Deporte y Entrenamiento
Las fotos y un magnífico relato de la Vuelta del Porvenir femenina corrida en San Luis
Entre el 9 y el 13 de febrero pasados se corrió en San Luis la Vuelta del Provenir, una carrera de ruta por etapas en las que hubo una sección masculina y una femenina. De esta última trata esta vívida crónica.
El Porvenir de las ladies
Por Sofia Enecoiz
El Merry móvil viaja hacia la tierra prometida de San Luis, capital del ciclismo. Atraviesa la lluvia y de fondo suena un éxito tras otro de Alejandro Sanz. Viajo otra vez con Mariela y Sofía, ahora las dos forman parte del mismo equipo, el Weber Shimano Ladies Power.
El ciclismo es federal, nos obliga a viajar por todo el país. Las chicas se turnan para manejar, yo voy de observadora. A último momento surge la posibilidad de ir a cubrir la Vuelta del Porvenir y se concede mi sueño de ser prensa oficialmente. Hacemos una parada para dormir en un típico hotel de camioneros en la localidad de Vedia, llegamos por la noche, parece un pueblo fantasma. Los pisos del hospedaje están alfombrados, detalle que me hace conectar con cualquier verano de mi niñez en la costa. Dormimos las tres en un cuarto con tres camas y un ventilador que nos sobrevuela; emite el sonido blanco que ayuda a conciliar el sueño. Hay un detalle que me llama la atención: ambas corredoras utilizan grabaciones de meditaciones para ir a dormir. Me pregunto si eso me serviría a mí en una situación de concentración, nunca lo probé, mi meditación es el rumiar de las alas del artefacto destartalado.
Partimos a la mañana. Me levanto más temprano que ellas, bajo al desayunador y para mi sorpresa no estoy sola; varias parejas de hombres me imitan tomando café y comiendo medialunas. Adivino: han de ser choferes que, como Mariela y Sofía, se turnan en largas jornadas de carretera. Cuando bajan, las chicas comienzan la ingesta de hidratos. El desayuno es pobre en frutas.
El segundo tramo del viaje se hace corto. Coincidimos las tres en que parar y dormir ha sido una idea estupenda. Mariela y Sofía hacen contenido para las redes, las personales y las del equipo, analizan el perfil de la carrera, la lista de corredoras inscritas, hasta que un cartel nos sorprende: San Luis, reza el arco que vigila la entrada a la provincia. Dos columnas de piedra gruesa custodian a los lados de la ruta. Al traspasarlas el ingreso se hace efectivo.
Decidimos almorzar antes de llegar a Juana Koslay. Encontramos un comedor rutero para nada elegante, con una moza desmemoriada del menú.
Los deportistas y la comida son un tema aparte. Previo a la competencia las restricciones alimenticias son necesarias: continúa la carga de hidratos. Pedimos unos ravioles, ellas con aceite porque mejor no correr ningún riesgo estomacal, yo me animo y pido un tuco, que en realidad no es más que la salsa de estofado a la que le han quitado la carne. No tengo un paladar tan inocente y reconozco el dejo de la grasa de algún animal en mi plato.
Sofía y Mariela paran en el Ave Fénix, un club que hospeda deportistas de todos los rubros, ubicado sobre Avenida del Viento Chorrillero, en Juana Koslay. Allí la organización destinó cuartos para todos los equipos femeninos que participarán de la jornada de dos días de la Vuelta del Porvenir. Hay algo particular en la ubicación de este nuevo hospedaje: el chorrillo. Es el nombre de la geografía puntana donde va a tener lugar toda la carrera, tanto masculina como femenina, y su viento, el chorrillero, es además un elemento clave en el deporte que se va a desarrollar a lo largo de estos días. El chorrillero, a pesar de las molestias que ocasiona a los ciclistas, reporta beneficios no despreciables: en la época de los fuertes calores, como el verano que transitamos, sopla atemperando el clima. Al parecer, nosotras llegamos con el aliento fresco que mueve a los chorrillos entre las piedras de los ríos secos de San Luis.
