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Deporte y Entrenamiento

Las fotos y un magnífico relato de la Vuelta del Porvenir femenina corrida en San Luis

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Entre el 9 y el 13 de febrero pasados se corrió en San Luis la Vuelta del Provenir, una carrera de ruta por etapas en las que hubo una sección masculina y una femenina. De esta última trata esta vívida crónica.

 

El Porvenir de las ladies
Por Sofia Enecoiz

El Merry móvil viaja hacia la tierra prometida de San Luis, capital del ciclismo. Atraviesa la lluvia y de fondo suena un éxito tras otro de Alejandro Sanz. Viajo otra vez con Mariela y Sofía, ahora las dos forman parte del mismo equipo, el Weber Shimano Ladies Power. 

El ciclismo es federal, nos obliga a viajar por todo el país. Las chicas se turnan para manejar, yo voy de observadora. A último momento surge la posibilidad de ir a cubrir la Vuelta del Porvenir y se concede mi sueño de ser prensa oficialmente. Hacemos una parada para dormir en un típico hotel de camioneros en la localidad de Vedia, llegamos por la noche, parece un pueblo fantasma. Los pisos del hospedaje están alfombrados, detalle que me hace conectar con cualquier verano de mi niñez en la costa. Dormimos las tres en un cuarto con tres camas y un ventilador que nos sobrevuela; emite el sonido blanco que ayuda a conciliar el sueño. Hay un detalle que me llama la atención: ambas corredoras utilizan grabaciones de meditaciones para ir a dormir. Me pregunto si eso me serviría a mí en una situación de concentración, nunca lo probé, mi meditación es el rumiar de las alas del artefacto destartalado. 

Partimos a la mañana. Me levanto más temprano que ellas, bajo al desayunador y para mi sorpresa no estoy sola; varias parejas de hombres me imitan tomando café y comiendo medialunas. Adivino: han de ser choferes que, como Mariela y Sofía, se turnan en largas jornadas de carretera. Cuando bajan, las chicas comienzan la ingesta de hidratos. El desayuno es pobre en frutas. 

El segundo tramo del viaje se hace corto. Coincidimos las tres en que parar y dormir ha sido una idea estupenda. Mariela y Sofía hacen contenido para las redes, las personales y las del equipo, analizan el perfil de la carrera, la lista de corredoras inscritas, hasta que un cartel nos sorprende: San Luis, reza el arco que vigila la entrada a la provincia. Dos columnas de piedra gruesa custodian a los lados de la ruta. Al traspasarlas el ingreso se hace efectivo. 

Decidimos almorzar antes de llegar a Juana Koslay. Encontramos un comedor rutero para nada elegante, con una moza desmemoriada del menú. 

Los deportistas y la comida son un tema aparte. Previo a la competencia las restricciones alimenticias son necesarias: continúa la carga de hidratos. Pedimos unos ravioles, ellas con aceite porque mejor no correr ningún riesgo estomacal, yo me animo y pido un tuco, que en realidad no es más que la salsa de estofado a la que le han quitado la carne. No tengo un paladar tan inocente y reconozco el dejo de la grasa de algún animal en mi plato. 

Sofía y Mariela paran en el Ave Fénix, un club que hospeda deportistas de todos los rubros, ubicado sobre Avenida del Viento Chorrillero, en Juana Koslay. Allí la organización destinó cuartos para todos los equipos femeninos que participarán de la jornada de dos días de la Vuelta del Porvenir. Hay algo particular en la ubicación de este nuevo hospedaje: el chorrillo. Es el nombre de la geografía puntana donde va a tener lugar toda la carrera, tanto masculina como femenina, y su viento, el chorrillero, es además un elemento clave en el deporte que se va a desarrollar a lo largo de estos días. El chorrillero, a pesar de las molestias que ocasiona a los ciclistas, reporta beneficios no despreciables: en la época de los fuertes calores, como el verano que transitamos, sopla atemperando el clima. Al parecer, nosotras llegamos con el aliento fresco que mueve a los chorrillos entre las piedras de los ríos secos de San Luis. 

