Las preguntas que hay que hacerse antes de trasponer la puerta de la bicicletería. Los principales componentes y el equipamiento de la bicicleta urbana. Las categorías más frecuentes. Algunos modelos que se ofrecen en el mercado.

 

 

 

 

 

 

Cuando el inexperto en el tema bicicletas o incluso el experto ciclista que no hace uso de su bici para el día a día urbano piensan en hacerse de una bicicleta para ese destino es normal que comiencen a recorrer bicicleterías, que, salvo honrosas excepciones, pretenderán ofrecerle lo que más les convenga vender y no necesariamente lo que el usuario necesita. Así es que, por ejemplo, se ven en la ciudad innumerables mountain bikes montadas por gente que jamás las va a llevar a su habitat natural, la montaña, y que sufren por una postura inadecuada para la ciudad, por los neumáticos con tacos o por la ausencia de accesorios específicos (portapaquetes, guardabarros, etcétera).
El camino que hay que tomar en esta situación no empieza por la bicicletería sino por hacernos, antes de trasponer la puerta de cualquiera de ellas, una serie de preguntas fundamentales, que son las que nos orientarán en la decisión de qué tipo de bicicleta nos resultará cómoda y práctica para el uso específico que le pensamos dar.

 

 

 

LAS PREGUNTAS PREVIAS                         

¿Con qué regularidad la usaremos? 
Según la frecuencia con que lo hagamos determinaremos cuánto podremos adaptarnos a la bicicleta. Una muy liviana, tecnológica y con una posición aerodinámica (agresiva) no será una buena opción si la usamos una vez a la semana, ya que seguramente no podremos sacarle provecho y nos frustraremos cuando nos duelan algunas partes del cuerpo, como el cuello y/o la espalda.
Si el uso va ser intensivo (por ejemplo de 20 a 30 kilómetros por día, cinco veces a la semana) es conveniente hacer una mayor inversión en la compra, ya que una bicicleta muy económica es probable que tenga inconvenientes mecánicos que más pronto que tarde nos harán gastar dinero en reparaciones y cambios de piezas por otras de mejor calidad. En tal caso, si no podemos invertir más dinero, es mejor comprar una bici sencilla (sin cambios y sin frenos a disco por ejemplo) en vez de una bici barata muy equipada, ya que el equipamiento seguramente no sea de muy buena calidad y se deteriore o nos dé problemas rápidamente.
Si la vamos a usar poco y para distancias cortas, entonces no necesitamos algo muy específico y podemos apuntar a una bici no tan cara, con equipamiento medio/bajo y que nos permita adoptar una postura más erguida, no tan aerodinámica, con manubrio estilo palomita (doble altura) y stem con ángulo positivo. Esto hará que estemos más erguidos y cómodos, con buena visión del entorno urbano, algo clave para un andar seguro.

¿Tenemos algún tipo de lesión física?   
Podemos tener dolencias cervicales, de cintura, de rodillas u otras, y en tal caso estas dolencias van a determinar la mejor posición que deberíamos adoptar sobre la bicicleta. Si tenemos problemas cervicales lo ideal es usar una bicicleta que nos brinde una postura erguida, ya que una muy aerodinámica nos traerá problemas y dolores cervicales e incluso lumbares.

¿Pretendemos llevar chicos o cargas? 
Para este caso tenemos que tener en cuenta que la bicicleta tenga anclajes para portapaquetes o, aun mejor, portapaquetes integrados, que son más fuertes, resistentes y aceptan mucho más peso, al ser parte del cuadro de la bicicleta. Una bicicleta fuerte nos permitirá llevar carga sin tener problemas y una de las partes que más sufren el peso son las ruedas, por lo que en este caso es fundamental que las llantas sean de doble o hasta triple pared. También es bueno tener al menos tres velocidades, ya que al llevar carga se dificulta mucho más romper la inercia luego de frenar, algo que hay que hacer muchas veces al trasladarnos en una ciudad. Una buena opción en estos casos es una bicicleta con asistencia eléctrica.