Al día siguiente es la carrera, primera etapa. La noche previa, las Ladies tienen charla técnica con el director del equipo, el Pampa Ferrari. Yo me hospedo en otro lugar, con representantes de prensa, pero también me preparo: apilo la ropa en un rincón del cuarto. Mañana 6 de la mañana arriba, directo a la largada, gracias a Verónica, manager del equipo, que me asegura un lugar en el auto de auxilio de la Ladies. Es mi primera vez en una caravana.
La primera etapa
El sábado amanece frío y despejado, casi como si no fuese febrero en la provincia puntana. Me arrimo hacia la largada y veo el amanecer entre las incipientes montañas. Sin embargo no estoy segura de que San Luis tenga picos de cordillera, son como el inicio de otra geografía que se desarrolla con mayor intensidad en Mendoza.
El arco de largada tiene impreso el nombre de la Vuelta, esta es la segunda edición. Ubico al equipo, sus corredoras, auxiliares y autos; al principio pienso que voy a ser inservible, que solo vine para mirar y retratar situaciones. Cuando Gustavo, mecánico y asistente del Ladies, me da su cámara y me dice si puedo sacar algunas fotos durante la carrera me doy cuenta que mi rol va a ser otro.
Las corredoras están, en su mayoría, acompañadas por algún miembro familiar. Las junior directamente viajan con todo el entorno: madre, padre, hermanos y hermanas. Las corredoras madres han traído a sus hijos. El ciclismo es familia, escuché decir una vez en Lanús y acá, a cientos de kilómetros de las casas de cada corredora, se comprueba. Cada una de ellas tiene un pequeño ritual: una madre hace una trenza con el pelo de su hija que sobresale del casco, el padre de otra le pasa un trocito de banana perfectamente fraccionado con antelación, el técnico les arrima sus caramañolas especialmente cargadas con lo que toma cada una. Sanguchitos de membrillo, sobran.
Ordenamos la chata, Gustavo le pone el número 7 a la parte trasera; buena suerte, pienso yo. Nos acompaña el enredo de ruedas, bicicleta de auxilio y la tensión, sobre todo la tensión de estar a punto de largar.
El equipo se acomoda en la largada y Gustavo recoge las camperas de todas sus corredoras. Larga la primera etapa del Porvenir y nosotros atrás, una larga fila de autos, la famosa caravana. Hay un orden, una idiosincrasia diré, que seguir: adelante de todo, detrás del pelotón, están los comisarios repartidos en dos vehículos: uno en moto, el otro en un auto. Luego, siguen los autos de auxilio neutral que, por alguna razón que desconocemos, se han ubicado detrás de los comisarios, aunque por lo general van al fondo de la caravana, cuando ya no hay otro auxilio posible. Después, seguimos nosotros, los autos de los equipos, en fila según el número que ha tocado por sorteo el día previo. El 7, dentro de todo, es una buena posición. Fantaseamos que podremos ver la carrera, aunque en realidad solo veremos partes.
Maneja la chata el padre de Vane, una de las corredoras, un cordobés simpático y por demás relajado; en el asiento de acompañante va Gustavo, imagino que debe haber sido corredor también, y que por lo flaco y chiquito que es seguro ha subido bien más de un puerto. Hay tensión entre ellos, siento que a Gustavo le gustaría estar manejando, da indicaciones, le recuerda al padre de Vane que no tiene que pasarse a la mano izquierda, la caravana siempre por derecha. Cuando el auto agarra una bajada y el pelotón una subida lo vemos, a lo lejos, como una nube compacta multicolor de cabezas encascadas; es en uno de esos subibajas que me parece ver a Mercedes Fadiga levantar la mano: pide auxilio. Me sorprendo un poco de mí misma: cómo puedo reconocer a alguien en ese mundo de piernas y manubrios apretados, pero al mismo tiempo pienso que Mechi es bastante particular, reconocible entre la multitud.
