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Ciclismo urbano

¿Querés saber por qué nos roban las bicicletas?

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Simon en Pixabay

Cuando estoy en bici y me encuentro con alguien en la calle, escucho con demasiada frecuencia una frase agorera para cualquiera de nosotros: “¿No tenés miedo que te la roben?”. Frente a eso solo levanto mis cejas y elevo un poquito mis hombros como diciendo: “¿Y qué voy a hacer, voy a dejar de pedalear?” 

Luego, ya pedaleando, liberado del bienintencionado agorero, me vienen a la cabeza como en pantallazos cosas que me han sucedido al respecto a lo largo de mi extensa experiencia de vida con la bici. Aquella noche en que entraron al fondo de casa por un pasillo mal protegido y nos robaron cinco bicicletas, la de mis hijos y la mía (¡Uf, solo escribir ese recuerdo duele!) O esa mañana en que uno de mis hijos volvió del colegio con un golpe brutal en la frente, fruto de un salvaje palazo que un hdrmp le habían dado saliendo de atrás de un auto estacionado, para arrancarle la bicicleta. O un tristísimo día en que ese mismo hijo de solo 12 años, poco después de este episodio, que había sido su segundo robo en la calle, me dijera: “Papá, no ando más en bici. Te lo digo porque veo que andás averiguando para comprar otra”. O aquella mañana en que me robaron de la baulera de un edificio en que vivía una de mis bicis más queridas, una urbana de Specialized modelo Globe, casi única en el país, y una MTB Merida que hacía apenas un par de semanas me había obsequiado el representante de la marca en Argentina. 

Sin embargo, como fruto de esos oscuros recuerdos, siempre me viene a la cabeza que pese a todo, tanto yo como ese hijo que a los 12 decidió dejar la bici, seguimos pedaleando. 

Claro, hoy yo salgo a la calle con mi e-bike munido de un candado especial que pesa más de 5 kilos, le saco la batería cuando la dejo en una playa de estacionamiento, pago un seguro que lo puse en débito para no tomar conciencia mes a mes de lo que cuesta… y pese a ello, cada vez que salgo a la calle reviso si llevo todo lo necesario por si tengo que volverme a casa en transporte público, pienso dónde poner el teléfono para que no me roben la bici y el teléfono en un único movimiento y hasta hago el duelo anticipado por los accesorios y mini herramientas que llevo en la bici misma. ¡Pero de la bici no me van a bajar!

El asunto es que repasando estas miserias recordé una carta que había llegado a la redacción (¡Sí, una carta, con estampilla y todo, no un email!) y que habíamos publicado hace casi 23 años, en la edición impresa de Biciclub del mes de julio de 2001, en la que Lidia Ester Veiga, una lectora de San Justo, nos contaba una historia y nos explicaba con escalofriante claridad por qué nos roban las bicicletas.  

“Esta mañana no puse, como siempre, el despertador a las 6. Motivo: mis compañeros desertaron. Rafael se quedó a ver la carrera de Fórmula Uno. Mario tenía algunos problemas familiares. Ernesto estaba medio dudoso, etcétera, etcétera. Consecuencia, debía ir sola y encontrarme en Castelar (Colectora de Gaona y Santa Rosa) con Pedro y Nelly. 

La perspectiva de hacer los kilómetros que median entre San Justo —donde vivo— y Castelar no me seducían. El sábado anterior había amanecido con la noticia de la muerte de Ivana, que había sido asaltada en la estación de Merlo, y a la vez a varios ciclistas de la zona Oeste les habían robado sus bicis en los últimos días. El recuerdo de aquel 4 de noviembre del año pasado en el que fuimos asaltados al llegar a Tigre, sobre la Avenida Cazón, a las 11 de la mañana, con mucha gente circulando por allí, un colectivo con pasajeros parado a pocos metros…, y esos dos NN armados que tiraron a Dina sobre el refugio de peatones, provocándole la fisura de varias costillas y el hombro, los golpes que recibí en la cabeza con la culata del revólver (me protegió el casco) y la posterior huida ante nuestra loca resistencia a entregar nuestras bicis. Éramos cinco y reaccionamos sin pensar en las consecuencias. Podría haber pasado cualquier cosa, pero en ese momento es difícil razonar con cordura.

El miedo pudo más y decidí no salir. Igual me desperté temprano, abrí la ventana, miré la calle con nostalgia, cerré los ojos y sentí el viento fresco de la mañana en mi cara, el olor del pasto aun mojado por el rocío, el calorcito del sol sobre mi espalda, el placer del ejercicio, la alegría del encuentro con mis amigos, el mate o el café, la charla en Moreno… Todo eso me estaba perdiendo por miedo…, sentimiento feo y triste.