Al día siguiente es la carrera, primera etapa. La noche previa, las Ladies tienen charla técnica con el director del equipo, el Pampa Ferrari. Yo me hospedo en otro lugar, con representantes de prensa, pero también me preparo: apilo la ropa en un rincón del cuarto. Mañana 6 de la mañana arriba, directo a la largada, gracias a Verónica, manager del equipo, que me asegura un lugar en el auto de auxilio de la Ladies. Es mi primera vez en una caravana. 

La primera etapa

El sábado amanece frío y despejado, casi como si no fuese febrero en la provincia puntana. Me arrimo hacia la largada y veo el amanecer entre las incipientes montañas. Sin embargo no estoy segura de que San Luis tenga picos de cordillera, son como el inicio de otra geografía que se desarrolla con mayor intensidad en Mendoza. 

El arco de largada tiene impreso el nombre de la Vuelta, esta es la segunda edición. Ubico al equipo, sus corredoras, auxiliares y autos; al principio pienso que voy a ser inservible, que solo vine para mirar y retratar situaciones. Cuando Gustavo, mecánico y asistente del Ladies, me da su cámara y me dice si puedo sacar algunas fotos durante la carrera me doy cuenta que mi rol va a ser otro. 

Las corredoras están, en su mayoría, acompañadas por algún miembro familiar. Las junior directamente viajan con todo el entorno: madre, padre, hermanos y hermanas. Las corredoras madres han traído a sus hijos. El ciclismo es familia, escuché decir una vez en Lanús y acá, a cientos de kilómetros de las casas de cada corredora, se comprueba. Cada una de ellas tiene un pequeño ritual: una madre hace una trenza con el pelo de su hija que sobresale del casco, el padre de otra le pasa un trocito de banana perfectamente fraccionado con antelación, el técnico les arrima sus caramañolas especialmente cargadas con lo que toma cada una. Sanguchitos de membrillo, sobran.

Ordenamos la chata, Gustavo le pone el número 7 a la parte trasera; buena suerte, pienso yo. Nos acompaña el enredo de ruedas, bicicleta de auxilio y la tensión, sobre todo la tensión de estar a punto de largar. 

El equipo se acomoda en la largada y Gustavo recoge las camperas de todas sus corredoras. Larga la primera etapa del Porvenir y nosotros atrás, una larga fila de autos, la famosa caravana. Hay un orden, una idiosincrasia diré, que seguir: adelante de todo, detrás del pelotón, están los comisarios repartidos en dos vehículos: uno en moto, el otro en un auto. Luego, siguen los autos de auxilio neutral que, por alguna razón que desconocemos, se han ubicado detrás de los comisarios, aunque por lo general van al fondo de la caravana, cuando ya no hay otro auxilio posible. Después, seguimos nosotros, los autos de los equipos, en fila según el número que ha tocado por sorteo el día previo. El 7, dentro de todo, es una buena posición. Fantaseamos que podremos ver la carrera, aunque en realidad solo veremos partes. 

Maneja la chata el padre de Vane, una de las corredoras, un cordobés simpático y por demás relajado; en el asiento de acompañante va Gustavo, imagino que debe haber sido corredor también, y que por lo flaco y chiquito que es seguro ha subido bien más de un puerto. Hay tensión entre ellos, siento que a Gustavo le gustaría estar manejando, da indicaciones, le recuerda al padre de Vane que no tiene que pasarse a la mano izquierda, la caravana siempre por derecha. Cuando el auto agarra una bajada y el pelotón una subida lo vemos, a lo lejos, como una nube compacta multicolor de cabezas encascadas; es en uno de esos subibajas que me parece ver a Mercedes Fadiga levantar la mano: pide auxilio. Me sorprendo un poco de mí misma: cómo puedo reconocer a alguien en ese mundo de piernas y manubrios apretados, pero al mismo tiempo pienso que Mechi es bastante particular, reconocible entre la multitud. 

