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Entrenamiento

Planificación de carreras de MTB de largo aliento

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Para llegar en buena forma a una carrera exigente, de varias horas de duración, debemos comenzar a prepararnos de cuatro a seis meses antes para mejorar la resistencia y el consumo relativo de oxígeno. 

Por Elisa Lapenta*

En cuanto a patrones de salud y rendimiento, la resistencia es la capacidad motora que mayores beneficios aporta, siendo además adaptable a todos los niveles y edades. Y en lo que hace al entrenamiento deportivo, esta capacidad es muy fácil de entrenar en deporte amateur, pero una de las más difíciles en atletas de alto rendimiento.
Se entiende por resistencia la capacidad de resistir física y psíquicamente a la aparición de la fatiga durante un esfuerzo físico, más la capacidad de recuperarse rápidamente después de dicho esfuerzo. Dicho de otra manera:

Resistencia = retrasar la aparición de la fatiga + una rápida recuperación.

Existen en la bibliografía específica numerosas clasificaciones de la resistencia. En lo personal, considero a la del autor alemán Ditrich Harre una de las más claras. Harre subdivide la resistencia según la duración de la carga en:
-Resistencia de corta duración (35” a 2’)
-Resistencia de media duración (2’ a 10’)
-Resistencia de larga duración I (de 10’ a 35’)
-Resistencia de larga duración II (de 35’ a 90’)
-Resistencia de larga duración III (de 90’ a 6 horas)
-Resistencia de larga duración IV (más de 6 horas)
Considero a esta clasificación una de las mas acertadas, ante todo porque da parámetros bien específicos -expresados en segundos, minutos y horas- para los distintos niveles de resistencia.
En carreras de mediano y largo aliento (últimos dos subniveles de esta clasificación) estamos hablando de esfuerzos físicos (denominados en lenguaje específico como carga) de más de una hora y media y hasta seis horas o inclusive a cargas de más de seis horas.
En lo que al mountain bike se refiere, se trata –en su gran mayoría-de las clásicas al tipo de Vuelta Altas Cumbres, Desafío y Revancha del Río Pinto, Trasmontaña o Cruce de los Andes, entre tantas otras.
Todas estas son carreras con un promedio de entre 2.30 y 3 horas para los deportistas de elite y de 4 a 6 horas para los amateurs.

La carga de entrenamiento
Teniendo en cuenta lo anterior, vale la pena preguntarse si se puede entrenar para una carrera de cuatro a seis horas saliendo a pedalear tres veces por semana durante dos horas, cosa que muchos hacen. Lamentablemente, dudo que así sea. Prepararnos para este tipo de desafíos requiere de dos cuestiones: mejorar nuestra resistencia y nuestro consumo de oxígeno.
Para completar esta idea debemos hablar primero de la carga de entrenamiento. Se entiende por carga a todo estímulo que nos saca de un estado de homeostasis o equilibrio. Esto puede ser desde una simple sesión de rodillo de 45 minutos hasta una clase de spinning o una salida a la montaña a pedalear cuatro horas sin parar.
Sea cual sea el estímulo, lo cierto es que el organismo debe echar mano a distintas herramientas para reestablecer la homeóstasis.
Se distinguen dos tipos de carga: la externa y la interna. La primera es precisamente “la consigna a cumplir”. Por ejemplo, durante 40 kilómetros de tierra atacar las subidas parado en los pedales. En el segundo caso encontramos a la reacción biológica de los sistemas orgánicos frente a dicha carga externa. Por ejemplo, la variación de la frecuencia cardíaca, del lactato en sangre, de los valores de plasma y urea, etcétera. Dicho conjunto de “reacciones” tiene como único fin reestablecer cuanto antes “otro” estado de equilibrio en el organismo.
Ahora bien, toda carga de entrenamiento tiene cinco componentes: intensidad, duración, densidad, volumen y frecuencia.
-La intensidad es el grado de cada uno de los estímulos de carga. En el ámbito de la resistencia puede describirse a través de velocidad de desplazamiento (por ejemplo, a 30 km/h), la frecuencia cardíaca o los valores de lactato sanguíneo. Una cuarta opción sería mediante escalas de valores (del tipo intensidad baja 30-60%; media del 60 al 80%; submáxima del 80 al 90% y máxima entre el 90 y 100%).
-La duración de la carga es la duración temporal de cada estímulo que se refleja en tiempo: segundos, minutos, horas.
-La densidad de la carga es la relación entre el tiempo de trabajo y el tiempo de recuperación.
-El volumen de la carga es la cantidad total de la misma, ya sea durante una sesión, un microciclo o un mesociclo, o bien hasta un macrociclo anual. Por ejemplo, pedalear 300 kilómetros en una semana o bien sumar 18.000 kilómetros anuales.
-La frecuencia es el numero de sesiones de entrenamiento (haciendo referencia generalmente a un microciclo (semana de entrenamiento).

