Cicloturismo
Laponia en bicicleta: casas flotantes, auroras boreales, chamanes e interminables senderos que recorren paisajes multicolores
El suizo Martin Bissig, fotógrafo, viajero y ya habitual colaborador de Biciclub viajó en el pasado otoño del hemisferio norte por Laponia, la región más septentrional de Finlandia, un área escasamente poblada que limita con Suecia, Noruega, Rusia y el mar Báltico, famosa por su vasta naturaleza subártica, los centros de esquí y los fenómenos naturales, incluidos el sol de medianoche y la aurora boreal. Su capital, Rovaniemi, es la vía de acceso a la región. Es la tierra del pueblo indígena saami, que se extiende a los países vecinos, y tiene su centro en el lejano norte.
Lo que sigue es el relato de un viaje por esa fantástica geografía, con un texto de Gerhard Czerner y fotos de Martin Bissig.
Sexta estación en Laponia
Texto: Gerhard Czerner
Fotos: Martin Bissig www.bissig.ch
Ruska es la palabra finlandesa para describir el espectacular fenómeno natural que se produce en otoño y que transforma al paisaje en una explosión de color. Este espectáculo estacional suele durar unas dos semanas. Las hojas doradas de abedul cuelgan de ramas blancas y retorcidas, un hermoso contraste con la alfombra roja llameante de los arbustos de arándanos en el suelo del bosque. El sol del atardecer baña los alrededores con una luz suave y cálida, profundizando aún más el azul de los lagos.
Este segundo verano es un evento natural sin igual de Laponia, y tuvimos la suerte de estar allí una de estas semanas. Sin embargo, no nos dimos cuenta de nuestra buena fortuna hasta que aterrizamos muy al norte del círculo polar ártico, en Kittilä.
Tan pronto como salimos del aeropuerto no pudimos evitar sentirnos abrumados por las llamaradas de colores que nos rodeaban. Fränzi y yo, con nuestras bicicletas de montaña cuidadosamente guardadas para su traslado, estamos en camino a nuestro alojamiento junto con el fotógrafo Martin Bissig, que quiere capturar esta increíble temporada en imágenes. A ambos lados del camino no vemos nada más que los exquisitos colores de los bosques otoñales. No es de extrañar, ya que el bosque cubre el 70 por ciento del país. Aquí y allá vislumbramos pequeños asentamientos y sus típicas casas de madera roja.
“El color provenía originalmente del óxido rojo que quedaba de los relaves de la mina —explica Juha, nuestro conductor—. Estos pequeños asentamientos suelen consistir en unas pocas casas, una casa de huéspedes, una panadería, graneros y dependencias. La razón por la que están tan dispersos es para que no se incendien si hay un incendio. Después de todo, tenemos suficiente espacio”. Su familia ha estado viviendo en el área de Levi (una montaña con un centro de esquí) por más de 500 años. Hoy, él y su esposa, Heidi, operan una agencia de viajes de renombre, Polar Star Travel. Estamos encantados de poder viajar con personas cuyas raíces locales son profundas.
Nuestra casa de madera no podría ser más auténtica. Es el telón de fondo perfecto para las imágenes. Los materiales de construcción naturales emanan calidez en cada habitación. Pertenece a una familia de cazadores, como lo demuestran las numerosas pieles y astas que adornan las paredes. Además de algunos dormitorios y una sala de estar y una cocina contigua inundadas de luz natural, hay, por supuesto, un imprescindible sauna.
Los saunas tienen una larga historia en Finlandia y son un componente esencial de la vida finlandesa. “Una casa no está completa sin una sauna”, explica Juha riendo. “¡Hay más de tres millones en Finlandia!” Más tarde, conocemos a su esposa, Heidi, en el pihvipirtti, que significa asador. Las viejas tablas del suelo crujen cuando entramos en la habitación. Pisos, techos, paredes, sillas. Todo hecho con madera. El mostrador, sobre el que se extiende un gran buffet, está hecho de roca natural. El ambiente es sublime.
Nuestra cena marca el comienzo de una semana culinaria extraordinaria. Justo afuera de la puerta se cultivan verduras, hierbas y papas. Los bajos niveles de contaminación del aire y las largas horas de luz del día en verano permiten que las plantas florezcan. A su vez, estas plantas alimentan a los animales, en su mayoría renos, un alimento básico en Laponia. Su carne es particularmente tierna, con un sabor diferente a todo lo que hemos probado. El reno se sirve en cualquier forma imaginable: filete de reno, estofado de reno, hamburguesas y chuletas de reno, e incluso alce relleno de reno. La creatividad en la cocina no tiene límites.
Después de que nuestras papilas gustativas se hayan estimulado por completo durante el transcurso de una entretenida velada, regresamos a nuestro alojamiento, cómodamente saciados. “El programa para los próximos días suena muy emocionante”, anuncia Fränzi. Temprano, nos deslizamos debajo de las mantas a cuadros en nuestras cómodas camas de la casa de troncos.
Al día siguiente no tenemos mucho tiempo para calentar. El sendero angosto serpentea a través de un denso bosque y después de unos pocos minutos sube abruptamente. De hecho, tenemos que bajarnos de las bicis y empujar, y luego, cargarlas. “¿Quién hubiera pensado que tendríamos que llevar nuestras bicicletas en este país llano”, digo, riendo.
Andamos en bicicleta por uno de los muchos fjells de la zona. Viniendo de los Alpes, llamaríamos a estas elevaciones colinas. Las mesetas sin árboles se abren a una magnífica vista sobre interminables franjas de tierra. Los fjells vienen en todas las formas y tamaños y son el destino perfecto para ciclistas de montaña y excursionistas, ya que normalmente hay caminos estrechos y agradables que conducen directamente a la cima.
Nos dirigimos hacia la línea de árboles. La vegetación colorida es más pequeña, la vista se extiende más. “Puedes simplemente mirar y mirar, durante horas y horas. ¡Y todos esos lagos! Fränzi está encantada. No nos quedamos en el punto más alto por mucho tiempo, ya que una tormenta se está gestando en la distancia. Gracias a la increíble vista, ya podemos divisarla en el horizonte. Damos la vuelta con nuestras bicicletas y disfrutamos de hacer nuestro primer descenso en Laponia.