El auto de auxilio se prende fuego; Gustavo le grita con todo al padre de Vane: ¡Ahora sí, por la izquierda! Pasamos por lugares imposibles, abriéndonos camino a los bocinazos. Mechi, que ya está siendo auxiliada por un auto neutral, le grita a Gustavo que dale, que se apure, que ahora ya está, y él, que llega tarde, no logra ponerle la rueda que se merece la campeona argentina de ruta. En un segundo Mechi se sube al sillín y Gustavo empuja y corretea a su lado. Ahora tenemos que alcanzarla a la caravana. Mercedes trepa como solo había visto en televisión, en carreras pro tour, es como si lanzara una telaraña que la acerca a los autos. Mariela Delgado baja para buscarla, para ayudarla a conectar con el pelotón, y ahí van, en la danza de la caravana, como dos gitanas que conocen la coreografía a la perfección.
La carrera se vuelve paisaje: aparece el dique La Florida con sus ondulaciones y el pelotón se estrella contra el fondo azulado de puentes carcomidos por el tiempo. Más de una corredora pincha en ese terreno. Las pasamos, esquivamos a los autos de otros equipos que también las auxilian, que sufren lo que sufrimos nosotros al principio de carrera. Gustavo reconoce qué corredora es capaz de alcanzar nuevamente al pelotón y qué corredora va a terminar con el coche escoba. Por momentos dice: esta chiquita tiene miedo, con esa cadencia no va a llegar.
En el murallón del dique presenciamos el ataque de Lola Rodríguez, la experimentada corredora del Club Ciclista del Plata que viene de ganar el Tour Femenino Internacional de Uruguay, una carrera casi obligatoria en el calendario femenino de América del Sur. El momento de quiebre está en esa subida, es el único tramo en el que puede romper al pelotón. En el auto discutimos que si la fuga no se arma acá el sprint va a ser masivo. Hay una reducción pero no es definitiva, las que quedan colgadas aún pueden acoplarse y el pelotón mayoritario todavía conserva una buena cantidad de corredoras, unas 25 de 70. Para mi sorpresa, la meta montaña se la queda Eliana Tocha, algo en lo que voy a pensar ahora y a futuro, intentar comprender cómo la sprinter del grupo gana esa posición.
La bajada no la vemos, me contarán después que fueron rápido, algunas tocan los 70 km/h. El pelotón ingresa en la zona de la rotonda de El Durazno, una ruta arbolada, en gran estado y rápida. Allí se define la meta sprint, que tampoco la vemos. Nos acercamos al auto del Pampa, que nos hace señas, y con una sonrisa nos dice: la ganó Mariela. Festejamos, a falta de radio tour los datos van y vienen entre vehículos. Me la imagino a Delgado apretando el manillar y mostrando los dientes; quizás la lanzó Sofi, pienso.
Ya se termina, les comento a Sergio, el conductor, y a Gustavo, ¿Ya? me responden. Y sí, quedan menos de 20 kilómetros. Acá veo la diferencia entre las Ladies y la mayoría de los otros equipos: llegan juntas al final. Sofía ya me había dicho: vas a ver que nosotras vamos a ir juntas adelante y así las veo en el último kilómetro: armadas, formando una estela con los mismos colores. Sin embargo sus diferencias físicas me dejan reconocer a cada corredora por su nombre. Se desprenden en los momentos justos: 1 kilómetro, 700 metros, 500 metros, 300 metros, 200 metros y los 100 metros finales son de la sprinter, la locomotora Tocha, que pasa la meta con las manos en alto y una sonrisa de oreja a oreja.
Nosotros, desde el auto, tenemos un ángulo rarísimo, un perfil del sprint, las seguimos de costado, como un traveling cinematográfico y de hecho intentamos filmar: Gustavo y yo sacamos medio cuerpo de las ventanillas y agitamos nuestros celulares para captar ese momento, aunque ambos sabemos que es imposible. No lo vemos pero lo escuchamos, el relator nos cuenta que es Eliana la ganadora y que las Ladies se llevan los laureles de la primera jornada del Porvenir.
Segunda etapa
La segunda etapa de la Vuelta es incertidumbre para mí: aún no sé cómo voy a llegar a la largada. A diferencia de ayer, la etapa larga a 7 kilómetros de donde estoy parando. Descarto ir pedaleando, ya que voy a transitar el recorrido junto con el auto de auxilio de las Ladies, otra vez.