Una buena noticia
Por otro lado, para conocer la capacidad de resistencia de un deportista debemos saber su consumo máximo de oxígeno o VO2 Max. Se trata de la medida para el aporte de oxígeno (respiración), el transporte de oxígeno (sistema cardio-vascular) y la utilización de oxígeno (célula muscular) en un organismo esforzado al máximo. Se expresa en ml/kg/min (mililitros por kilogramo de peso corporal por minuto).
El consumo máximo se desarrolla naturalmente hasta los 25 años, se mantiene más o menos estable hasta los 30 y a partir de esa edad comienza a reducirse en un 0.6% anual si no entrenamos con regularidad.
Pero lo más importante a destacar del consumo máximo es que su entrenamiento es bastante bajo (15 a un 20%), es decir que puede mejorarse sólo en esos porcentajes. Sin embargo, y esta es la buena noticia, el consumo de oxigeno relativo puede mejorarse a través del entrenamiento en un 50 y hasta un 70% si se trabaja adecuadamente.
En otras palabras, si tenemos un auto cuya velocidad máxima es de 210 kilómetros por hora, nos será muy difícil hacer que esa velocidad máxima mejore a 230 km/h, pero lo que sí podremos lograr es andar durante más tiempo al 80% de esos 230 km/h. Es decir, lo que debemos entrenar es nuestro consumo máximo relativo, lo cual nos permitirá andar a un porcentaje mayor de nuestro VO2 absoluto durante un período de tiempo más prolongado. Es precisamente esto lo que debemos buscar para hacer frente a carreras de largo aliento.

¿Qué hacer?
Queda claro que el consumo máximo de oxígeno no se mejora saliendo a rodar suave todos los días y que tampoco podremos tener una buena performance en carreras de largo aliento si pedaleamos solamente tres veces por semana durante dos horas.
La clave es alternar entrenamientos suaves con entrenamientos submaximales y maximales y por otro lado entrenamientos cortos con entrenamientos largos que frecuenten o hasta incluso superen el umbral de duración de las carreras que queremos disputar.
Además, otro aspecto a tener en cuenta es que la resistencia no se mejora de un día para el otro ni de una semana para otra. Para entrenar la resistencia y producir adaptaciones aeróbicas estables y duraderas necesitamos un mínimo de 12 a 16 semanas de entrenamiento sistemático.
Si queremos llegar bien a una carrera, debemos comenzar a apuntarle desde la planificación de los entrenamientos un mínimo de cuatro a seis meses antes. Si un deportista amateur se acuerda de sumar kilómetros un mes y medio antes de la carrera principal en la que pretende participar, es tarde.
Por otro lado, para mejorar el VO2 necesitamos entre dos y tres estímulos semanales de intensidades submáximas y máximas. Si no realizamos cargas de alta intensidad que frecuenten o sobrepasen el umbral del VO2, este no mejorará. Es decir: el VO2 no se mejora rodando ágilmente.
Otro aspecto fundamental a tener en cuenta es la duración de la carga de entrenamiento en relación a la carrera que queremos preparar. En concreto, no podemos entrenar para una carrera de cuatro horas saliendo a pedalear máximo dos horas por sesión. En cambio, debemos hacer todos los días salidas de 80 a 100 kilómetros, pero sí cada tres a cinco semanas hacer cargas de mediana y larga duración (compatibles con la duracion real que después tendrá la carrera).