El suelo es realmente adherente, con el sendero girando a la izquierda, luego a la derecha, aquí una raíz para saltar, allí un desafío técnico en pasos empinados: el sendero es perfecto, incluso si todavía no nos sentimos completamente calientes. No podemos evitar sonreír cuando nos encontramos con una cabaña de madera rústica al pie del fjell.
Agradecidos, nos hundimos en los sillones cubiertos de piel frente a la cabaña de troncos, su exterior excesivamente decorado, casi kitsch. Cuernos de alce, esquís antiguos, linternas, ramos de flores de paja: una vez más, no podemos evitar pensar que nos han dejado caer en medio de un plató de cine.
Pero nos acostumbramos porque así se hacen las cosas en el norte de Finlandia.
Finlandia también es conocida por su consumo de café, ocupando el primer lugar en el mundo, y nuestro café humeante se sirve en una kuksa de madera. Estas copas, hechas con madera de abedul, son el recipiente tradicional para beber de los Sami, los habitantes originales de Laponia, y todavía se usan mucho donde quiera que vayamos. Es como si los finlandeses hubieran pensado cuidadosamente cada aspecto de la vida, porque la arquitectura complementa perfectamente a la vajilla.
La otra cosa que han considerado cuidadosamente es qué tan bien va el clima húmedo y frío con los saunas, como descubrimos en nuestra visita a uno de los muchos parques de saunas. El cielo comienza a abrirse nuevamente cuando llegamos a las cabañas de sauna ubicadas a orillas de un lago azul profundo.
Nos sentamos en los generosos bancos de madera, sudamos, disfrutamos de la vista a través de ventanales del piso al techo. Las hojas doradas de abedul se reflejan en el lago. “No podría imaginar una mejor manera de terminar un día de andar en bicicleta”, digo, interrumpiendo nuestro ensueño silencioso y vertiendo más agua sobre las rocas calientes.
En el programa también hay una visita al Levi Bike Park.
El mapa muestra 16 rutas diferentes o rutas parciales. Lo tiene todo, desde sencillos senderos azules hasta el sendero World Cup Black. También hay dos rutas de enduro que recorren el perímetro del parque. Al día siguiente, una medio de elevación nos lleva 310 metros verticales, hasta la cima.
La estación de la cumbre está muy por encima de la línea de árboles y ofrece una impresionante vista panorámica del paisaje circundante. Las condiciones del sendero varían. Estamos sorprendidos por la diversidad del terreno en el parque. Desde senderos naturales accidentados que siguen líneas de flujo con forma hasta tramos desafiantes con grandes saltos y estructuras de madera, los senderos garantizan que los ciclistas la pasarán bien, independientemente de su nivel de habilidad.
Pasamos varias horas divirtiéndonos en los senderos hasta que nos arden los antebrazos. En el emocionante sendero rojo, acertadamente llamado “Cabaña de Papá Noel”, en realidad nos encontramos con un escenario de película real. La cabaña azotada por el viento está justo al lado del sendero. Aquí es donde creció el pequeño Nikolas de la película de fama mundial, Christmas Story. Más tarde se convertiría en Santa Claus.
Nuestra velada no es menos emocionante que los senderos del Bike Park. Para la cena, vamos a ver al chamán local. La palabra “chamán” está escrita en una casita pequeña de seis lados, por lo que sabemos que hemos encontrado el lugar correcto. Estas cabañas, llamadas kota, originalmente estaban destinadas a albergar cazadores y silvicultores. Tienen un pozo de fuego en el medio y ahora se usan a menudo como una especie de cabaña con parrilla.
Tenemos que agacharnos para pasar por la puerta, y la puerta se cierra detrás de nosotros. Apenas nos hemos sentado cuando una aterradora aparición entra en la habitación. Después de un ritual que incluye al chamán pintándonos la cara con carbón y metiendo un palo en el fuego hasta que las chispas salten salvajemente hacia el techo, el chamán, vestido con pieles, se muestra como un increíble narrador y cocinero.
Llena la velada con emocionantes historias de la mitología de Laponia, mientras nos da de comer pescado que el mismo ha pescado y verduras de su jardín. Aprendemos mucho sobre su familia y nos cuenta que proviene de una larga línea de curanderos naturales. “Incluso ahora muchos finlandeses viven en sintonía con la naturaleza y sienten la magia que encarna”, nos dice. Encantados por sus historias, era bastante tarde cuando finalmente dejamos el kota.
Al caminar hacia la oscuridad, experimentamos nuestro propio momento mágico. El cielo nocturno se ilumina con una exhibición de luces brillantes. Sombras de auroras boreales verdes y moradas bailan entre las estrellas y se reflejan en el lago.
“¡Rápido, vení a mirar!” “¡Se están haciendo más y más grandes!” “Increíble, ¿viste los de ahí atrás?” Seguimos apuntando al cielo, llamándonos unos a otros con asombro. Ninguno de nosotros había visto nunca una aurora boreal. Por supuesto, esperábamos ver alguna, pero realmente no creíamos que lo haríamos. Ahora estamos tan felices como niños viendo la nieve por primera vez. Verdaderamente un espectáculo único. En lo profundo de la noche, una vez que el frío ha calado en nuestros huesos, emprendemos el regreso. A pesar de la hora, decidimos que no es demasiado tarde para encender el sauna en nuestra casa de troncos. “Eso es algo que todo el mundo tiene que ver al menos una vez en la vida”, sostengo. Fränzi y Martin asienten, bañados en sudor.
A la mañana siguiente no llenamos nuestras tazas de café hasta mucho más tarde. El país y sus habitantes destilan una calma y serenidad que es difícil de ignorar. Tal vez esa sea una de las razones por las que Finlandia ocupó el primer lugar en el “Informe mundial de la felicidad” de 2021 por cuarta vez consecutiva.