Bajo a desayunar con la idea de pedir un remís en la recepción. Hablo con la recepcionista antes de desayunar, quien muy amable me responde que ella se ocupa de conseguirme algo, que no es fácil pero que hará el intento. Las mesas del comedor están dispuestas en dos formas: las redondas son para los equipos (la prensa duerme en el mismo lugar que el Team Medellín, la selección de Chile, Swift Carbon Pro Cycling de Brasil, la selección de Paraguay y Construcciones Zea de Colombia) y las cuadradas para los mortales, que en su mayoría somos prensa.
Sentado, en la esquina del salón, lo veo a Enrike con k; así se va a presentar él momentos después. Toma un yogur con cereales y café, tiene ojeras como yo, de esas que vienen inherentes a uno, no importa si estamos cansados o descansados. Me presento y le consulto cómo va a llegar a la largada de hoy, me dice que le envíe mi teléfono, que me va a poner en una combi para prensa (otro sueño más en menos de 15 minutos). Conversamos sobre ciclismo, medios, referentes. Me comenta que trabaja para Voces del Ciclismo, un reconocido portal que suele entrevistar a los ciclistas ni bien se bajan de la bicicleta al terminar una carrera.
Termino mi café un poco ansiosa. Aún no sé si viajaré en la combi, en un remís o si tendré que improvisar algo, cuando bajan otros tres periodistas: José Luis Rojo Mallea, el reconocido fotógrafo que está en todas las grandes vueltas, y la dupla de Tiempo de Descuento: Marcela Dutto, fotógrafa también, y Sebastián Fernández, que no es ni más ni menos que el presentador y relator de toda la Vuelta del Porvenir. La combi, nos dicen por mensajito, queda cancelada. Me arrimo a esta mesa de trabajadores del ciclismo para garronearles un lugar en el auto. Se consultan entre ellos y, finalmente, me dicen que sí, que vamos a viajar apretados pero que no hay problema. Los veré trabajar a lo largo de toda la etapa, a diferencia mío ellos cubren todas las categorías, tienen una jornada de más de 12 horas de trabajo.
Llegamos a la largada y cada quien dispara para sus puestos. Otra vez tengo que buscar al equipo. Hoy estoy un poco más relajada, conozco a Gustavo, a Sergio, al Pampa. Los veo, todos juntos con las corredoras, que, por cierto, también están más distendidas. Hace más calor que el día anterior y la carrera para ellas ya no está en juego sino que deben asegurarla, mantenerla en sus manos. ¿Qué significa esto? Que tendrán que correr estratégicamente, como si antes no lo hubieran hecho también, pero ahora es otra decisión deportiva, el objetivo es controlar la carrera.
Esta vez el recorrido es un circuito que las corredoras tendrán que repetir tres veces. El día anterior fuimos a reconocerlo con algunas ciclistas: es rápido, con una meta montaña agresiva y una meta volante que aparece luego de una larga bajada. Antes de que larguen, el Pampa me pregunta si me estoy divirtiendo, que cómo veo la carrera. Le cuento mi inquietud: ¿cómo puede ser que la sprinter del equipo haya ganado las metas de montaña? Me cuenta que Tocha, además de estar en un gran estado de forma y de que estas carreras no suponen subidas largas y de mucho porcentaje, tiene mentalidad de ganadora. Él dice que, a pesar de sus jóvenes 16 años, Tocha se propone algo y va fondo, que el no pareciera no estar en su vocabulario.
Gustavo me pregunta si puedo ir yo a buscarles las camperas a las chicas que ya están en la largada; definitivamente ya me hicieron una más en este equipo. Aprovecho para sacarles unas fotos y ver sus caras con los nervios contenidos y un pie en el suelo antes de trabarlos en pedales. Mercedes, que está adelante de todo, al igual que el resto de sus compañeras mira al piso y justo antes de que toquen la chicharra y se escuche el clásico “vía, vía”, se persigna. Comienza la carrera.
Corro hacia el auto, Sergio y Gustavo ya están listos. Hoy tenemos una posición complicada en la caravana. Como el circuito es más trabado y justo delante nuestro queda una Transfer de San Juan, la visión está obstruida. Hacemos la primera vuelta en nuestro lugar, Sergio cada tanto se asoma por la izquierda para ver un poco más. Nada. Otro día sin radio tour, vamos ciegos, a la vieja usanza.