A modo de conclusión, podemos resumir que:
-Para entrenar la resistencia necesitamos un mínimo de entre 12 y 16 semanas.
-Podemos echar mano a otros medios variados como natación, trote, cuestas, entrenamientos en arena o terrenos más pesados.
-Las semanas de mayor carga de volumen (kilometraje) deberían ser un mínimo cuatro a seis meses antes de la carrera principal que queremos disputar.
-Para mejorar el VO2 relativo debemos realizar un mínimo de entre dos a tres estímulos semanales de alta intensidad (y no sólo salir a rodar silbando bajito todos los días).
-Que las cargas de entrenamiento deben ser compatibles con lo que será luego la carga de competencia, es decir realizar cada 21 a 35 días salidas de más de cuatro horas de duración.
Como podemos apreciar, son muchos los aspectos que debemos tener en cuenta al momento de preparar carreras de mediana y larga duración. Entrenar la resistencia es combinar en su justa medida estímulos de subumbral, umbral y alto umbral, para producir las adaptaciones biológicas necesarias y lograr andar más fuerte durante más tiempo, esto es, palabras más, palabras menos, ser cada vez más resistente.

* Elisa Lapenta es entrenadora de afamados deportistas de alto rendimiento. Info: (0351) 15-6225243, h3osports@hotmail.com

Nota publicada en revista Biciclub Nº 220, abril 2013.

1 Comentario

1 Comentario

  1. washington Junod

    1 septiembre, 2015 a las 12:10 am

    me gustó mucho este artículo. desgraciadamente comencé muy tarde a practicar senderismo y montaña. hoy tengo 59 años y he competido en tres grandes, de 60 y 70 km. con muy buenos tiempos para mi edad y poco tiempo en esto.
    gracias.vivo en el sur de Chile.
    para enero ya estoy inscrito en la 70 k de Licán Ray a Villarrica!!!

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Deporte y Entrenamiento

Una programa de nutrición para ganar masa muscular que aporta estabilidad y potencia al ciclista

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Más allá de buscar tener un cuerpo definido, ganar (o preservar) masa muscular es esencial para el rendimiento deportivo. Entre otros beneficios, tener masa muscular favorece la estabilidad, aporta fuerza, potencia y previene lesiones.
Este proceso es conocido como hipertrofia y tiene que ver con el crecimiento muscular de forma progresiva.
Para alcanzar este objetivo, además del entrenamiento específico de fuerza, la alimentación juega un rol clave.
Ésta debe ser a base de un superávit calórico, donde se consuman más calorías de las que se gastan.
Pero en este camino también se debe aumentar la ingesta de proteínas diarias, un macronutriente que colabora en la formación de los tejidos de los músculos, siendo los huevos, el pescado de aguas profundas como el salmón, el atún, la trucha y, las carnes magras las mejores fuentes de este nutriente, debido a su calidad y a que también aportan calcio, vitamina D y B12, fibra y Omega-3, nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro, del metabolismo y para fortalecer el aparato músculo-esquelético.
Pero para un correcto aumento de la masa muscular, la ingesta de proteínas debe complementarse con el consumo de otras fuentes de alimentos. En especial los carbohidratos, porque aportan energía y grasas saludables.
Entre las grasas saludables recomendadas se encuentran la palta, los frutos secos, aceitunas y aceite de oliva. Lo ideal sería incluir al menos una porción de alguno de ellos en cada comida del día. Así estaremos aumentando nuestra ingesta calórica y además nos aportarán un efecto antiinflamatorio protector contra lesiones y que favorece los procesos de recuperación ante los entrenamientos. Dentro del grupo de los carbohidratos complejos se sugiere la ingesta de legumbres o cereales integrales. En relación a la porción de estos, deberían ocupar entre un cuarto y un tercio del plato.
Por otro lado, debemos cuidar la incorporación de minerales tales como el potasio y el magnesio, cuyo rol es colaborar en la recuperación de los músculos y evitar los cuadros de calambres. Los principales alimentos donde se encuentran ambos nutrientes son la palta, banana, dátiles, las verduras de hojas verdes como el kale y la espinaca.
En cuanto a los suplementos nutricionales, si bien estos no son esenciales, muchos aportan practicidad para cubrir las necesidades aumentadas que hemos mencionado.
En este sentido, los batidos de proteína de suero de leche o Whey protein nos permiten sumar una buena cuota de proteínas de alto valor biológico (tienen entre 20 y 25g/porción) en momentos del día en que estamos fuera de casa o que contamos con poco tiempo para hacer una ingesta más completa.
De igual modo, los suplementos de citrato de magnesio van a garantizar que cubramos los requerimientos de este nutriente, que además, en una dosis más alta, va a aportarnos un efecto de relajación psíquico y muscular.
Una mención aparte merece la creatina. El monohidrato de creatina es hoy uno de los suplementos más estudiados, clasificado cómo Clase A (seguro y efectivo) y que ha demostrado favorecer, en el marco de un plan de entrenamiento adecuado y teniendo cubiertos los requerimientos nutricionales, la recuperación y el crecimiento muscular.