Nosotros también estamos felices. Contentos por tantas experiencias en tan poco tiempo y por los caminos que tomamos alrededor del mediodía para llegar a una granja de huskys.
Unas cabañas de pescadores de siglos de antigüedad, con techos densamente cubiertos, se mezclan perfectamente con el paisaje. La sensación de urgencia que habíamos traído con nosotros casi ha desaparecido. Saboreamos cada momento, nos damos tiempo para tomar pequeños descansos y disfrutar de la naturaleza. En Levi Husky Park, los confiados animales, con su denso pelaje y sus ojos celestes, son todo lo que se necesita para convertirnos en fanáticos totales de Laponia. En un recorrido por el parque, alimentamos zorros, jugamos con perros esquimales e incluso besamos a un reno.
Ya nos habíamos encontrado con muchos renos en los últimos días, e incluso vimos algunos raros ejemplares blancos como la nieve. Pero todavía temíamos acercarnos tanto a uno. Descubrimos muchas cosas interesantes sobre este miembro de la familia de los ciervos. “Pueden nadar muchos kilómetros. No se ahogan debido a su pelaje, que genera bolsas de aire, manteniéndolos aislados y a flote”, explica nuestro joven guía turístico. Está claramente entusiasmada con lo que hace. “Los renos pueden cambiar el color de sus ojos. En el verano, cuando hay luz todo el día y toda la noche en el norte, sus ojos son de color dorado, y en la oscuridad del invierno, se vuelven azul oscuro”, explica.
Nuestra ruta de regreso nos lleva más allá de una sauna. Pero no cualquier sauna. Este está flotando. Esta construcción es definitivamente única. Una casa construida sobre una plataforma de madera que se mantiene a flote con grandes pontones. Una cerca blanca rodea la plataforma. Cuatro motores fuera de borda impulsan al gigante a través del agua. En el interior, junto a una gran zona común, hay una enorme sauna con estufa de leña. Cuando llegamos, ya sale humo de la chimenea.
Entramos en el barco a través de una puerta. La casa se aleja lentamente de la orilla. “¡No puedo creerlo! ¡Estamos en una casa, cruzando un lago hacia la puesta de sol!” No puedo evitar sonreír. “Está bien, ¡vamos al sauna y luego nos sambullimos en el lago!” Tres rondas de sauna más tarde, cada una seguida de un salto al lago, regresamos. “Esto es asombroso”, comenta Martin, con deleite.
El recorrido en bicicleta del día siguiente nos lleva a Rouvivaara, una extensa meseta a 560 metros sobre el nivel del mar, cubierta de musgo. A nuestros ojos, esto realmente no parece una gran colina. Pero aún así, el viento sopla en ráfagas feroces a través de esa meseta sin árboles y, con la increíble vista panorámica, la colina parece mucho más alta.
El sendero es rocoso en algunas partes, lo que dificulta avanzar, pero por lo demás es una excursión en bicicleta de montaña muy equilibrada. Los troncos se han colocado uno al lado del otro donde el suelo es blando y pantanoso, formando una especie de áspero paseo entarimado. Nos encontramos con algunos excursionistas. Pero somos los únicos en bicicleta.
Los descensos serpentean desde la meseta hacia el denso bosque, donde vemos troncos de árboles transformados en esculturas abstractas por el viento y el clima. Nuestro recorrido comienza y se detiene en un lago llamado Hietajärvi.
A nuestro regreso, Heidi y Juha nos reciben en una choza entreabierta con una hermosa vista del agua. Ya hay un fuego ardiendo en un hoyo en el medio y se está asando un salmón entero en una tabla cuidadosamente colocada al borde del fuego. Las papas se asan en las brasas. Un delicioso aroma flota detrás de la cabaña, donde estamos ocupados guardando nuestras bicicletas. “Siempre hay leña aquí y está abierta para que la usen todos”, explica Heidi. “Aquí viene mucha gente, incluso familias enteras con niños. Es un lugar relajado para que la gente se reúna”. A medida que se desvanece la luz del día, aparecen más y más estrellas. “Qué hermosa tarde”, digo, mirando al cielo. Es con un toque de melancolía que empacamos nuestras cosas y regresamos tarde en la noche.
Otro día sobre nuestras bicicletas nos espera en la región alrededor de Ylläs. Aquí hay una red emocionante de senderos para bicicletas. Varias tiendas de alquiler, tiendas de bicicletas y restaurantes completan la oferta. En el Parque Nacional Palla-Ylläs solo se pueden utilizar senderos para bicicletas señalizados. Los mapas y la información se pueden encontrar en la oficina de turismo. Las rutas están bien señalizadas y conducen a través de bosques mágicos y retorcidos o hasta las colinas de la zona, por lo que en algunas de las rutas se suman unos pocos cientos de metros verticales. Casi nos sentimos un poco exóticos con nuestras mountain bikes normales, ya que la mayoría de las personas usa fat bikes. Esto tienen sentido, especialmente en invierno y en terrenos blandos.
Temprano en la tarde, nos encontramos vencidos por el hambre. Encontramos un restaurante, donde estudiamos de cerca un mapa que muestra las diferentes opciones de recorridos. Desafortunadamente, no tenemos suficiente tiempo para hacer el viaje de casi 100 kilómetros hasta Levi. Aunque suena emocionante. Supongo que tendremos que volver”, sonríe Fränzi, mordiendo su hamburguesa de reno.
“¿Qué es eso que escuché acerca de la sexta temporada?”, le pregunto a Juha en nuestra última noche juntos. “Los sami, los únicos pueblos indígenas de Europa, dividen el año en ocho estaciones. Entonces, además del invierno, también hay invierno temprano e invierno tardío. Lo mismo se aplica al verano”, explica Juha. “Y ruska, otoño, es la sexta estación del calendario sami”. Aceptamos que estas hermosas semanas merecen su propia estación, porque andar en bicicleta por senderos solitarios a través de un bosque resplandeciente y lleno de luz en días como estos es realmente una experiencia mágica.