El Ladies deja ver su estrategia desde el inicio: imponen un ritmo muy fuerte, con el objetivo de que nadie pueda contraatacar, resguardan a Tocha para que pueda mantener el maillot de junior, la montaña y de la general, en una redonda furiosa. Gustavo propone que en la segunda vuelta nos ubiquemos en la subida larga que termina en el Peaje Perilago para dar abastecimiento. Parece una buena idea, ya que el equipo cuenta con un auto mejor posicionado en la caravana para brindarles auxilio. Cortamos camino en la rotonda de la YPF y bordeamos el Dique Cruz de Piedra, un embalse de agua que se lucirá en las fotos aéreas.
Sergio estaciona la camioneta bajo la sombra, Gustavo nos reparte botellas de agua para las corredoras y los tres preparamos nuestros celulares para filmarlas cuando pasen. Me ubico en el borde de la curva, pienso que es el mejor ángulo para retratar al pelotón y espero. A mi lado hay una familia numerosa; cuento: madre, padre, dos hijos, un bebé y alguien que adivino como tío. Juntos, entre neveras con pan dulce y avituallamiento para algún corredor, esperan sentados en sillas reposeras y analizan la etapa masculina del día anterior. Más adelante hay una van ploteada con la leyenda de una escuela de ciclismo. Sus dueños están tomando mate, también esperan a las corredoras.
Sergio le grita a Gustavo y como un eco me llega a mí: ¡Ahí vienen! A lo lejos, del otro lado del dique, las veo. Al principio son una mancha indistinguible, un tren de un solo vagón que avanza. Al acercarse los colores de cada jersey se encienden y las corredoras se vuelven individuos. En la punta ataca Lola Rodriguez, a esta altura es sin duda las más combativa de la montaña. Atrás, como una sombra que no se va a despegar, viene Sofía Martelli mordiéndose los dientes y yo no puedo no gritarle: ¡Dale, Sofi! Hay dos momentos por demás emocionantes para observar una carrera: un tramo de montaña y el sprint final. En ese momento me doy cuenta que esta carrera se reduce a esas dos situaciones. Martelli esconde tras su rueda a Tocha, la chiquita, la sprinter, y extrañamente se la ve contenta. No puedo decir por qué, pero pareciera que tiene una sonrisa en la cara. Arriba, luego del peaje, la ganadora es Nelismar Gómez, del Castaño Team.
Nos subimos otra vez al auto. Esta vez Gustavo propone ir a la puerta del Ave Fénix para otro avituallamiento. Les pido que me dejen en la rotonda antes de la llegada, preciso ver la definición de esta etapa en la meta sprint. Me bajo rápido, como si fuésemos un grupo comando y yo la criminal más buscada del condado. Ellos doblan en la rotonda para acortar camino, antes de que pasen las ciclistas. Camino bajo el sol, que hoy sí está tremendo y me arrepiento de haberme puesto pantalones largos; el clima de San Luis puede ser impredecible.
Me paro al lado de la mesita de los comisarios, quizás el único lugar con sombra en la zona de la terminal de ómnibus. Estamos bajo el techo del arco de llegada, busco la mejor posición para ver y grabar el sprint. A mi lado los jueces analizan números, anotan tiempos, se comunican por radio con el comisario que está en la carrera. Veo que Sebastián Fernandez tiene su celular en un trípode, lo suficientemente alto como para que yo me acuclille abajo y grabe desde un ángulo inferior la definición de la etapa. Le pido permiso y me ubico. Ahora esperamos, de oído nos van cantando por dónde pasa el pelotón: faltan 10 kilómetros, están en el peaje, ya van a doblar. Aparecen, la estampida final que pasa por entremedio del vallado. Traigo conmigo dos celulares, uno para filmar en cámara lenta y el otro normal. Me pregunto qué veré yo, si por las pantallas o el vivo.
El final es velocidad toda junta que se nos viene encima, como una ola a punto de romper. Tocha, Granizal y Aguirre quedan bien posicionadas para disputarse el primero, segundo y tercer puesto. Nosotros, los espectadores, vemos esa forma en la que se bambolean los cuerpos: de un lado hacia el otro, los codos flexionados que sacuden el manillar, la cabeza hacia abajo y por último el lanzamiento hacia adelante de la bicicleta, a ver quién pasa la línea primera.