Entonces me dije: ¡Terminemos con la hipocresía, el robo existe porque alguien compra lo robado, alguien lucra, alguien hace un buen negocio comprando algo por debajo de su valor! A ninguna mediana inteligencia se le puede escapar que el origen de ese negocio es un ilícito que se asienta sobre el despojo sufrido por un semejante, y en este caso el semejante es otro ciclista que vive y siente lo mismo que nosotros. Dejemos de declamar sobre cómo construir un país mejor y comencemos a dar muestras de honestidad, porque es tan ladrón el que roba como el que se beneficia con lo robado.

Propongo que nos embarquemos en una gran campaña en la que nos sinceremos y compremos donde corresponde y paguemos el precio justo, ya que esa conducta es la que a la larga terminará por desterrar los robos.

Finalmente pido a la revista (nuestra revista) que no reduzca el contenido de esta carta, ya que fue escrita con el corazón y por el gran amor que siento por mi Azuleja.” 

Pese al clamor de Lidia y de muchos otros las cosas no parecen haber mejorado en estos veintipico de años. No parece que los ciclistas hayamos hecho mucho al respecto ni contribuido con nuestro granito de arena. Más bien lo contrario, ya que ha proliferado vía redes la venta de lo robado y también talleres de dudosa reputación. Por eso es que todavía hoy hay que repetir una y mil veces los consejos de Lidia.  

No te tientes con precios absurdos. No compres repuestos usados a desconocidos. Adquirí tus bicis, tus repuestos y tus accesorios en bicicleterías con trayectoria. No le des de comer al que mañana te puede robar la bici y hasta matarte a vos o a tu hijo o a tu mamá o a tu hermanito…

Por Mario García 

ABC

Clases para aprender a andar en bici en Buenos Aires

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Laureano Núñez es ciclista, organiza salidas en bici para principiantes y da clases para todos aquellos –adultos y niños a partir de los 12 años– que aun no saben pedalear y quieren aprender. Las clases son 100% personalizadas.
Debido a la situación actual, disponen de comunicación electrónica para un distanciamiento social efectivo.
Las clases se realizan en Puerto Madero, una vez por semana, acordando los horarios según los requerimientos de los alumnos, y duran una hora.
La idea es tener nociones básicas de cómo pedalear en la ciudad, aprender la técnica, perder el miedo y practicar. También se enseñan nociones básicas de mecánica (como arreglar una pinchadura y cambiar una cámara) y teoría básica sobre seguridad vial para movernos de forma segura.
Las clases finalizan cuando el alumno siente que alcanzó su meta y siente que puede seguir por si solo.

Más info sobre las clases: 112823-1343

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Ciclismo urbano

Seguros Rivadavia: Bici Pro, la cobertura especial para ciclistas que compiten

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Seguros Rivadavia desarrolló un seguro que otorga la máxima seguridad a los que andamos en bicicleta: protege al asegurado y a su bicicleta ante fenómenos tales como el robo, los accidentes personales y la responsabilidad civil, pudiendo incluir el robo de efectos personales, equipos electrónicos o daños.

Seguros Rivadavia ofrece tres alternativas, de acuerdo a las características de la bicicleta y el uso dado a la misma: Bici Total, Bici Max y Bici Pro. En esta nota te contamos sobre el plan Bici Pro, un producto especialmente diseñado para ciclistas que participan en competencias amateurs, con mayor flexibilidad en las sumas asegurables y coberturas a medida.

Coberturas
-Robo Total.
-Robo de Efectos Personales.
-Robo de Equipos Electrónicos Portátiles.
-Daños a la Bicicleta.
-Muerte Accidental.
-Invalidez Total y Parcial Permanente por Accidente.
-Gastos de Asistencia Médico-Farmacéutica por Accidente.
-Cobertura de Responsabilidad Civil del Ciclista.

Coberturas adicionales para todos los planes
Con el fin de brindar un servicio de excelencia, para este seguro se ofrecen, sin cargo, los siguientes servicios ante una urgencia:
-Traslado por avería de la bicicleta.
-Asistencia por rotura de neumático.
-Reintegro de medicamentos como consecuencia de intento de robo.
-Envío de taxi o remís para traslado a domicilio a causa de robo.
-Envío de ambulancia hasta el centro médico más cercano en caso de accidente.
-Cambio de cerraduras por robo.
-Envío de taxi o remís hasta la dependencia policial más cercana en caso de robo.
-Reembolso de gastos de DNI por robo.
-Asesoramiento legal ante el robo o accidente sufrido.
-Conexión con centros de reparación de bicicletas.