Infobox Laponia
• Cómo llegar: los vuelos desde Europa llegan a Helsinki y de allí a Kittilä o Rovaniemi
• Idioma: El finlandés es un idioma muy difícil de aprender. Sin embargo, es posible arreglárselas bastante bien con el inglés.
• Auroras boreales: la mejor época para verlas es entre septiembre y marzo, en noches claras y sin nubes. Hay aplicaciones que pronostican auroras boreales.
• Visitas guiadas en bicicleta en Laponia: https://www.abenteuerreisen.ch/
• Eventos, alojamiento, tours: https://www.polarstartravel.fi/en/
• Fantásticas cabañas de madera para hasta 10 personas: https://www.polarstartravel.fi/en/bears-lodge/
• Bike Park Levi: https://www.levi.ski/en/summer/bikepark
• Parque Levi Husky: https://levihuskypark.fi/?lang=en
• Visitas con chamanes: https://www.laplandshaman.com/
• Gran parque de saunas junto al lago: https://harriniva.fi/en/holiday-destination/arctic-sauna-world/
• Restaurante de carnes delicias culinarias en Levi: https://www.hulluporo.fi/en/restaurants/pihvipirtti/
• Tours en bicicleta en el Parque Nacional Ylläs: https://www.yllas.fi/en/activities/biking.html
• Parques nacionales de Finlandia: https://www.nationalparks.fi/
• Para los románticos de corazón, recomendamos alojarse en una pirámide de cristal que ofrece una vista sin obstáculos de la aurora boreal: https://elvesvillage.fi/en/ (la alarma de la aurora boreal está, por supuesto, incluida, en caso de quedarse dormido).
• El pueblo de los duendes, diseñado con amor, también merece una visita. Y mientras esté allí, no olvide visitar la oficina de Santa.
Cicloturismo
El cruce más rápido del Sahara en bicicleta y sin asistencia en 12 días, 22 horas y 44 minutos
Foto: https://www.instagram.com/sergio_michelini_photography/
Protagonizada por el ultraciclista ítalo-argentino Leonardo Morilla, la travesía más rápida (y escalofriante…) del desierto del Sahara en bicicleta, que implicó recorrer sin apoyo externo 3.000 kilómetros desde Marruecos hasta Dakar, con 10.670 metros de desnivel acumulado, en 12 dias 22 horas y 42 minutos, está actualmente en proceso de transformarse en un nuevo Récord Guinness*.
Leonardo comenzó en Marrakesh, Marruecos y terminó en Dakar, Senegal, superando el récord anterior por 7 horas de diferencia, con el agregado de que, por la situación bélica que sufre esa zona, debió recorrer 3.000 kilómetros en lugar de los 1.700 del récord vigente hasta ese momento.
Foto: https://www.instagram.com/sergio_michelini_photography/
El rácord fue realizado durante el verano del Sahara, para aprovechar los vientos a favor de hasta 40 km/h que son frecuentes en esa época del año, pero unas inusuales tormentas en Mauritania provocaron que los vientos fueran en contra casi el 80% del tiempo, en forma de tormentas de arena de hasta 70 km/h.
Leonardo debido atravezar distintas adversidades:
-500 km sin dinero y sin comida debido a que momentaneamente no se podia extraer dinero en ningun cajero de toda Mauritania.
-Pasar por uno de los pocos territorios que existen llamados No man’s Land (Tierra de nadie), en la frontera entre Marruecos y Mauritania.
-Envenenamiento por comida en mal estado
-Cruzar con sobornos la frontera de los hermanos Rosso, entre Mauritania y Senegal, conocida como la frontera más corrupta de África.
-Finalizar su recorrido en Dakar el día de un intento de golpe de estado, donde el gobierno cortó internet por una semana. Lo que obligó a Leonardo a recorrer los ultimos 350 km sin GPS desde la frontera hasta la capital en menos de 24 horas, atravesando manifestaciones e incluso agresiones.
Lo que sigue son algunos relatos en primera persona de esta carrera contra el tiempo y el espacio.
Foto: https://www.instagram.com/sergio_michelini_photography/
Grasa hervida con salsa y solo dos horas de sueño
Antes de comenzar, paso una semana en Marrakech para aclimatar mi cuerpo a las temperaturas.
Me despierto en una habitación de 2 x 2 metros en Medina, Marruecos. Sin ventiladores y apenas una ventana que da a un pasillo interno. Son las 9:30, miro la temperatura: 37ºC. Siento que ya estoy agonizando y todavía ni siquiera estoy en el Sahara.
A las 22:30 salgo de Menara Gardens con 3 testigos que firman los documentos que exige el Guinness World Record.
Parto entre la multitud. No tengo muchos más recuerdos de esa noche más que escuchar música y controlar las pulsaciones. Cuando vuelvo a darme cuenta de dónde estoy, ya he cruzado la primera parte de las montañas Atlas prácticamente sin darme cuenta, ya he hecho 2000 metros de ascenso antes del amanecer.
Tenía comida suficiente para no parar por casi 1000 km; solo debía completar con proteínas como huevos y carne que encontrara en la ruta. Ya es mediodía, entro a un lugar donde veo que la gente come y le digo a la persona que quiero lo mismo, que parecía carne. Me lo sirven y en realidad era solamente grasa hervida de algún animal con una salsa. No creo que sea un plato “saludable”, pero después de haber gastado unas 4000 calorías, ¡era increíble! No podía creer lo bueno que estaba ese plato de solo grasa y cartílagos. Continúo hasta que se hace de noche y voy a un restaurante mejor puesto; el dueño está sorprendido y no quiere que pague. Al final, termina invitándome a su casa y explicándome que él no es árabe, esta región pertenece a otra cultura… No entendí a qué se refería, pero esta secuencia se repitió muchas veces. Le agradezco, sacamos una foto con él y con el chef, y me despido rumbo a Tiznit, donde había visto un camping, solo que no tenía teléfono ni página web. Cuando llego, el camping estaba cerrado. Terminé durmiendo contra una pared para refugiarme del viento a las 2 de la madrugada. Era la primera vez que dormía en 40 horas.