Texto: Juan Pablo Bruno, licenciado en nutrición (MN 7292, MP 2818), nutricionista deportivo.
Atención online y presencial: whatsapp 2954-645889 | Instagram @juanbrunonutricionista
Foto: Imagen de vecstock en Freepik

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Deporte y Entrenamiento

Diversión garantizada en bicicleta: cómo se hace y para qué sirve un pump track

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A menos que ya seas usuario de uno, seguramente te preguntaras qué es un pump track. Básicamente explicado, es un sendero o pista cerrada con un sentido de giro (no establecido) en el que se pueden dar tantas vueltas en bicicleta como tu cuerpo lo permita, al ritmo y velocidad que tu técnica lo permita. En ellos podés, si tenés técnica, andar en una bicicleta sin cadena y sin frenos, alcanzando velocidades tan altas como 30 km/h. Sin cadena parecería un milagro, pero no lo es. Es pura técnica y un trabajo aeróbico súper divertido tanto para niños como para adultos.

LOS PRINCIPIOS A TENER EN CUENTA
En términos generales estas instalaciones se hacen en espacios reducidos, tan reducidos como un patio mediano o una cancha de tenis. Los más grandes como una cancha de futbol 5 o 7.
Si bien hay muchos videos de cómo hacer un pump track y es algo que parece bastante fácil, en realidad hacerlo bien no es tan simple como parece. Es decir; si querés hacer un pump track para divertirte con tus amigos o para tus hijos es algo que podes improvisar: bastan una pala y una carretilla. Pero si queres hacer algo más serio, una instalación en un espacio público, un espacio deportivo, una plaza o club, tenés que pensar en algo más profesional en cuanto a diseño y prestaciones. Hacer un pump track es una suma de ecuaciones matemáticas que están mucho más lejos de lo que el ojo puede calcular.
Pero dejando de lado la ciencia, detrás de un pump track podemos decir que sin duda alguna este tipo de instalaciones deben ser tenidas en cuenta tanto por los usuarios como por las entidades gubernamentales, ya que dan fácil acceso a una práctica deportiva, son seguros, aumentan la destreza de los usuarios y son generadores de cambio social, ya que en esos espacios, no existe por ejemplo, la discriminación; todas las bicis y clases sociales son bienvenidas. Y por supuesto, colaboran a reducir el número de accidentes viales con ciclistas, ya que estos aumentan considerablemente su destreza en la conducción.

 

LOS DIVERSOS MODELOS DE PUMP TRACKS
Actualmente existen cuatro tipo de pump tracks: los de tierra, los de suelo natural, los modulares y los de asfalto. Vamos a hablar brevemente de cada uno.

Tierra

Estos son los que básicamente haces y construís entre amigos en el fondo de una casa o en un terreno disponible. Como dijimos al principio, necesitaremos solo palas, carretillas, voluntad… y agua. En términos generales se hacen cavando y sacando tierra del propio lugar o incorporando tierra externa de alguna obra cercana. Dependiendo del tamaño y voluntad, se pueden hacer en un fin de semana. Pero requieren riego y el mantenimiento suele ser un dolor de cabeza que genera prácticamente el mismo esfuerzo que el que se aplicó en construirlo. De hecho es común que cada vez que vamos a usarlos nos demanden algunos toques con pala y rastrillo, y dada las características del material suelen consumir mucha agua en riego.
Un quick tip: si tenes árboles, hacelo debajo de ellos, porque la sombra te ahorra mucho mantenimiento y mucha agua.