El auto de auxilio se prende fuego; Gustavo le grita con todo al padre de Vane: ¡Ahora sí, por la izquierda! Pasamos por lugares imposibles, abriéndonos camino a los bocinazos. Mechi, que ya está siendo auxiliada por un auto neutral, le grita a Gustavo que dale, que se apure, que ahora ya está, y él, que llega tarde, no logra ponerle la rueda que se merece la campeona argentina de ruta. En un segundo Mechi se sube al sillín y Gustavo empuja y corretea a su lado. Ahora tenemos que alcanzarla a la caravana. Mercedes trepa como solo había visto en televisión, en carreras pro tour, es como si lanzara una telaraña que la acerca a los autos. Mariela Delgado baja para buscarla, para ayudarla a conectar con el pelotón, y ahí van, en la danza de la caravana, como dos gitanas que conocen la coreografía a la perfección.

La carrera se vuelve paisaje: aparece el dique La Florida con sus ondulaciones y el pelotón se estrella contra el fondo azulado de puentes carcomidos por el tiempo. Más de una corredora pincha en ese terreno. Las pasamos, esquivamos a los autos de otros equipos que también las auxilian, que sufren lo que sufrimos nosotros al principio de carrera. Gustavo reconoce qué corredora es capaz de alcanzar nuevamente al pelotón y qué corredora va a terminar con el coche escoba. Por momentos dice: esta chiquita tiene miedo, con esa cadencia no va a llegar. 

En el murallón del dique presenciamos el ataque de Lola Rodríguez, la experimentada corredora del Club Ciclista del Plata que viene de ganar el Tour Femenino Internacional de Uruguay, una carrera casi obligatoria en el calendario femenino de América del Sur. El momento de quiebre está en esa subida, es el único tramo en el que puede romper al pelotón. En el auto discutimos que si la fuga no se arma acá el sprint va a ser masivo. Hay una reducción pero no es definitiva, las que quedan colgadas aún pueden acoplarse y el pelotón mayoritario todavía conserva una buena cantidad de corredoras, unas 25 de 70. Para mi sorpresa, la meta montaña se la queda Eliana Tocha, algo en lo que voy a pensar ahora y a futuro, intentar comprender cómo la sprinter del grupo gana esa posición.

La bajada no la vemos, me contarán después que fueron rápido, algunas tocan los 70 km/h. El pelotón ingresa en la zona de la rotonda de El Durazno, una ruta arbolada, en gran estado y rápida. Allí se define la meta sprint, que tampoco la vemos. Nos acercamos al auto del Pampa, que nos hace señas, y con una sonrisa nos dice: la ganó Mariela. Festejamos, a falta de radio tour los datos van y vienen entre vehículos. Me la imagino a Delgado apretando el manillar y mostrando los dientes; quizás la lanzó Sofi, pienso. 

Ya se termina, les comento a Sergio, el conductor, y a Gustavo, ¿Ya? me responden. Y sí, quedan menos de 20 kilómetros. Acá veo la diferencia entre las Ladies y la mayoría de los otros equipos: llegan juntas al final. Sofía ya me había dicho: vas a ver que nosotras vamos a ir juntas adelante y así las veo en el último kilómetro: armadas, formando una estela con los mismos colores. Sin embargo sus diferencias físicas me dejan reconocer a cada corredora por su nombre. Se desprenden en los momentos justos: 1 kilómetro, 700 metros, 500 metros, 300 metros, 200 metros y los 100 metros finales son de la sprinter, la locomotora Tocha, que pasa la meta con las manos en alto y una sonrisa de oreja a oreja.

Nosotros, desde el auto, tenemos un ángulo rarísimo, un perfil del sprint, las seguimos de costado, como un traveling cinematográfico y de hecho intentamos filmar: Gustavo y yo sacamos medio cuerpo de las ventanillas y agitamos nuestros celulares para captar ese momento, aunque ambos sabemos que es imposible. No lo vemos pero lo escuchamos, el relator nos cuenta que es Eliana la ganadora y que las Ladies se llevan los laureles de la primera jornada del Porvenir. 

Segunda etapa

La segunda etapa de la Vuelta es incertidumbre para mí: aún no sé cómo voy a llegar a la largada. A diferencia de ayer, la etapa larga a 7 kilómetros de donde estoy parando. Descarto ir pedaleando, ya que voy a transitar el recorrido junto con el auto de auxilio de las Ladies, otra vez. 

