer un service antes de salir.
Por otra parte, el portaequipajes marcará la diferencia en un viaje. Lo recomendamos, ya sea de aluminio o acero, mínimo de dos rayos por lado o, ideal, de tres, y que cubran bien la “espalda” de la alforja.
De repuesto, debemos llevar dos cámaras, parches chicos y grandes y solución, corta cadena, sacacubiertas, inflador, tornillos de repuesto y multiherramientas.

5. ¿Cómo llevar todo esto?
Para todo esto, con alforjas traseras de 50 litros, un bolso estanco de 36 litros sobre las alforjas, un bolso frontal de 6 litros y un bajo asiento, estaremos bien. Los elementos pueden distribuirse de la siguiente manera:
– Alforjas: ropa, equipo y bolsa de dormir.
– Bolso estanco: carpa, aislante y resto del equipo.
– Bolso frontal: cámara de fotos, snacks, rompevientos, linterna y protector solar.
– Bajo asiento: repuestos, cámara, cortacadena, etcétera.

*Cicloturista, diseñador industrial y creador de la marca Halawa: www.halawa.com.ar | Instagram @halawaalforjas | Facebook: Halawa

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