A las 3 unos perros me acorralan en la oscuridad. Veo una luz y grito “Ici, ici”, que en francés es “aquí, aquí”. Era el guardián, que paseaba con sus perros por la noche.Solo hablaba árabe, pero entendí con sus gestos que podía quedarme. El problema es que ahora tenía la adrenalina lista para subirme los Atlas de nuevo; ¿Cómo dormir así? Ese día solo dormí 2 horas en 40 horas.
(Al día siguiente) me despierto con el colchón inflable completamente en el piso, muy pinchado. Sentía que mi cuerpo no se había recuperado en absoluto.
En todas las culturas, se puede ver cómo los autos te comunican sus códigos, sus reglas, la de esa ruta en particular. Ahora el código era: “Esta ruta es de los camiones principalmente”. Me doy cuenta cuando un camión toca bocina por detrás, no frena ni cambia de rumbo; ya sabes que es mejor aceptar las condiciones de ellos. Ya no había más banquina, cada vez que un camión venía por detrás tocando bocina, “era mi obligación tirarme fuera del asfalto contra las piedras, contra una zanja, contra lo que sea”. Yo estaba de más en esa ruta y tenía que dejar pasar a cada camión.
Recuerdo llegar a la cima, suspirar y decir, ya no quiero subir más. Me tomo unos minutos para recuperarme, después de sentirme entre la espada y la pared durante varias horas. Luego vino el descenso como recompensa, con el viento que permitía evaporar la transpiración. Llego a un camping y me pongo a reparar el colchón que tenía 7 pinchazos en total; la noche anterior, sin verlo, había dormido sobre unos vidrios rotos y unas ramas. El dueño del camping me cobra 3 euros y además me ofrece un plato de pasta. Me advierte que el agua no es potable y no hay agua caliente, pero que puede darme una olla con un poco de agua hirviendo para bañarme. Me baño sentado en una roca con 2 baldes de agua. Lo sentía como el baño más reparador que había tenido en mi vida. Pude dormir 7 horas.
Tormenta de arena
(Al tercer día) me despierto y la rueda trasera estaba completamente desinflada. La inflo y salgo lo más rápido posible mientras pienso que hoy va a ser un gran día, estoy muy descansado. Luego de cruzar esta última parte de Atlas, llego a TanTan, conocida como “Las puertas del Sahara”. El viento era insoportable, soplaba en contra y cruzado. Calculé en ese momento una velocidad constante de viento de 30 km/h con ráfagas de hasta 70 km/h. Incluso caminar era difícil, tenía miedo de caer frente a un camión. Caminé durante 3 horas. Observaba que la arena estaba suspendida en el aire; en ocasiones, ráfagas de arena voladora me golpeaban, causándome una sensación de ardor en la piel y mucha tos. Cubrí mi boca con la única otra remera que tenía y atravesé TanTan; ya no sabía cómo hacer para respirar ni para abrir los ojos, ya que la arena entraba por todas partes. No era consciente de que estaba atravesando una tormenta de arena.
Levanté la vista y ahí vi una de las imágenes más aterradoras de este viaje: el horizonte estaba compuesto únicamente de arena en movimiento. No se distinguía entre el suelo, el aire y el cielo; todo eran montañas de arena. En ese momento pensé, “¿Dónde me he metido?” Yo creía que esto iba a ser más fácil… ¿Cómo pude pasar por alto esto en mi planificación? En mi cálculo, tendría viento a favor todo el tiempo, pero esto era literalmente imposible. Los camiones se detienen y me preguntan hacia dónde voy. Intento explicar que estoy intentando establecer un récord mundial, pero nadie parece entenderme. Me dan agua y se van.
The police
(Al final de lmi cuarta jornada,) a las 11 pm, llego a las puertas de la ciudad de Laayune. Un grupo de policías amables me detiene. 100 metros más adelante, militares me paran; ya no tan amables, me piden el pasaporte y me hacen muchas preguntas. Lo más extraño es que, a 100 metros de allí, me paran otros militares, pero estos estaban bastante armados y no mostraban ninguna sonrisa. Me apuntan con linternas en la cara y me preguntan por mis documentos, por qué estoy aquí y por qué a esta hora. El interrogatorio es extenso y luego me dejan ir. 100 metros más adelante me paran nuevamente policías. Ya no entendía nada. Pregunto por qué me paran tantas veces y qué está sucediendo. Me responden que son controles normales, para garantizar mi seguridad. Sin darme cuenta, había cruzado el área en disputa entre Marruecos y Sahara Occidental). Dependiendo de a quién le preguntaras, había cruzado una línea fronteriza entre dos países.
Mad Max
(Al quinto día) despierto rodeado de hombres y escenas que parecen sacadas de una película de Mad Max: animales muertos, jeeps, camionetas y motocicletas destrozadas con piezas esparcidas por todas partes. Parece un desguace con carpas en medio. Me levanto muy tarde ese día debido a la acumulación del viento en contra, lo cual me ha dejado con una gran fatiga física.
El sistema tubeless de la bicicleta deja de funcionar y tengo que reemplazarlo por una cámara de aire convencional. También aprovecho para limpiar el grupo de tracción en una gasolinera con diésel, ya que la arena ya no me permite cambiar de marchas correctamente. Pierdo mucho tiempo realizando estas reparaciones y limpiezas. Debido a la tormenta de arena, algunas partes de la carretera tienen un carril reducido y se convierten en un solo sentido, ya que las máquinas topadoras están retirando la arena de la carretera. Parece como si el Sahara estuviera “comiéndose” la ruta. Finalmente, encuentro un camping y duermo alrededor de la medianoche.