Bajo a desayunar con la idea de pedir un remís en la recepción. Hablo con la recepcionista antes de desayunar, quien muy amable me responde que ella se ocupa de conseguirme algo, que no es fácil pero que hará el intento. Las mesas del comedor están dispuestas en dos formas: las redondas son para los equipos (la prensa duerme en el mismo lugar que el Team Medellín, la selección de Chile, Swift Carbon Pro Cycling de Brasil, la selección de Paraguay y Construcciones Zea de Colombia) y las cuadradas para los mortales, que en su mayoría somos prensa. 

Sentado, en la esquina del salón, lo veo a Enrike con k; así se va a presentar él momentos después. Toma un yogur con cereales y café, tiene ojeras como yo, de esas que vienen inherentes a uno, no importa si estamos cansados o descansados. Me presento y le consulto cómo va a llegar a la largada de hoy, me dice que le envíe mi teléfono, que me va a poner en una combi para prensa (otro sueño más en menos de 15 minutos). Conversamos sobre ciclismo, medios, referentes. Me comenta que trabaja para Voces del Ciclismo, un reconocido portal que suele entrevistar a los ciclistas ni bien se bajan de la bicicleta al terminar una carrera. 

Termino mi café un poco ansiosa. Aún no sé si viajaré en la combi, en un remís o si tendré que improvisar algo, cuando bajan otros tres periodistas: José Luis Rojo Mallea, el reconocido fotógrafo que está en todas las grandes vueltas, y la dupla de Tiempo de Descuento: Marcela Dutto, fotógrafa también, y Sebastián Fernández, que no es ni más ni menos que el presentador y relator de toda la Vuelta del Porvenir. La combi, nos dicen por mensajito, queda cancelada. Me arrimo a esta mesa de trabajadores del ciclismo para garronearles un lugar en el auto. Se consultan entre ellos y, finalmente, me dicen que sí, que vamos a viajar apretados pero que no hay problema. Los veré trabajar a lo largo de toda la etapa, a diferencia mío ellos cubren todas las categorías, tienen una jornada de más de 12 horas de trabajo. 

Llegamos a la largada y cada quien dispara para sus puestos. Otra vez tengo que buscar al equipo. Hoy estoy un poco más relajada, conozco a Gustavo, a Sergio, al Pampa. Los veo, todos juntos con las corredoras, que, por cierto, también están más distendidas. Hace más calor que el día anterior y la carrera para ellas ya no está en juego sino que deben asegurarla, mantenerla en sus manos. ¿Qué significa esto? Que tendrán que correr estratégicamente, como si antes no lo hubieran hecho también, pero ahora es otra decisión deportiva, el objetivo es controlar la carrera. 

Esta vez el recorrido es un circuito que las corredoras tendrán que repetir tres veces. El día anterior fuimos a reconocerlo con algunas ciclistas: es rápido, con una meta montaña agresiva y una meta volante que aparece luego de una larga bajada. Antes de que larguen, el Pampa me pregunta si me estoy divirtiendo, que cómo veo la carrera. Le cuento mi inquietud: ¿cómo puede ser que la sprinter del equipo haya ganado las metas de montaña? Me cuenta que Tocha, además de estar en un gran estado de forma y de que estas carreras no suponen subidas largas y de mucho porcentaje, tiene mentalidad de ganadora. Él dice que, a pesar de sus jóvenes 16 años, Tocha se propone algo y va fondo, que el no pareciera no estar en su vocabulario. 

Gustavo me pregunta si puedo ir yo a buscarles las camperas a las chicas que ya están en la largada; definitivamente ya me hicieron una más en este equipo. Aprovecho para sacarles unas fotos y ver sus caras con los nervios contenidos y un pie en el suelo antes de trabarlos en pedales. Mercedes, que está adelante de todo, al igual que el resto de sus compañeras mira al piso y justo antes de que toquen la chicharra y se escuche el clásico “vía, vía”, se persigna. Comienza la carrera. 