COMPONENTES Y EQUIPAMIENTO

La transmisión
Es una de las partes que más mantenimiento nos demanda y que mayor desgaste sufre, sobre todo porque justamente las bicis de uso urbano no suelen ser las más cuidadas. En este sentido, la opción de transmisión más urbana, que menos mantenimiento requiere y que dura mucho más tiempo que la tradicional, es la de cambios internos a la maza trasera. En ésta, el sistema de cambios está dentro de la maza, protegido de golpes, desgastes y de las condiciones climáticas y viene con 3, 6, 7, 8, 11 y hasta 14 velocidades, todas efectivas. Si a esto le sumamos una correa en vez de una cadena metálica, tendremos el conjunto perfecto, que jamás requerirá lubricación y nos durará muchísimos kilómetros sin necesidad de realizarle ningún mantenimiento. La contra es que su costo suele ser un poco más elevado, aunque depende mucho de cada modelo de cambios internos y cantidad de velocidades.
En cuanto a la cantidad de velocidades, sea el sistema de transmisión que sea, si vivimos en una zona sin grandes desniveles nos bastarán 3 velocidades o hasta podemos prescindir de ellas.

Las ruedas 
Son nuestro contacto con el piso y por ende cumplen un papel importantísimo en el confort y en el agarre seguro en curvas y con piso mojado. Para el asfalto lo ideal es usar cubiertas semi lisas (semi slick), que nos permiten deslizarnos perfectamente y tener agarre al doblar o con lluvia.
Muchas personas usan mountain bikes para la ciudad, las cuales traen cubiertas con tacos, que no solo nos quitan agarre al asfalto sino que además generan un zumbido bastante molesto. Por ende, si decidimos optar por esta bici (que no es la que recomendamos para la ciudad) por lo menos tengamos en cuenta  que podemos cambiar las cubiertas por unas semi slick en cualquier bicicletería o hacerlo nosotros mismos fácilmente.
En el otro extremo, unas ruedas demasiado finas (como las que traen las fixies y las ruteras) nos darán mayor velocidad final pero nuestro andar será mucho menos confortable. Estas ruedas tienen que ir siempre bien infladas, para evitar pinchazos. En cambio, unas ruedas de 35 a 40 mm de ancho nos darán el agarre ideal para la ciudad y nos permitirán inflarlas con menos presión, brindándonos mayor confort en nuestro andar. No olvidemos que el neumático es la principal amortiguación de la bicicleta.
Además del ancho, tenemos el diámetro del rodado. El rodado urbano por antonomasia es el 28, ideal para desarrollar velocidad final y absorber imperfecciones del camino, pero si medimos menos de 1.60 m es recomendable usar rodado 26.

Horquilla con suspensión    
Brinda confort a nuestro andar y será de utilidad si tenemos dolores en alguna parte de la columna y/o el camino que transitamos tiene baches, empedrados e irregularidades. La contra es que suma peso y chances de que en algún momento funcione mal por falta de mantenimiento (lo que suele suceder en bicis urbanas económicas), algo que no pasa con una horquilla rígida.

Accesorios urbanos  
Necesitaremos guardabarros y cubrecadena si queremos asegurarnos de llegar con la ropa impecable a destino. Además, cuando hablamos de una bicicleta urbana, generalmente necesitaremos trasladar objetos, por lo cual un portapaquetes (o anclajes para colocarle uno) y/o canasto serán nuestros aliados.

TIPOS DE BICIS URBANAS     

Gravel   
Vinieron para quedarse y hace ya unos años son un boom un Europa y América del Norte. Son cómodas, podemos usarlas en asfalto y también en caminos de tierra y hasta en senderos y tienen la apariencia de las bicis de ruta. No están preparadas para la montaña en términos deportivos o para hacer saltos, pero son bicicletas que van muy bien para disfrutar, hacer distancias largas y recorrer caminos rurales. Son una buena opción si nos gusta ir rápido y queremos una bici liviana y versátil e ideales si además de transportarnos diariamente la queremos usar para hacer salidas largas o viajar. La contra es que si no estamos acostumbrados, su postura es más aerodinámica y por ende menos confortable para la ciudad. Vienen en rodado 28.