La ganadora es Granizal. Incluso lo sabe microsegundos antes de traspasar la meta, pasa por el arco con las manos extendidas hacia el aire y siento que la escucho gritar. Luego, Tocha, y tercera Ludmila Aguirre. Tras ellas el resto de las ciclistas pasa con la inercia del embalaje. Un final apretadísimo, dice Sebastián, de Tiempo de Descuento, por el micrófono, y yo respiro, extiendo las rodillas y pienso: se terminó.
Por Sofia Enecoiz: sofiaenecoiz@gmail.com
Deporte y Entrenamiento
Campeonato Mundial de Gravel UCI 2025: un desafío épico en los paisajes de Limburg

Dutch Mathieu Van Der Poel pictured in action during the men elite race at the UCI World Gravel Championships, Sunday 06 October 2024, in Leuven.
BELGA PHOTO DAVID PINTENS (Photo by DAVID PINTENS / BELGA MAG / Belga via AFP) (Photo by DAVID PINTENS/BELGA MAG/AFP via Getty Images)
Originalmente previsto para los días 18 y 19 de octubre de 2025 en Niza (Francia), el Campeonato Mundial de Gravel UCI fue finalmente reubicado, debido a “dificultades de organización” y calendarización, en la región del Zuid-Limburg (Limburgo Meridional), Países Bajos, con fechas definitivas los días 11 y 12 de octubre de 2025.

Un entorno ideal para el gravel
Limburgo del Sur, galardonada en 2016 con la etiqueta UCI Bike Region, acumula una sólida trayectoria como anfitriona de grandes eventos ciclistas: cinco mundiales de ruta y un campeonato de ciclocross. La elección de esta región no fue casual: sus ondulantes colinas, pistas forestales y caminos rurales conforman un terreno ideal para una prueba tan exigente como la gravel.
Recorrido técnico y exigente
El trazado definitivo presenta un circuito de aproximadamente 50 kilómetros que combina diversas superficies—grava, caminos rurales, senderos forestales y tramos pavimentados de transición—y cuatro ascensos cortos de entre 500 y 1 500 metros.
Uno de los puntos álgidos de cada vuelta es la exigente subida del Diependaalsweg, que aparece alrededor del kilómetr 40 e incluye tramos arenosos. Además, en el bucle final hacia Maastricht, se presenta la ascensión clave: el Bronsdalweg, un kilómetro con una pendiente media del 7.2 % y puntas de más del 8 %, casi íntegramente por grava, a solo 14 kilómetros de meta.

Formato de las carreras
La competencia elite femenina (131 km) incluirá 2,5 vueltas al circuito, mientras que la élite masculina (180 km) completará 3,5 vueltas. Además, se disputarán pruebas en 13 categorías de edad (amateurs) durante ambos días.

Los protagonistas
En el torneo participarán los actuales campeones del mundo Mathieu van der Poel (élite masculina) y Marianne Vos (élite femenina), ambos de los Países Bajos.
Eventos
Trasmontaña 2025 – Crónica desde La Sala, barro y todo

Por Pedro Piusselli
Este domingo, La Sala fue epicentro de una batalla de barro y espíritu biker: la edición 31 del Trasmontaña convocó a casi 2.500 riders, que salieron desde las 8 de la mañana con sus bicis listas, las cubiertas ya amasando tierra y ganas de correr en el cuerpo.
Desde la primer vuelta de pedal se adivinó que el circuito iba a marcar la jornada. Mucho barro acumulado, senderos resbalosos, trepadas que exigían todo y bajadas que pedían tomar decisiones rápidas para no terminar en el pasto. Claro, también hubo momentos de vértigo y esos descensos que te dejan el corazón en las manos.
Triunfo inesperado en Élite Caballeros
En Élite Caballeros, y en una carrera que quizá pocos veían venir, Agustín Durán (San Juan) junto a Juan Ignacio Goudailliez (Mendoza) cerraron la general como nuevos campeones del Trasmontaña, rompiendo el dominio de Macías/Contreras que venían de cuatro títulos seguidos.