Corro hacia el auto, Sergio y Gustavo ya están listos. Hoy tenemos una posición complicada en la caravana. Como el circuito es más trabado y justo delante nuestro queda una Transfer de San Juan, la visión está obstruida. Hacemos la primera vuelta en nuestro lugar, Sergio cada tanto se asoma por la izquierda para ver un poco más. Nada. Otro día sin radio tour, vamos ciegos, a la vieja usanza. 

El Ladies deja ver su estrategia desde el inicio: imponen un ritmo muy fuerte, con el objetivo de que nadie pueda contraatacar, resguardan a Tocha para que pueda mantener el maillot de junior, la montaña y de la general, en una redonda furiosa. Gustavo propone que en la segunda vuelta nos ubiquemos en la subida larga que termina en el Peaje Perilago para dar abastecimiento. Parece una buena idea, ya que el equipo cuenta con un auto mejor posicionado en la caravana para brindarles auxilio. Cortamos camino en la rotonda de la YPF y bordeamos el Dique Cruz de Piedra, un embalse de agua que se lucirá en las fotos aéreas. 

Sergio estaciona la camioneta bajo la sombra, Gustavo nos reparte botellas de agua para las corredoras y los tres preparamos nuestros celulares para filmarlas cuando pasen. Me ubico en el borde de la curva, pienso que es el mejor ángulo para retratar al pelotón y espero. A mi lado hay una familia numerosa; cuento: madre, padre, dos hijos, un bebé y alguien que adivino como tío. Juntos, entre neveras con pan dulce y avituallamiento para algún corredor, esperan sentados en sillas reposeras y analizan la etapa masculina del día anterior. Más adelante hay una van ploteada con la leyenda de una escuela de ciclismo. Sus dueños están tomando mate, también esperan a las corredoras. 

Sergio le grita a Gustavo y como un eco me llega a mí: ¡Ahí vienen! A lo lejos, del otro lado del dique, las veo. Al principio son una mancha indistinguible, un tren de un solo vagón que avanza. Al acercarse los colores de cada jersey se encienden y las corredoras se vuelven individuos. En la punta ataca Lola Rodriguez, a esta altura es sin duda las más combativa de la montaña. Atrás, como una sombra que no se va a despegar, viene Sofía Martelli mordiéndose los dientes y yo no puedo no gritarle: ¡Dale, Sofi! Hay dos momentos por demás emocionantes para observar una carrera: un tramo de montaña y el sprint final. En ese momento me doy cuenta que esta carrera se reduce a esas dos situaciones. Martelli esconde tras su rueda a Tocha, la chiquita, la sprinter, y extrañamente se la ve contenta. No puedo decir por qué, pero pareciera que tiene una sonrisa en la cara. Arriba, luego del peaje, la ganadora es  Nelismar Gómez, del Castaño Team. 

Nos subimos otra vez al auto. Esta vez Gustavo propone ir a la puerta del Ave Fénix para otro avituallamiento. Les pido que me dejen en la rotonda antes de la llegada, preciso ver la definición de esta etapa en la meta sprint. Me bajo rápido, como si fuésemos un grupo comando y yo la criminal más buscada del condado. Ellos doblan en la rotonda para acortar camino, antes de que pasen las ciclistas. Camino bajo el sol, que hoy sí está tremendo y me arrepiento de haberme puesto pantalones largos; el clima de San Luis puede ser impredecible. 

Me paro al lado de la mesita de los comisarios, quizás el único lugar con sombra en la zona de la terminal de ómnibus. Estamos bajo el techo del arco de llegada, busco la mejor posición para ver y grabar el sprint. A mi lado los jueces analizan números, anotan tiempos, se comunican por radio con el comisario que está en la carrera. Veo que Sebastián Fernandez tiene su celular en un trípode, lo suficientemente alto como para que yo me acuclille abajo y grabe desde un ángulo inferior la definición de la etapa. Le pido permiso y me ubico. Ahora esperamos, de oído nos van cantando por dónde pasa el pelotón: faltan 10 kilómetros, están en el peaje, ya van a doblar. Aparecen, la estampida final que pasa por entremedio del vallado. Traigo conmigo dos celulares, uno para filmar en cámara lenta y el otro normal. Me pregunto qué veré yo, si por las pantallas o el vivo. 