 

Visitá el cotizador online de Seguros Rivadavia en http://www.segurosrivadavia.com/personas/bicicletas/cotizacion.php

Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.

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Ciclismo urbano

Ya está todo listo en Mar del Plata para el 5° Foro Argentino de la Bici, a celebrarse entre el 10 y el 12 de noviembre

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El evento ciudadano a favor de la movilidad sostenible más importante del país ya está preparado para recibirte en la ciudad de Mar del Plata entre el 10 y 12 de noviembre próximos. Luego de que en el pasado pre-foro en la Villa Victoria se viviese una jornada de gran entusiasmo y amor por la bicicleta, la ciudad se prepara para la quinta edición de un Foro que reúne a gente del todo el país.


El  cronograma aún no está cerrado, pero  podemos  adelantar  algunas  actividades que pondrán muy felices a quienes amen a la bicicleta y la movilidad sostenible.

El día viernes 10 de noviembre, las actividades se realizarán en la Plaza Mitre (Colón y Mitre). Allí habrá varias charlas:
-Cómo construir infraestructuras seguras.
-Siniestralidad vial.
-ONGs vinculadas a la bici y el cicloactivismo.
-Una actividad con la ONG marplatense Guías a la par, con prueba de tándems y convocatoria de guías.
-Demostraciones de bicipolo, deporte que está arribando a Mardel.
-Números de monociclos y demostración de Stunt.
-Talleres para infancias, para aprender a andar en bici y cuidados a tener en cuenta.

Y a las 17 hs se saldrá pedaleando en caravana hacia el camping municipal Centro Scout, donde acamparán los cicloviajeros que vayan llegando desde todo el país, y a donde se desarrollarán los siguientes días del Foro.

Esa misma noche se proyectarán cortometrajes y habrá un encuentro en el bar cultural La Periferia, ubicado a unas cuadras del camping.

El día sábado, ya en el camping, la jornada comenzará con una clase de yoga ofrecida por Lulea. Luego se realizará un paseo en bici recorriendo la naturaleza de la zona, para
regresar al medio día y disfrutar de un día pleno de charlas interesantísimas, entre otras:

-Mujeres y disidencias en el mundo de la ciclomecánica.
-Experiencias de viajar en bicicleta.
-Psicología del tránsito.
-Diseño y arte enfocado en la bicicleta.

También habrá talleres de primeros auxilios, emparchado y sobre aprender a andar en bicicleta.

En la jornada del domingo, más distendida, se eligirá la ciudad sede del FAB 2025 y luego de almorzar se partirá en una caravana colectiva hacia el centro, para darle un cierre a puro pedal, a este encuentro que dará que hablar.

Recordamos que todas las actividades son gratuitas y abiertas a toda la comunidad.

Info: Agustín Arevalo (11 58222110)  | Luciana Fernandez Ravelo (11 69811446) |  Vanesa Camino (2233 482931) | Luz Calabrese ( 2235 794099)
Fotos: Patricio Devoto y Soledad Gonzalez Lagarde  @soledadgonzalezlagarde

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Ciclismo urbano

3 ventajas y 3 desventajas del ciclismo urbano

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LO POSITIVO
Tiempo al tiempo
Dice una vieja frase que el tiempo es oro, pero en verdad ni todo el oro del mundo puede comprarnos tiempo de vida. Por eso el primer ítem en esta lista corresponde al invaluable beneficio de controlar nuestros horarios. Contrariamente al cliché acerca de los ciclistas urbanos, estos no eligen tanto la bici por ahorrar dinero ni por amor al medio ambiente, pero sí lo hacen por esta ventaja.
La comparación más clara las podemos hacer con el uso del automóvil particular. El viaje de un punto a otro de la ciudad manejando está sujeto a numerosos factores que hacen impredecible el horario de llegada. Embotellamientos, desvíos, cortes y conseguir un lugar de estacionamiento son cuestiones que afectan directamente el tiempo que nos llevará arribar a destino. Para paliar esta situación algunos conductores eligen salir con mucha anticipación, lo que, si bien puede resultar útil, en definitiva no es otra cosa que alargar la duración del viaje.
Respecto del transporte público en nuestro país, la bici todavía sigue siendo mejor ya que colectivos, trenes y subtes no suelen cumplir los horarios establecidos. Esto puede generar largas esperas en las paradas y estaciones, lo que torna muy difícil ser puntuales en nuestros compromisos. Si en cambio comparamos ir en bici o ir caminando, encontramos que ambas opciones comparten la previsibilidad del tiempo y los horarios de llegada. Pero si de tiempo de viaje se trata, trasladarse pedaleando podría llevarnos la tercera o la cuarta parte de hacerlo a pie.