Suelo natural 

Se ven como de tierra, huelen a tierra, se sienten como tierra… pero es algo mucho más complejo, es un suelo compuesto. Nuestra asociación, International Mountain Biking Association (IMBA) es especialista en este tipo de instalaciones. Se trata de utilizar un porcentaje de suelo local mezclado con ciertos porcentajes de arena, piedra y otros áridos. Esto básicamente genera un pump:
– amigable con el medio ambiente,
– sostenible,
– que requiere poco mantenimiento,
– que necesita riego pero mínimo,
– que no se erosiona con el uso,
– que se puede usar en condiciones de humedad aceptables y
– que no hace barro.
Si el suelo está tan bien preparado que se pueden realmente esculpir las formas que busques, estos suelen ser claramente más grandes y son ideales para espacios públicos, ya que cuentan con un diseño integral y profesional. Pero al mismo tiempo son ideales para parques públicos, ya que no son invasivos con el entorno natural. Por otro lado si fuera necesario modificarlos o ampliarlos, es totalmente posible y accesible hacerlo.

Premoldeados

Estos se tratan de piezas que tienen determinado diseño, están premoldeadas en hormigón y son particularmente atractivos para las instituciones estatales, ya que literalmente en cuatro horas podés tener un pump armado. No requiere altos costos de ingeniería o diseño, se adaptan a cualquier espacio plano, el mantenimiento es extremadamente bajo (cortar el pasto alrededor) y no requieren riego.
Por otro lado, también abren el espacio a un mayor abanico de usuarios, al poder ser utilizados por skaters, rollers, etcétera. La contra es que al ser piezas modulares, los diseños son limitados. Y se pierde el mayor atractivo de este tipo de instalaciones, y es que cada diseño sea distinto.
Por supuesto, en el mismo tamaño tienen un costo mayor que el de suelo, pero el costo a largo plazo es menor porque no requiere mantenimiento y lo pueden utilizar diferentes clases de usuarios, aunque no se integran muy bien al paisaje natural. Es algo así como colocar una vereda de hormigón en un parque…
Su ventaja radica en que se puede desmontar con la misma velocidad con la que se armó. Por otro lado, si se desea ampliar solo hay que sumar más módulos.

Asfalto

Al igual que el anterior, estos son bastante atractivos para las instituciones estatales porque abarcan varias clases de usuarios. El problema es que su costo es alto, ya que, para empezar, hay que realizar un pump de suelo previamente, para luego cubrirlo con asfalto. El mantenimiento es bajo pero sí requieren riego para mantener el pasto crecido en los espacios intermedios, ya que el asfalto, al no absorber agua, tiende a hacer acumular agua en la parte interna de las curvas, lo que genera que el suelo se sature de agua y el pump comience a hundirse generando fracturas y daño en el mismo.
Si bien son una solución atractiva, los municipios tienen que pensar muy bien a la hora de optar por esta opción, ya que no es la mejor a nivel ambiental. Tirar en un parque más de 1000 metros cúbicos de asfalto y generar en ese espacio verde el impacto visual de una autopista no suena realmente como la mejor opción.
Por otro lado ocurre lo mismo que con los pump modulares. Terminan siendo formas muy similares entre sí y si fuera necesario ampliarlos a futuro, resultará muy costoso hacerlo; incluso en algunos casos eso implica rehacerlo por completo. Es por este motivo que estos pump track desde el inicio suelen ser estructuras considerablemente más grandes.