Durán, extenuado pero feliz, lo definió con una frase que resume el alma del MTB: “Es una carrera muy dura… pero al final lo disfrutamos por completo”. Y Goudailliez agregó, casi riéndose de lo vivido: “Me enredé entre dos árboles y perdí unos segundos, pero quedé muy contento”.
Dominio en Élite Damas
Entre las Damas, el título de Élite fue María Emilia Filgueira y Leila Luque, quienes ratificaron su potencia y temple en medio de un trazado que exigió técnica y resistencia por igual. Con ritmo constante y bajadas sin titubeos, se quedaron con la categoría y sumaron una página más a la historia grande del Trasmontaña.
Un mito entre nosotros
Y si todo eso ya era llamativo, apareció un nombre que parece de otra era: Ned Overend. Por primera vez en Argentina, el primer campeón mundial de cross country corrió el Trasmontaña. Verlo pedalear entre la senda tucumana a sus 69 años en dupla con Martín Ariel Santos fue una de esas postales que te recuerdan que el amor por este deporte no envejece.
Eventos
Salta: el Desafío de las Nubes sigue creciendo
La 11ª edición del Desafío de Las Nubes volvió a elevar la vara y se consolidó como la carrera más convocante de Salta, con más de 1.500 bikers y una participación nacional que dejó las generales en manos del las provincias del Noroeste argentino gracias a Claudia Maldonado, Agustina Apaza, Luciano Gay y Leonardo Calvimonte.
Cada mes de junio el Desafío de Las Nubes es una cita obligada para la comunidad biker y 2025 no fue la excepción. Empresas, corredores y familias acompañaron un evento que sigue creciendo de forma sostenida desde hace más de una década. La expo en el Parque del Bicentenario reunió a las marcas más importantes y fue el punto de encuentro para los dos días previos a la carrera principal, que incluyeron acreditaciones y una competencia infantil con 180 pequeños bikers.

Las carreras
El domingo fue el turno de los mayores. Desde el Parque del Bicentenario, partieron los pelotones de todas las categorías: para los competitivos 80 kilómetros de rural bike y 50 y 35 de XC y para los principiantes 30 kilómetros de rural. Hubo representación de 23 provincias y competidores de Chile, Bolivia y Paraguay, además de varios de los mejores exponentes del MTB argentino.
La primera gran noticia llegó con el tucumano Luciano Gay (BH), quien se impuso en los 50 km de XC con un tiempo de 2h 15m. Lo escoltaron los salteños Nicolás Reynoso y Franco Delgado.
En los 80 km de rural bike, el catamarqueño Leonardo Calvimonte, debutante en el Desafío, ganó con un tiempo de 2h 51m. Completaron el podio David Rojas (Elite) y José Vera (Master A2).
Entre las mujeres, el XC fue para la jujeña Agustina Apaza, que sumó otra victoria en esta carrera. En 2h 47m de carrera superó a Leila Luque (Tucumán) y Florencia Ávila (Salta).
La alegría local llegó de la mano de Claudia Maldonado, ganadora del rural bike femenino de 80 km con un tiempo de 3h 21m. Venció a la marplatense Carolina Pérez (Master B) y a la salteña Delfina Álvarez (Master A).
Un cierre a toda “orquesta”
El evento tuvo un cierre bien salteño: la Banda de Música de Los Infernales de Güemes animó la jornada antes de los podios, sumando color y tradición al clima de fiesta que se vivió durante todo el fin de semana.
“Todos los que largaron están de vuelta, y esa es la mayor satisfacción. Tuvimos días privilegiados y una gran convocatoria. Nos llena de orgullo recibir gente de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Chubut y muchas otras provincias”, destacó Ramiro Cornejo desde la organización.
Una gran fiesta que no deja de crecer, un clásico del MTB argentino.
Fotos: Úbice
Eventos
Desafío de las Nubes: del 6 al 8 de junio vuelve a Salta la joya del MTB argentino
Con miles de bikers, servicios premium y un entorno natural inigualable, el Desafío de las Nubes prepara su 11ª edición, consolidándose como una de las carreras de mountain bike más importantes del país.