(En la séptima jornada) me despierto antes del amanecer y soy muy consciente de que estoy retrasado. A partir de este momento, no puedo permitirme perder tiempo en nada. Desayuno rápidamente y me subo a la bicicleta. Creo que solo saqué una foto ese día. Cruzo el Trópico de Cáncer y pincho la rueda trasera dos veces. Ahora uso una cámara de aire, así que tengo que limpiar y reparar la cámara, que está sucia por el líquido tubeless. Duermo en un pequeño pueblo donde la gente espera antes de que abran la aduana para cruzar a Mauritania. Estoy un poco preocupado por “No Man’s Land”, ya que mañana cruzaré uno de los pocos territorios en conflicto, donde ningún país lo reclama como propio. Por lo tanto, son 5 km donde no hay leyes ni gobierno que rijan ese territorio.
No man’s land
Me despierto antes del amanecer y me dirijo directamente a la frontera. Desayuno un pan con huevos y veo un cajero automático. Pienso que es mejor sacar dinero en efectivo en Mauritania para evitar problemas con el tipo de cambio. Sin saber que esta sería mi última comida con mi último dinero en más de 500 km.
Llegar en bicicleta a una frontera en el Sahara tiene la ventaja de que te dejan pasar adelante sin hacer cola bajo el sol. Pero ser blanco tiene la desventaja de que quieren entender realmente lo que estás haciendo y asegurarse de que no seas una amenaza para ellos o un problema internacional. Cruzo “No Man’s Land” y del otro lado me encuentro con nada más y nada menos que la Guardia Civil Española. Ellos estaban caminando, hablando y saludando a la gente. Quería abrazarlos, pero decidí limitarme a darles la mano. Estaban muy contentos de verme y se reían, preguntando cómo llegué hasta allí. Mientras hablaban, tomaban jugo de naranja en vasos de vidrio, dos cosas que no había visto en más de 1000 km. Les expliqué mi situación de récord mundial y les pregunté si sería seguro seguir de noche. Me dijeron: “Ya llegaste hasta aquí, así que sabes dónde estás y cómo funciona esto. Ve tranquilo, no te pasará nada. De todos modos, vamos a informar al jefe de los militares de Mauritania y veremos qué dice”. El jefe militar de Mauritania vino y dijo: “De noche no puedes continuar en bicicleta, es peligroso. Cuando veas militares de noche, quédate allí”.
Mis días más difíciles: Mauritania
Pago una visa de 55 euros, que no puedo pagar con tarjeta, y me quedan solo unos 5 euros en efectivo. Un militar me dice que no me preocupe, que a 45 km hay un pueblo donde puedo usar mi tarjeta.
Ese día la temperatura rondaba los 50 grados. Llego al pueblo y resulta ser uno de los más pobres que he visto, con camellos muertos abandonados en la carretera. Ni siquiera los han enterrado. Compro algunas bebidas mientras reviso el mapa. Hay una gasolinera a 80 km y luego un pueblo a 200 km. La gasolinera está abandonada.
No tengo agua y comienzo a pedir bebidas a los militares y policías que me detienen. Llego a la ciudad a media noche; el nombre de la ciudad solo está en árabe en los carteles.
Ningún cajero automático funciona. Unos niños, junto con una persona mayor, me ayudan. Los niños se autodenominan los guardias del ATM y me muestran los 3 cajeros automáticos que hay, ninguno de los cuales funciona. Me dan algo de su escasa comida y agua. Me dicen que no me preocupe, que puedo dormir en la mezquita. Me presentan al guardián de la mezquita, que parece un imán, y a las 3 de la madrugada me recibe y, como todos los hombres religiosos, habla varios idiomas, incluido el inglés con fluidez. Le cuento mi situación y me dice que soy bienvenido, y me muestra un lugar donde puedo dormir junto con otras 20 personas. Era el patio de la mezquita. Me acuesto en mi bolsa de dormir, miro al cielo y veo un millón de estrellas.
(Al principio de mi novena jornada) me despierto con la llamada a la oración islámica a las 5 AM. Nunca antes me había sentido tan dolorido muscularmente. Mi cerebro estaba en piloto automático, ya no respondía, solo sabía que la solución estaba adelante. No tenía comida en el estómago y mi cuerpo comenzó a consumir no solo grasa sino también mis propios músculos como fuente de energía. Compro 2 panes con los últimos 20 centavos que me quedan y no me bajo de la bicicleta hasta llegar a la capital de Mauritania, Nuakchot. Llego a Nuakchot a media noche. Ningún cajero automático funciona, encuentro un hotel donde hablan inglés, les cuento mi situación y me dicen que no me preocupe, que me quede a dormir y vea cómo soluciono las cosas mañana. Pregunto por comida, pero me dicen que ya es muy tarde. Me voy a dormir sin comer.
(A la mañana de mi décima jornada) me despierto en el hotel a las 6 AM y comienzo a enviar mensajes a amigos que trabajan en diversas ONG de África. Finalmente, logro que una amiga de un amigo me dé 200 euros en efectivo y le transfiero el equivalente a su cuenta en Europa.
Tan pronto como recibo el dinero, compro un plato de arroz con pollo en el primer lugar que encuentro. Pero, poco antes de terminar de comer, empiezo a sentir un fuerte dolor en el estómago y salgo corriendo al baño. Mi cuerpo reacciona con una diarrea que llega quince minutos después de comer. Me estoy envenenando con carne en mal estado. Quedan menos de 48 horas para recorrer 600 km y decidir si rompo o no el récord mundial anterior. No puedo permitirme perder más tiempo. Compro algunos víveres para no detenerme más hasta la meta final.
Salgo muy tarde y físicamente agotado. A las 10 PM, empiezo a marearme en la carretera, y a las 11 PM, habiendo recorrido solo 50 km, me detiene un control militar. Me piden el pasaporte, me llevan al jefe y él me dice que no puedo continuar por mi seguridad; tienen esa orden y debo quedarme ahí. Para mí, es una especie de salvación, ya que ya estaba comenzando a sentir fiebre.
Los hermanos Rosso
(Al principio de mi undécima jornada) un hombre árabe con un turbante verde oscuro y una ametralladora me despierta. Muy amablemente dice: “Son las 7 AM, ya puedes irte… parece que estabas muy cansado”. Antes de que me vaya, me da algo: un pan mordido y un mango.