QUÉ MODELO ELEGIR
Ahora bien: ¿Cuál elegir entre todas estas opciones? Qué dilema. El concejo más simple es el siguiente: si el grupo de amigos se ve sumido en un ataque repentino de ansiedad después de leer esta nota y se lanza a buscar videos en youtube, la respuesta es simple: aprovechá esa ansiedad antes de que se pase, agarrá la pala y en el fondo de tu casa, en un baldío (mejor pump que basural…) o en la plaza (si te dan permiso), a cavar y construir uno. No te va a salir bien, eso es seguro, pero con la práctica vas a mejorar y si tenés dudas consúltanos que te vamos a pasar info o buscá en la web, que hay mucha pero mucha info.
Pero si podés superar el ataque de ansiedad y querés hacer algo más profesional y no sabés qué hacer, nuestro consejo es que lo hagas de suelo. Las otras dos opciones son atractivas, no lo podemos negar, pero hacerlo de suelo tiene sus ventajas. Primero, es amigable con el medio ambiente, nadie se va a quejar de que se esté construyendo algo de tierra en un espacio público, pero si tirás asfalto en una plaza… puede no verse del todo bien.
Por otro lado, estamos hablando de bicicletas de montaña y BMX, no de bicicletas de ruta, y la idea primordial es acercar a los usuarios a un entorno natural, generando un encuentro amigable con la naturaleza.
O sea, vivís en una ciudad rodeado de asfalto y vas a seguir andando en asfalto en la plaza, por favor… Plus: el mantenimiento puede ser organizado periódicamente con los usuarios, lo que genera un lugar de educación ambiental y se les enseña a los niños a cuidar las instalaciones.
Si no, muy bonito, viene el gobierno y me pone una plaza y se rompe o la rompo y el gobierno la arregla, mientras que con este tipo de instalaciones el mensaje es distinto, el gobierno te dio esto pero es tu responsabilidad cuidarlo.
Otra ventaja es que en esta opción el nivel de accidentes es mínimo. En un pump de asfalto, al poder alcanzar altas velocidades y generar saltos, el nivel de accidentes suele ser más alto. Por otro lado el costo es casi la mitad, con lo cual en vez de uno se pueden hacer dos, con diseños distintos en distintas partes de la ciudad, generando flujo de usuarios de un lado al otro, fomentando el turismo barrial y un atractivo turístico genuino.
La realidad es que sin importar qué opción se tome. los pump podrían ser los mejores amigos del gobierno y de los ciudadanos, ya que generan un cambio social real, cambiando también la opinión que tiene el público de los funcionarios. A la vez generan ingresos en las zonas aledañas, ya que los ciclistas somos grandes consumidores gastronómicos, a fin de cuentas nuestro combustible.
Finalmente, la verdadera pregunta no es cuál es el mejor, la verdadera pregunta es cómo puede ser posible que todavía no haya uno en cada plaza.
Para más información no dudes en contactarnos. Desde IMBA podes asesorarte en cómo hacer un pump y hasta en cómo conseguir el permiso de tu gobierno local.
 Pump de tierra: info@vos_y_tus_amigos
Pump de suelo: info@imba.com.ar
Pump premoldeado: presasuh@hotmail.com
Pump de asfalto: info@velosolutions.com

 

Por Alejandro Minuzzi: presidente de IMBA Argentina y director de IMBA Latinoamérica.

http://www.imba.com.ar/ | https://www.instagram.com/imba_argentina/?hl=es-la | https://www.facebook.com/search/top?q=imba%20argentina

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Deporte y Entrenamiento

MTB: La fuerza y la técnica, compañeras inseparables

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Alejandro Palma, uno de los Coach UCI más destacados del mountain bike americano, nos habla del desarrollo de la fuerza y su estrecha relación con las capacidades técnicas en el mountain bike. (más…)

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El costado psicológico y emocional de las lesiones en el ciclismo

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La medicina moderna le está dando cada vez más valor al estado anímico en los procesos de recuperación de lesiones deportivas. El espíritu positivo termina siendo, en la mayoría de los casos, decisivo, por lo que descuidar la cabeza en estos trances puede ser determinante para achicar o alargar los tiempos de convalecencia o rehabilitación. Del mismo modo, estar en tu eje personal es vital también para prevenir las lesiones y el ciclismo no queda ajeno a esta realidad.
El estado mental-emocional puede ser determinante, tanto en el proceso que lleva a la lesión deportiva como en los tiempos de recuperación del atleta.
Contrariamente a lo que suelen pensar algunos ciclistas, lesionarse o no hacerlo no es una mera cuestión de suerte sino que depende de factores físicos, psicológicos, emocionales y situacionales relacionados con el ciclismo. De allí la importancia de educar sobre el valor de los cuidados preventivos.