De paseo y playera 
Básicamente aportan una posición erguida y cómoda. No están diseñadas para conseguir mucha velocidad final sino para que las pueda usar cualquier tipo de usuario, desde una persona mayor hasta alguien joven que quiera usarla para pedalear cómodo y seguro con una velocidad media razonable para la ciudad. Aportan una posición erguida, lo que facilita la visión en el tránsito. Suelen tener asientos anchos y las de paseo pueden tener suspensión en el caño portasilla y accesorios urbanos imprescindibles como guardabarros, cubrecadena, portapaquetes y/o canasto. Vienen en rodado 26 y 28.

Plegables
Este es uno de los géneros más populares en las ciudades donde la gente vive mayoritariamente en departamentos pequeños, por el reducido espacio de guardado que demandan, por su papel en la última milla (gente que la lleva en el auto o en transporte público y recorre con ella el último tramo hasta su destino) y por cuestiones de seguridad, ya que al llegar a destino, en muchos lugares podremos entrarla plegada (aunque no todos permiten hacer esto).
Las plegables de mejor calidad tienen diversas regulaciones, que permiten adaptar una sola medida a distintas estaturas y estilos de manejo.
Las que ocupan menos espacio y son las más difundidas son las que vienen en rodado 16 y 20, aunque también hay plegables en rodados mayores (24, 26).

Eléctrica urbana  
Las bicicletas con asistencia eléctrica son un género que crece y crece y que sirven para trasladarnos por la ciudad de manera rápida y eficiente y no llegar transpirados a destino o para hacer distancias más largas sin cansarnos en exceso.
Son un boom en Europa, donde cada vez más gente se traslada en la ciudad con este tipo de bicis, sobre todo personas que tienen que hacer distancias largas, son mayores o tienen algún tipo de discapacidad, no quieren cansarse tanto o les gusta ir más rápido sin necesidad de tanto esfuerzo.
Mucha gente chapada a la antigua insiste en que estas no son verdaderas bicicletas sino ciclomotores, y nada más alejado de la verdad. Un ciclomotor se basa en un motor, que puede ser eléctrico o no, que se opera con un acelerador. A diferencia de los ciclomotores, las e-bikes no solo tienen el diseño de una bicicleta sino que además carecen de acelerador y el motor eléctrico funciona sólo como asistencia al pedaleo. O sea: para que el motor te asista hay que pedalear, caso contrario no funciona, y además la asistencia se corta cuando la bici llega a los 24 km/h.
Hay e-bikes en rodados 26 y 28 y también plegables eléctricas en rodados 16 y 20.

Híbridas y fitness
Este tipo de bicicletas han sido pensadas para hacer distancias medias a largas en ciudad con una velocidad media alta. Son bicicletas híbridas porque tienen el rodado de la bici de ruta, solo que un poco más ancho, y brindan una posición parecida a la de una bicicleta de mountain bike. Son versátiles y por ende una gran opción si además queremos viajar o hacer salidas fuera de la ciudad. Suelen tener frenos  a disco y vienen con suspensiones delanteras con recorridos cortos u horquillas rígidas. Son bicicletas bastante equipadas, lo que hará que tengan bastante demanda de mantenimiento si la queremos tener en buenas condiciones. Vienen en rodado 28.

Fixies  
Las fixies tienen piñón fijo, o sea que las palancas giran siempre, lo que hace que su manejo exija capacidad física y técnica. Están diseñadas para trasladarse de forma rápida y ágil por la ciudad, su postura es aerodinámica y por ende poco confortable, lo que se enfatiza por sus neumáticos finos, que llevan alta presión de aire. Muchas veces no traen anclajes para portapaquetes, por lo que no son una buena opción para llevar carga. Con el mismo diseño exterior, hay una variante de estas bicis que tiene rueda libre, son monomarcha (de una sola velocidad) y con frenos a la llanta, lo que las hace simples y de bajo mantenimiento. Ambas variedades vienen en rodado 28.

Por Isabel García