Comienzo a pedalear hacia Rosso, conocida por ser la frontera más corrupta de toda África, administrada por dos hermanos. Llego a las 5:45 PM, justo 15 minutos antes de que cierre. Pago alrededor de 70 euros en sobornos y cruzo a Senegal en una canoa motorizada.
Del lado de Senegal ya no hay árabes, pero parece que he entrado en algún tipo de infierno. Solo veo gente vestida con uniformes militares y de policía a medias, porque en realidad ninguno es militar ni policía. Hay muy pocas mujeres, casi todas son prostitutas. No hay ningún tipo de recolección de basura, así que las moscas están en todas partes. Además, el alcohol es de venta libre en Senegal, lo que amplifica aún más la decadencia de ese lugar.
Una Coca en el prostíbulo
Me encuentro con un hombre blanco que me grita con acento español: “¡Oye! ¡Te vi en el Sahara! ¡Has cruzado el Sahara! ¡Estás loco!”. Era un camionero de casi 70 años que compraba camiones en Europa y los vendía en África. Según él, me había visto durante los últimos 1500 km. Le propongo tomar un café juntos, pero eso no existe en Rosso. Él me dice: “Aquí solo hay dos prostíbulos”, así que vamos a uno de ellos a tomar una Coca-Cola. Allí le muestro los mapas y le cuento mi travesía. Siendo las 8 PM y habiendo recorrido ya 250 km, él me convence de que no puedo descansar en Rosso. Si quiero romper el récord mundial, debo hacer al menos 100 km más ese día o antes de dormir. Le doy un abrazo y sigo adelante, enfrentando el viento de frente en dirección a Saint Louis.
Día 12, el último día
Me despierto a las 8 AM. A pesar de ver que he perdido mucho peso, al ponerme la ropa me doy cuenta de que algo anda mal. A pesar de eso, me siento bien y sé que es el último día. No desayuno, el dolor en el estomago me hace olvidar que debo comer.
Salgo directamente y enciendo el GPS. Pero recuerdo que no hay internet debido a un intento de golpe de estado y el gobierno cortó el servicio. Así que no sé cómo llegar a Dakar. No lo pienso dos veces y sigo en dirección sur, preguntando a la gente cómo llegar a Dakar. Todo el camino es en contra del viento.
Paso por barricadas y veo señales de incendios de la noche anterior. Algunas calles todavía están bloqueadas y algunos niños me detienen, amenazándome con palos y arrojando piedras y botellas. Un niño me roba una botella de agua. La gente está furiosa en las calles y a medida que me acerco a la capital se vuelven más agresivos y menos dispuestos a ayudar. Estoy a punto de llegar me faltan pocos kilómetros.
Dos amigas se suben a un taxi y me guían hasta el Monumento del Renacimiento Africano.
Con ellas dos como testigos, establezco el nuevo récord: el cruce más rápido del Sahara, desde Marrakech hasta Dakar.
12 días, 22 horas y 44 minutos.
*El cambio de ruta fue propuesto y aprobado por Guinnes World Record. El rácord ha sido enviado a revisión, junto con toda la documentacion requerida por las autoridades del Guinness, para ser oficial, un proceso que Guinness demora aproximadamente entre 4 meses y 1 año para aprobarlo como oficial o rechazarlo, en ca. En caso de no ser aprobado será un récord no oficial.
Cicloturismo
Bicivolador Turístico: un viaje inolvidable por la historia y la belleza rural de Navarro y Las Marianas
En un mundo cada vez más conectado digitalmente, a veces olvidamos la riqueza y la magia que nos ofrece el mundo rural. Es en estos rincones apartados donde se esconden tesoros ocultos y experiencias auténticas que nos transportan a un pasado lleno de historias fascinantes y paisajes cautivadores. En este contexto, el proyecto denominado Bicivolador Turístico emerge como una ventana única para explorar los encantos de los pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires, combinando la pasión por el ciclismo con el descubrimiento de la historia, las costumbres y la gastronomía local.
Dentro de este emocionante proyecto, la localidad de Navarro se presenta como uno de los destinos destacados para el próximo mes de octubre. Situada en el corazón de Buenos Aires, a unos 110 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, esta encantadora localidad cautiva a los visitantes con su rica historia y su escenario natural. Durante tres días y dos noches, los entusiastas del ciclismo y los aventureros podrán sumergirse en una experiencia enriquecedora, que combina el esplendor rural con una presentación exclusiva de degustación de vinos, un recorrido rural al pintoresco pueblo de Las Marianas y un fascinante recorrido urbano por la localidad de Navarro.
Navarro, con su laguna municipal y su arquitectura antigua, es una joya histórica que ha resistido el paso del tiempo. Sus edificios antiguos y su encanto tradicional nos transportan a épocas pasadas, permitiéndonos revivir la grandeza y la sencillez de las generaciones anteriores.
Durante el recorrido urbano, los participantes tendrán la oportunidad de descubrir los tesoros ocultos de la ciudad, visitando lugares emblemáticos como la Parroquia San Lorenzo, el Parque Histórico Dorrego, la Estación Trocha Museo Ferroviario, la Réplica del Fortín y el Museo Palentológico, entre otros.
Pero el encanto de Navarro no se limita solo a su ejido urbano sino que en las afueras el esplendor natural toma protagonismo, ofreciendo un espectáculo visual que deleitará a los amantes de la naturaleza. El recorrido rural hacia el Pueblo de Las Marianas invita a los cicloturistas a adentrarse en la belleza natural de este lugar pintoresco y evoca una serenidad que solo se encuentra en estos parajes rurales.
Pero la experiencia no estaría completa sin una muestra de la exquisita gastronomía de la región. En el corazón de Navarro, los afortunados participantes tendrán la oportunidad de disfrutar de almuerzos en lugares como “Lo de Irma” (viejo Hotel rural) y el “Almacén Museo La Protegida”.