Por qué nos lesionamos
Una de las razones más frecuentes de las lesiones, aunque parezca mentira, es por no tener conciencia del estado de nuestro cuerpo. El ciclista suele trabajar en modo autómata o, como decimos los coachs deportivos, en transparencia, respondiendo a instrucciones desde chico, sin preguntarse el por qué y para qué hace lo que hace, sin poner el foco en aprender a aprender (y en algunos casos a desaprender o reaprender determinadas técnicas y, mucho menos, autoconocerse). Cuando se siente bien entrena y cuando no se siente tan bien o tiene algunas molestias ¡también entrena! Todo sea por aquella creencia de que “siempre hay que dar el 101 por ciento”.
El cuerpo es una unidad. Si hay una molestia importante en un miembro, tarde o temprano, el trabajo que realiza el ciclista por proteger el miembro afectado (consciente o inconscientemente) repercutirá en el otro o en otra parte del cuerpo que esté haciendo el balance o la compensación.
Del mismo modo,  un estado anímico de estrés/angustia que provoque tensión en la zona cervical, por citar un ejemplo, a la corta o a la larga traerá consecuencias sobre aquellas partes del cuerpo que, por una cuestión postural, estén haciendo un sobre esfuerzo, generando un desgaste o tensión extra que podría llevar a una lesión.
Otra de las causas recurrentes en las lesiones, especialmente las musculares, es el ocultamiento de síntomas de parte del ciclista, que suele retacearle información al  entrenador respecto a su estado real, exponiéndose a entrenar normalmente en condiciones no ideales (por ejemplo con alguna molestia, dolores, mal descansado o mal alimentado).

Estrategias preventivas
De allí que sea decisivo para potenciar los factores preventivos, establecer una relación de confianza con el médico deportólogo o kinesiólogo del equipo y, por qué no, con el preparador físico, ya que esto contribuye directamente a incrementar la seguridad y con ella un mejor estado anímico, que potencia la disciplina en el proceso de recuperación.
En esos momentos es muy importante que el ciclista continúe entrenando con la asistencia de un coach deportivo, por ejemplo, en técnicas como la visualización, lo que le permitirá seguir en contacto con su disciplina deportiva y con más seguridad a nivel mental para afrontar el retorno.
Al igual que lo que sucede en sectores corporativos o empresariales, el buen clima de trabajo juega también un papel vital en esta historia. Un entrenador exigente por encima de los límites aconsejables puede provocar tensión grupal y con ella individual, incrementando las tensiones anímicas y musculares, que luego darán lugar a contracturas, molestias y a la larga hasta lesiones musculares.
Es así que, a la hora de planificar el entrenamiento de ciclismo, es importante apuntarse algunos tips o estrategias que pueden contribuir a la prevención, tales como:

 Mejorar la formación específica del ciclista, informando sobre la importancia que tienen la preparación física, los hábitos de vida saludables y el conocimiento de los factores de riesgo en la prevención de las lesiones deportivas.

Trabajar sobre el autoconocimiento suele ser determinante en este punto. Conocerse para saber reconocer hasta dónde exigirse, cuáles son sus niveles y umbrales de dolor soportables, etcétera. Aprender sobre el propio cuerpo da seguridad al ciclista.

Entrenar los recursos mentales del atleta: proporcionando estrategias que permitan reducir la probabilidad de lesionarse (técnicas de relajación, visualización, control de la atención, reestructuración cognitiva, etcétera).

Planificar el entrenamiento y la competición con objetivos realistas, personalizando el entrenamiento según el nivel de destreza del ciclista  y los objetivos individuales establecidos,

Mejorar los recursos técnicos del deportista, escogiendo adecuadamente los ejercicios destinados a la mejora de la ejecución. Cuanto más preparado física y mentalmente esté el ciclista para realizar un determinado movimiento, ejercicio o gesto técnico, menos probabilidades tendrá de sufrir una lesión.

Es importante aceptar que la lesión forma parte de la práctica deportiva en todos sus ámbitos. Naturalizar la lesión contribuye a bajar los niveles de angustia que trae consigo y potencia la capacidad de encarar el proceso de rehabilitación con la cabeza despejada y el espíritu positivo, consiguiendo de esta manera mayores posibilidades de éxito.

 

Por Andrea Romano*

*Coach y trainer, con la siguiente formación: Profesora de Educación Física (IPEF), Entrenadora Personal (UNC), Diplomada en Gestión Gerencial (Blas Pascal), Coach Deportiva (Unisport/Barcelona), Coach Ontológico Profesional certificada internacionalmente (ICF) y Coach Organizacional y Ejecutiva certificada (Unisport/Barcelona): andreamromano@live.com

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