El final es velocidad toda junta que se nos viene encima, como una ola a punto de romper. Tocha, Granizal y Aguirre quedan bien posicionadas para disputarse el primero, segundo y tercer puesto. Nosotros, los espectadores, vemos esa forma en la que se bambolean los cuerpos: de un lado hacia el otro, los codos flexionados que sacuden el manillar, la cabeza hacia abajo y por último el lanzamiento hacia adelante de la bicicleta, a ver quién pasa la línea primera. 

La ganadora es Granizal. Incluso lo sabe microsegundos antes de traspasar la meta, pasa por el arco con las manos extendidas hacia el aire y siento que la escucho gritar. Luego, Tocha, y tercera Ludmila Aguirre. Tras ellas el resto de las ciclistas pasa con la inercia del embalaje. Un final apretadísimo, dice Sebastián, de Tiempo de Descuento, por el micrófono, y yo respiro, extiendo las rodillas y pienso: se terminó. 

 

Por Sofia Enecoiz: sofiaenecoiz@gmail.com 

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Bicis

La sorprendente Trek Madone Gen 8 ya está en Argentina… a precios de los Estados Unidos

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El pasado 21 de agosto se presentó oficialmente en Argentina la Trek Madone Gen 8, octava generación de la Trek Madone, la sorprendente creación de Trek que ofrece en una sola bici las características de liviandad y escalada de la Emonda y el rendimiento aerodinámico y la velocidad de las generaciones anteriores de Madone.

¿Escaladora o aero? Ya no hay que elegir. Trek resolvió con esta bici una contradicción histórica y sus victorias en el World Tour lo demuestran.

En el marco de la presentación, conducida por Daniela Donadío, Directora de Trek Argentina, se anunció que la marca está haciendo en Argentina una pre venta exclusiva para todos los modelos de esta nueva Trek Madone Gen 8 y, lo más importante a destacar, a precios muy competitivos y casi iguales a los de los Estados Unidos. “Estamos muy contentos de llegar al mercado con estos precios —manifestó Donadío en la presentación—, que la gente pueda hacerse de esta gran bicicleta en Argentina y contar con la garantía que da comprar en el país, garantía que es de por vida en todos los cuadros Trek, y contar con el servicio mecánico y el apoyo oficial de Trek Argentina.”

Valga destacar que Trek Argentina está lanzando en estos días una fuerte reducción de precios de todos sus modelos, algo que se va a ver en puntos de venta a partir de septiembre. Todo en el marco de un nuevo modelo de negocios, más agresivo y con un importante canal e-commerce, todo lo que sin duda reafirmará el posicionamiento de Trek como una de las marcas más codiciadas del país, a la altura de su liderazgo mundial.

Contactate con @casatrekargentina por la pre venta exclusiva.

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Eventos

Macías y Contreras, los reyes del Trasmontaña

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La pareja formada por el catamarqueño Álvaro Macías y el mendocino Fernando Contreras ganó este domingo la edición 2024 del Trasmontaña Tucumano, la carrera de mountain bike en parejas más convocante de la Argentina. Y lo hicieron por cuarta vez, igualando de esta manera el récord de triunfos que estaba en manos de la pareja formada por el tucumano Darío Gasco y el bonaerense Luciano Caraccioli, dos históricos del MTB nacional.
Los ganadores completaron el recorrido de aproximadamente 46 kilómetros entre San Javier y La Sala en un tiempo de 2 horas y 16 minutos.
El tradicional evento tucumano es una carrera contrarreloj en parejas que se corre por senderos serranos de Tucumán y que convoca a más de 1200 parejas provenientes de todo el país, lo que da lugar a una gran fiesta del ciclismo de montaña, además de ser la carrera más exigente del calendario de montaña de la Argentina.

Podés encargar tus fotos del Trasmontaña a @facualbo.ph 📸

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Eventos

Apuestas en ciclismo: todo lo que debés saber para ganar

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Foto de unsplash/markusspiske

El ciclismo es uno de los deportes más populares del mundo y se encuentra dentro de los más practicados. Un deporte que vive de la adrenalina y de la emoción que se genera a cada metro y kilómetro recorrido, por lo que resulta clave saber cuál es el mejor sitio de apuestas deportivas para que demuestres todo tu conocimiento y ganes con tus apuestas.