En el corazón del norte argentino y enmarcado por las imponentes Reservas Naturales Loma Balcón y Las Costas, el Desafío de las Nubes celebrará los días 6, 7 y 8 de junio su 11ª edición, reafirmando su lugar como una de las competencias más convocantes y completas del calendario nacional de MTB.

Desde su nacimiento, esta clásica salteña ha sido mucho más que una carrera. Con un concepto integral que fusiona deporte, naturaleza, turismo y servicios de alta calidad, el Desafío se ha ganado con creces su calificación de carrera “categoría premium”. Prueba de ello es su crecimiento constante: en esta edición se espera la participación de más de 1.500 corredores, con ciclistas provenientes de todas las provincias argentinas y países limítrofes como Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Además, año tras año se suman figuras de primer nivel del MTB nacional e internacional, lo que eleva aún más su exigencia competitiva y consolida al evento como una cita obligada dentro del calendario de elite del ciclismo de montaña.
Una experiencia de tres días en un entorno único
La competencia se desarrolla en las 4.000 hectáreas de las reservas mencionadas, un entorno natural privilegiado que no solo pone a prueba a los corredores, sino que también invita al público a vivir un fin de semana inolvidable en contacto con la montaña.
La propuesta se completa con una Expo Deportiva abierta al público que se desarrollará desde el viernes 6 de junio en el Parque Bicentenario. Allí, las principales marcas del rubro compartirán espacio con bicicleterías, foodtrucks, propuestas recreativas, sorteos y actividades para toda la familia. Circuitos para todos los niveles
El Desafío ofrece cuatro recorridos cuidadosamente diseñados según el nivel y la experiencia del participante:
-Rural 80 km (competitivo). -Cross Country 50 km (competitivo). -Rural 30 km (promocional). -XC 35 km (promocional). Todos los trazados recorren paisajes que combinan praderas, senderos de herradura, barro, piedra, arcilla y pendientes técnicas, garantizando una experiencia diversa y desafiante, tanto para amateurs como para bikers de alto rendimiento.
Una organización de primer nivel
El evento cuenta con el respaldo institucional del Ministerio de Turismo de la Nación, el Gobierno de la Provincia de Salta y las municipalidades de Salta y San Lorenzo, además del apoyo de empresas líderes como Specialized, Banco Macro, Powerade, OSDE, Shimano, Monster Energy, Beldent, Flecha Bus, Ena Sport, Cerveza Salta, entre muchas otras.
El compromiso con la excelencia se refleja también en los servicios ofrecidos al corredor, que incluyen kits completos, estacionamiento VIP, sistema de cronometraje, premios del 1º al 5º puesto por categoría y del 1º al 10º en las generales, asistencia técnica, seguridad en todo el recorrido y cobertura médica. ¿Por qué no perderse el Desafío?
Porque es más que una carrera, es una experiencia transformadora, donde la pasión por el ciclismo se encuentra con la belleza del paisaje y la calidez del norte argentino. Una oportunidad perfecta para superar límites, compartir con otros fanáticos del MTB y disfrutar de un evento pensado al detalle.
Datos destacados
-Cuándo: 6, 7 y 8 de junio de 2025.
-Dónde: Salta, Argentina. -Participantes esperados: más de 1.500. -Modalidades: MTB – 4 circuitos (competitivos y promocionales). -Participan: corredores de elite nacional e internacional.
-Extras: expo deportiva, sorteos, actividades para toda la familia
Más información: www.desafiodelasnubes.com.ar | Instagram
-
Vidriera2 meses atrás#Vidriera con precio: Bicicleta SLP Pro Lady 2025
-
Vidriera2 meses atrás#Vidriera con precio: Medias de ciclismo SLP Classic
-
Vidriera2 meses atrás#Vidriera con precio: Kit de cepillos Chepark para la limpieza a fondo de la bicicleta
-
Vidriera2 meses atrásSLP: regalos en bicicleta para el día de la madre
-
Productos12 horas atrásSLP te ofrece una Navidad sobre dos ruedas: encontrá la bicicleta ideal para regalar














