Estar presentes
Moverse en dos ruedas permite estar en una conexión total con la ciudad. Necesitamos que casi todos nuestros sentidos estén en alerta. Esto nos lleva a estar presentes en el aquí y el ahora, algo que desarrolla muy sabiamente Juan Carlos Kreimer en su libro Bici Zen (Grupo Planeta, 2013). El beneficio es llegar a destino sintiéndonos con energía. Esto impacta positivamente en el rendimiento de quien se moviliza a trabajar o estudiar. Además, estar atentos durante todo el viaje hará que cada trayecto sea distinto. Aún si repetimos la misma ruta constantemente siempre habrá algo en el entorno que nos llamará la atención porque vamos en el mejor vehículo descapotable que se puede usar en una ciudad.

Comunidad
Este punto está muy relacionado al anterior. Contrariamente al aislamiento y la competencia que puede generar el uso del auto particular, la bici promueve el encuentro humano. La cercanía física, el poder estar cara a cara con el otro fomenta la rehumanización de la gran ciudad. Cruzar una mirada, hacer un comentario (¡sí, aunque sea sobre el clima!) o ayudar a resolver un pinchazo nos saca del individualismo y hace que las personas pasen de ser cohabitantes de un espacio físico a miembros de una comunidad. Esta diferencia no se da solamente con los autos; curiosamente también ocurre con el transporte público.
Tal vez en el futuro la gente que viaje en colectivo o tren entable relaciones más parecidas a las de los ciclistas. Pero por el momento les sugiero que hagan el siguiente experimento: al detener la bici en un semáforo prueben entablar una conversación con el ciclista que se detuvo a su lado. Ahora intenten hacer lo mismo en un subte con la persona que va parada junto a ustedes. Intuyo que encontrarán una diferencia.

LO NEGATIVO
Vulnerabilidad
En los países de nuestra región los ciclistas todavía somos muy vulnerables frente al transporte motorizado. Aunque la reaparición masiva de la bicicleta en el escenario urbano lleva ya más de un lustro, todavía es vista por mucha gente como algo extraño. Las últimas décadas se encargaron de fijar en el imaginario colectivo que las calles son de los autos. Esta intrusión de la bici genera reiteradas conductas violentas de parte de quienes manejan un vehículo grande y pesado y que muchas veces ponen en serio riesgo la integridad de los ciclistas. Poco a poco pareciera que esto va cambiando, pero hay que admitir que todavía estamos muy lejos de que nuestras calles sean bike friendly.

Clima
Es cierto que no tiene por qué ser un impedimento para agarrar la bici, pero siendo sinceros, hay días en que la temperatura, el viento y la humedad no son para nada favorables al ciclista urbano. Si bien existen varios trucos que ayudan a minimizar los inconvenientes de andar con lluvia, nieve o un solazo que raje la tierra, lo cierto es que los climas extremos no son nada agradables para optar por la bici. Más de una vez vamos a mirar con ojos de perro mojado a aquellos felices automovilistas, atascados pero con el bendito aire acondicionado.

Prejuicios
Fue tan grande el reinado del automóvil durante décadas que se llegó a pensar que quien no poseía uno era un marginal. El progreso era tener un auto propio y andar en bici era para pobres, hippies o veganos. Todavía esta idea persiste, aunque ya agrietada y con vistas a quebrarse del todo en los tiempos que vendrán. Por lo tanto es común recibir ciertos comentarios desagradables y discriminatorios cuando le contamos a gente desconocida que nos movemos en bici. La tendencia va cambiando (hoy hay CEOs de multinacionales que van a trabajar en bici) pero es necesario saber que todavía es muy frecuente enfrentar este tipo de situaciones.

Les propongo que hagamos una acción concreta: enviar esta nota a alguna persona que podríamos entusiasmar para que empiece a trasladarse en bici por la ciudad. Quizás estas palabras honestas acerca del ciclismo urbano puedan hacer florecer más ciclistas por las calles de la ciudad.

*Periodista y guía de ciclismo urbano en eventos turísticos y corporativos:
Twitter: @tincholehmann, tincholehmann.com.ar

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