¿Cómo elegir la mejor casa de apuestas?
Lo primero que deberías hacer para apostar en ciclismo es elegir una casa de apuestas que ofrezca el deporte como opción. En primer lugar te recomendamos optar por una de las plataformas más reconocidas y que a la vez tenga una gran cobertura de los mejores eventos de ciclismo de todo el mundo. En particular es conveniente elegir la que cubra los eventos que te gustan y de los que tengas mayor conocimiento, de manera tal que puedas correr con ventaja en pos del resultado.

La importancia de una buena cobertura
Al momento de apostar en ciclismo es muy importante que el sitio en donde apuestes tenga una muy buena cobertura de los eventos más importantes pero también de aquellos eventos que tengan menos prensa y menos relevancia en el mundo del deporte de las dos ruedas. Es por ello que es tan importante elegir la mejor casa de apuestas posible y acceder a eventos que se encuentran a mucha distancia de tí pero que puedas vivir como si estuvieras en el lugar de los hechos.

¿Cuáles son las mejores competencias de ciclismo para apostar?
Sin lugar a dudas el evento principal de ciclismo para apostar y en donde hay que aprovechar todo nuestro conocimiento para sacar el máximo a cada etapa es el Tour de France, la carrera más importante del mundo y en donde todo el planeta pone sus ojos sobre los participantes. Luego hay competiciones de mucha importancia como la Vuelta a España y el Giro de Italia en donde participan los mejores ciclistas del mundo y donde se juega lo mejor del deporte.

Apostar en el Tour de France
El Tour de France es sin lugar a dudas el gran evento del año y allí las mejores casas de apuestas suelen ofrecer promociones especiales y bonos para que los usuarios saquen mayores ganancias.

La Vuelta a España
La Vuelta a España es otro de los grandes eventos deportivos del año y uno que ha ganado gran reconocimiento en los últimos años. Es por ello que no es ninguna sorpresa que cada vez más sitios de apuestas tengan una cobertura total del evento.

El Giro de Italia
El tercer evento importante y que tiene casi tanta historia como el Tour de France es el Giro de Italia, el cual se disputa desde 1909 y que es clave para los apostadores fanáticos del ciclismo.

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Deporte y Entrenamiento

Astrid Baumwollspinner: cómo incorporar la meditación, el yoga y el entrenamiento disciplinado al triatlón

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La historia en el triatlón de Astrid Baumwollspinner (49) comenzó en 2005, año a partir del cual participó en innumerables pruebas en su país natal, Argentina. Durante el año 2008, corrió en Florianópolis su primer Ironman, el peldaño inicial de una pasión que la llevaría a participar en decenas de pruebas de media y larga distancia internacionales. A partir del año 2014 corrió dos Ironman anuales y participó en el Mundial 70.3 de Canadá.
Pero no todo fue un jardín de rosas. El año pasado, en uno de esos días desafortunados que se dan en la vida, dos autos chocaron entre sí y la impactaron, provocándole lesiones en el hombro derecho, el tobillo izquierdo, la rodilla derecha y la oreja del mismo lado. La recuperación llevó tiempo y determinación de su parte, y hoy, ya recuperada, entrena normalmente para próximas competencias.

Durante su recuperación, Astrid canalizó su experiencia y determinación en la escritura. Publicó un artículo en Rugido Sagrado el 24 de junio de 2024 titulado “Los aliados indispensables del entrenamiento para triatlón: Meditación y Yoga”. En este artículo, Astrid explora cómo la preparación mental es crucial para superar los desafíos de las tres disciplinas del triatlón: natación, ciclismo y carrera. Y detalla cómo la meditación, el yoga y el entrenamiento disciplinado han sido esenciales para su propio proceso de recuperación y éxito continuo en el deporte. Esta publicación no solo muestra su resiliencia y fortaleza, sino que también sirve de inspiración para otros atletas que enfrentan obstáculos similares en su camino hacia la competencia.
Ya en el 2015, corriendo el Ironman de Lanzarote, Astrid había tenido un accidente importante que no le permitió llegar a la meta por primera vez desde que practicaba triatlón. “Fue algo que me atormentó más que las lesiones —comenta—. No encontraba consuelo, sabía que la única responsable había sido yo y eso me daba vueltas en la cabeza todo el tiempo.”