En resumen, el proyecto Bicivolador Turístico se convierte en un pasaporte a la historia, la cultura y la belleza rural de los pueblos y parajes bonaerenses como lo son en este caso Navarro y Las Marianas. Esta experiencia promete ser un viaje inolvidable que alimentará los sentidos y rejuvenecerá el espíritu de aquellos que quieran escapar del ruido de las grandes urbes y buscan una conexión auténtica con la tranquilidad y seguridad de estos lugares. Así que preparate para pedalear, descubrir y dejarte cautivar por la magia de la Argentina rural en Bicivolador Turístico.
Esta propuesta te invita no solo a pedalear por caminos rurales sino también a que te lleves información de la historia del lugar que visitarás e imágenes hermosas que te harán olvidar de la rutina y el acelere al que estamos acostumbrados…
PD: Bicivolador Turístico no se limita a Navarro…Ya se están diagramando experiencias para las localidades de Mercedes y Suipacha, asi que estate atento.
Para obtener más información sobre el proyecto Bicivolador Turístico y reservar tu lugar en la experiencia en Navarro, visita en instagram @bicivolador_turístico o comunícate con el celular 2324-500438.
Los cupos son limitados, así que asegúrate de reservar con anticipación para no perderte esta aventura única.
Por Mauro Lambert
ABC
Seguros Rivadavia ofrece variedad de coberturas para la bicicleta y el ciclista
Todos estos planes amparan la pérdida total por robo de la bicicleta, el daño total y parcial (tanto en Argentina como en el exterior, si se opta por contratar la extensión de cobertura), accidentes personales para el ciclista y responsabilidad civil ante cualquier accidente que sufra circulando y que pueda provocar daños a terceros, el robo de efectos personales o equipos portátiles electrónicos que porten en bolsos o mochilas en circunstancias de uso de la bicicleta.
En suma, las siguientes son las coberturas básicas:
• Robo total.
• Muerte accidental.
• Invalidez total y parcial permanente por accidente.
• Gastos de asistencia médico-farmacéutica por accidente.
• Cobertura de responsabilidad civil del ciclista.
Y estas coberturas se complementan con una importante gama de servicios adicionales sin cargo para el asegurado.
Pueden acceder a estos planes bicicletas fabricadas desde el año 2000 en adelante.
Para más información: www.segurosrivadavia.com | 0810-999-3200 | info@segurosrivadavia.com
O bien, contactarse con cualquiera de los Productores Asesores de Seguros Rivadavia en todo el país.
Cicloturismo
Cruzando África en bicicleta
Tras conquistar Europa en tiempo récord, un intrépido Youtuber español de ultra distancia, Juanma Mérida, se encuentra en Ciudad del Cabo tras completar su desafío de cruzar el continente africano en bicicleta. “En menos de un año he cruzado dos continentes, 36 países y más de 25.000 kilómetros. Un reto deportivo único en el mundo que me gustaría dar a conocer”, señala Juanma, puesto que hace unos meses cruzó Europa a través de 27 países en tan solo 100 días.
El 16 de enero de 2023, Mérida inició su travesía desde Alejandría, Egipto, con el plan de llegar a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el 15 de junio, tras haber completado una ruta salvaje de aproximadamente 12.000 kilómetros en 150 días.
Según nuestro protagonista, cada etapa de su viaje ha estado llena de experiencias inolvidables y desafíos inesperados. En Egipto quedó sorprendido por la vida en las zonas rurales, sintiendo que retrocedía en el tiempo hasta la Edad Media. Aunque el país es conocido por su historia y majestuosas pirámides, Mérida descubrió momentos peligrosos lejos de las zonas turísticas, los cuales ha compartido en su popular canal de YouTube y en su próximo libro.
Durante su paso por Sudán, el ciclista se enfrentó al desierto más grande del mundo y disfrutó de la tranquilidad absoluta que ofrece. A pesar de la generosidad y amabilidad de la gente, lamentó la situación política que ha sumido al país en otra guerra civil. Afortunadamente logró escapar antes de que estallara el conflicto.
Sin lugar a dudas, Etiopía se convirtió en el país más desafiante de su aventura. No solo tuvo que enfrentarse a duros puertos de montaña, sino también al acoso verbal e incluso físico por parte de algunos habitantes. Además, fue testigo de la pobreza y las difíciles condiciones en las que viven millones de niños en el país.
El contraste fue evidente al llegar a Kenia, un país desarrollado, donde Mérida pudo disfrutar de supermercados repletos de variedad y tuvo la extraordinaria oportunidad de alimentar a una jirafa de 5 metros de altura.
En Tanzania, experimentó la esencia misma de África tal como la imaginamos en Occidente: mujeres equilibrando cargas en sus cabezas con una habilidad impresionante, hombres trabajando la tierra sin maquinaria y niños jugando en un paisaje tropical hermoso. Durante una desviación hacia la paradisíaca isla de Zanzíbar, se encontró cara a cara con una leona salvaje cerca de la frontera del siguiente país, un momento aterrador que logró superar con vida…
Zambia le regaló paisajes salvajes y la oportunidad de admirar las Cataratas Victoria en todo su esplendor, junto con la proximidad de animales salvajes como jirafas, elefantes y zebras.
En Botsuana, Juanma Mérida enfrentó uno de sus mayores desafíos. Encontrar agua, comida y un lugar seguro para dormir se convirtió en una tarea extremadamente difícil. Acampar en cualquier lugar era considerado un verdadero suicidio, debido a la presencia de leones y guepardos en los alrededores.
Namibia fue otro gran desafío. Esta vez tuvo que superar su famoso desierto y transitar durante muchos kilómetros por carreteras sin asfaltar.
Para colmo, al llegar a Sudáfrica se encontró con el húmedo y frío viento oceánico de esta parte del país donde el invierno empezó hace semanas.
“Este es mi segundo invierno en el mismo continente con menos de 5 meses de diferencia”
Este intrépido Youtuber ha superado todos los obstáculos en su camino, demostrando su valentía y determinación para cumplir sus sueños.
Para aquellos interesados en seguir esta increíble travesía o conocer más sobre las experiencias de Juanma Mérida, pueden encontrarlo en su canal de YouTube, donde comparte emocionantes videos de sus encuentros y desafíos en cada país.
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