Astrid nos cuenta que tanto entonces como en el evento del 2023, el yoga y la meditación la llevaron a comprender que no todo es controlable, que es necesario aceptar lo que nos pasa sin autoflagelarse. “Descubrí que lo mejor es que los errores nos dejan alguna enseñanza y comencé a incursionar en ese maravilloso mundo que cambió mi forma de pensar y me dio otra perspectiva de este deporte que tanto me apasiona.”
Astrid comenta que, después de lo ocurrido en Lanzarote, logró recuperarse a través de meditaciones y ejercicios de respiración, desafiando todos los pronósticos que decían que no volvería a competir. El trabajo rindió frutos y en 2016 regresó al deporte en el Ironman de Cozumel, venciendo todo ese ruido mental y superando los pensamientos negativos acerca de aquel episodio. Su resiliencia le permitió volver a confiar en sí misma, en sus aptitudes y habilidades.
En su artículo explora como la meditación, el yoga y el entrenamiento disciplinado pueden potenciar el rendimiento de los triatletas, mejorar su fortaleza mental y potenciar su bienestar general.
Astrid destaca que el mayor reto para los triatletas no es el entrenamiento físico, sino el desafío mental que enfrentan durante largas sesiones de entrenamiento y competición. La meditación y el yoga emergen como herramientas cruciales para mejorar la fortaleza mental, reducir el estrés y mantener una concentración óptima.


Beneficios de la Meditación
Astrid señala que la meditación ofrece una herramienta invaluable para cultivar la calma mental en medio del desafío físico y emocional que implica la competición. Según el artículo, esta práctica puede disminuir el estrés, reducir la ansiedad y mejorar la capacidad de concentración. Estudios científicos citados en el artículo revelan que la meditación ayuda a equilibrar el sistema nervioso, favoreciendo la relajación y la recuperación. Técnicas como la respiración profunda y la visualización positiva son especialmente útiles para mantener la calma y el enfoque durante competiciones exigentes.

Impacto del Yoga
En su artículo Astrid hace notar que el yoga es una disciplina que combina posturas físicas, respiración consciente y meditación para promover la salud integral. Como tal, el yoga mejora la flexibilidad, la fuerza y el equilibrio, lo que resulta en una prevención efectiva de lesiones. También promueve una mejor alineación corporal y una respiración más eficiente. En el contexto del triatlón, el yoga ayuda a conectar mente y cuerpo, permitiendo a los atletas sintonizar con sus sensaciones físicas y emocionales, lo cual es vital para una competencia exitosa.

Entrenamiento Disciplinado y Preparación Mental
Astrid enfatiza que un entrenamiento disciplinado es esencial para alcanzar el éxito en el triatlón. La incorporación de prácticas mentales, como la meditación y el yoga, en el régimen de entrenamiento, no solo mejora el rendimiento deportivo sino que también fortalece la resiliencia mental y la capacidad de enfrentar la presión.
El artículo menciona estudios que respaldan la integración de la preparación mental en el entrenamiento de los triatletas. Estos estudios muestran que la preparación mental puede ser un predictor significativo de tiempos de carrera más rápidos y un factor clave en el rendimiento competitivo.

Finalmente, el artículo de Astrid Baumwollspinner subraya que en el triatlón la preparación va más allá del físico. La meditación y el yoga, al igual que un entrenamiento disciplinado, son esenciales para alcanzar el máximo potencial. Cultivar la calma, el equilibrio y la determinación a través de estas prácticas puede marcar la diferencia entre un buen rendimiento y un éxito extraordinario en el triatlón.

Seguí a Astrid en sus redes: https://www.instagram.com/astridbaum15/
https://www.instagram.com/asespacioyoga/

Por Mario García

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